Desestimada la demanda que una mujer de Nebraska había presentado contra «los homosexuales» en nombre de Dios
El juez federal John M. Gerrard ha desestimado la demanda interpuesta en el estado de Nebraska por Sylvia Ann Driskell, de 66 años, contra «los homosexuales» en nombre de Dios Padre y de su hijo Jesucristo. Gerrard argumenta que la justicia federal estadounidense no tiene como función dirimir cuestiones teológicas. El caso Driskell vs Homosexuals es ya historia, aunque quedará sin duda como un curioso precedente.
La demanda constaba de siete páginas escritas a mano (que puedes descargar aquí) en las que Sylvia Ann Driskell se arrogaba la representación de Dios Padre y de su hijo, Jesucristo, y desgranaba una larga serie de supuestos argumentos contra la homosexualidad, constituidos básicamente por citas bíblicas. Aunque no solo: también se refería a la definición de matrimonio como «entre un hombre y una mujer» que según ella ofrecen los diccionarios (Sylvia Ann Driskell, por cierto, citaba expresamente el Webster, diccionario que curiosamente ya modificó en 2009 su definición para dar cabida a los matrimonios entre personas del mismo sexo).
La demanda acababa por citar el destino bíblico de Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios por su inmoralidad, y que Driskell teme sea el mismo destino que espera a los Estados Unidos. Pide por tanto a la justicia que actúe en consecuencia, aunque no detalla qué resultado busca (si ilegalizar el matrimonio igualitario, prohibir la «propaganda de la homosexualidad» o ejecutarnos a todos los homosexuales del mundo, por mencionar tres de los objetivos que los homófobos persiguen en diferentes áreas del mundo). En este sentido se trata de una petición bastante ambigua…
El juez John M. Gerrard, sin embargo, arrojaba un jarro de agua fría a todos los que esperaban que la demanda supusiera el inicio de un apasionante debate jurídico. En un texto de poco más de dos páginas (que también puedes descargar aquí) Gerrard cita varios antecedentes que en su momento ya dejaron claramente establecido que los tribunales federales no tienen como función dirimir debates religiosos. El juez considera además la demanda no se adecúa a derecho al no definir de forma precisa contra quienes va dirigida ni cuál es su objeto. «Si algo parece demandar del tribunal, es una declaración de que la homosexualidad es pecaminosa, cuestión que el tribunal no puede responder. El tribunal puede decidir lo que es legal, no lo que es pecaminoso», argumenta. Gerrard, tras continuar detallando diferentes antecedentes procesales, niega a la demandante la posibilidad de corregir la demanda y volverla a presentar, ya que ello sería «fútil», y acaba por desestimarla por completo.
Todos aquellos de nuestros lectores que hubiesen comenzado ya a buscar abogado pueden dejar de hacerlo.
La demandante se arroga la representación de seres sobrenaturales y tan tranquilamente pide que se juzgue lo que para ella es `pecado´.
Una enferma mental!
Ganas de saturar los juzgados. Deberían multar aquellos que se dedican a hacer perder el tiempo a los funcionarios públicos con estas gilipolleces de Dios, Jesucristo ( que no sé que pinta aquí este hombre que supuestamente murió hace 2.000 años) y chorradas varias.