Sancionado el colegio que llevó a un adolescente gay a suicidarse por acoso en Colombia

Las autoridades educativas de Colombia han decidido sancionar al colegio en el que Sergio David Urrego, un joven gay de tan solo 16 años, se suicidó el pasado año tras no poder soportar el acoso homofóbico al que se veía sometido por parte de la dirección. El colegio ha visto suspendida su licencia, aunque podrá seguir abierto gracias a un permiso provisional, y le ha sido impuesta una multa.

Sergio estudiaba en el colegio bogotano Gimnasio Castillo Campestre, centro privado y de orientación católica. El 4 de agosto de 2014 decidió quitarse la vida lanzándose desde la terraza de un centro comercial, tras ser injustamente acusado de acosar a otro alumno después de que un profesor descubriera una foto en la que ambos aparecían besándose.

En ese momento, el centro acusó a los dos jóvenes de haber cometido una falta grave, porque el manual de convivencia decía que estaban prohibidas “las manifestaciones de amor obscenas, grotescas o vulgares en las relaciones de pareja dentro y fuera de la institución” y que estas relaciones debían ser autorizadas por los padres. Por ello, la psicóloga del centro obligó a ambos adolescentes a contar lo sucedido a sus progenitores.

Mientras que los padres de Sergio reaccionaron positivamente ante la confesión de su hijo, los progenitores del otro joven aislaron a su hijo y le impidieron seguir acudiendo a clase. La madre de Sergio mantuvo entonces una reunión con la rectora del centro, Amanda Azucena Castillo, quien le dijo que su hijo no podía volver a clase. Así, Alba Reyes decidió presentar una queja por la discriminación a la que su hijo se estaba viendo sometido. Poco después, la dirección del centro se defendía alegando que el motivo por el cual Sergio no podía volver a acudir a clase era porque existía una queja por acoso sexual contra él, algo que el joven negó sorprendido y ante lo que el centro nunca presentó prueba alguna. Todo ello condujo a la trágica muerte de Sergio.

Proceso judicial pendiente

El Tribunal Administrativo de Cundinamarca acabó reconociendo que el chico había sido discriminado. La rectora del centro, por su parte, alegó que la expulsión de Sergio no se debía “a la condición sexual del niño” sino “a las manifestaciones amorosas en la institución educativa”, lo que no resultó creíble para el tribunal. Ni la familia ni la ONG por los derechos LGTB Colombia Diversa consideraron justo el fallo y decidieron apelarlo. Para sorpresa de todos, el Consejo de Estado de Colombia acabó por revocarlo utilizando como argumento principal que dado que Sergio Urrego ya ha muerto carece de derechos que proteger. El Consejo de Estado estimaba así la petición de la Procuradoría General de la Nación, encabezada por el homófobo Alejandro Ordoñez (del fallo fue ponente, de hecho, un magistrado cercano al procurador).

En paralelo al proceso administrativo, la Fiscalía decidía investigar lo ocurrido. En noviembre pasado se conocía la imputación de Amanda Azucena Castillo, rectora del centro, y a Ivón Andrea Cheque, la psicóloga, por discriminación, inducción al suicidio y falsa denuncia. Por el momento, el proceso se prepara para la etapa de juicio.

Sanción por discriminación homofóbica

Ahora, ocho meses después de lo sucedido, la Secretaría de Educación de Cundinamarca ha sancionado al colegio por la discriminación homofóbica que llevó a suicidarse al joven Sergio. La sanción consiste en la suspensión de la licencia de funcionamiento del centro por seis meses y en la obligación de pagar a la administración colombiana, y no a la familia de Sergio como sería lo lógico, una multa de 32 millones de pesos (unos 12.000 dólares). Eso sí, al mismo tiempo se le otorga una licencia provisional de funcionamiento de otros seis meses de duración, por lo que la actividad den centro no se verá interrumpida en la práctica.

Según hizo público la Secretaría, se podría proceder a la cancelación definitiva de la licencia si el colegio reincide en faltas como la cometida contra Sergio Urrego.