El Gobierno de Chipre aprueba un proyecto de uniones civiles abierto a parejas del mismo sexo
El Consejo de Gobierno de la República de Chipre ha dado el primer paso hacia el reconocimiento de los derechos LGTB aprobando un anteproyecto de ley de uniones civiles para todas las parejas. Ahora debe superar la tramitación parlamentaria.
El Ejecutivo de centroderecha liderado por el presidente Nicos Anastasiades ha dado este jueves el visto bueno a una iniciativa que persigue “traer la justicia social y responder a las necesidades de la gente”. La propuesta regulará aspectos como los derechos de propiedad, la disolución de la unión o las pensiones alimenticias; la adopción conjunta, sin embargo, seguirá excluida para las parejas no casadas. El ministro del Interior, Socratis Hasikos, ha calificado el anteproyecto de “demanda social” y ha manifestado su respeto ante las objeciones que, con toda seguridad, pondrá la iglesia ortodoxa griega, mayoritaria en el país.
Ya en 2010, un alto cargo del Gobierno del entonces presidente Demetris Christofias anunciaba que se estudiaría la posibilidad de introducir el matrimonio entre personas del mismo sexo en la república; una vía que no prosperó. El ejecutivo de Christofias sí aprobó, justo antes de las elecciones presidenciales de febrero de 2013, un anteproyecto de ley de uniones civiles, cuya tramitación no prosiguió con el nuevo Gobierno de centroderecha de Anastasiades. El ministro Hasikos promovió entonces la redacción de un nuevo proyecto, cuya aprobación ha tenido lugar con un año de demora sobre la fecha prevista.
Que la iniciativa no haya caído en saco roto y haya superado su primer trámite, si bien con retraso, es mérito en gran parte de la persistencia de los activistas de Accept-LBGT Cyprus. Esta organización se ha felicitado por el anuncio del Gobierno y le ha pedido que apoye el proyecto también durante su andadura parlamentaria. Asimismo, ILGA Europe ha felicitado al Ejecutivo chipriota por cumplir con su promesa y aprobar una iniciativa en línea con lo estipulado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con la que “todas las familias estarán protegidas”.
Una isla dividida
Chipre permanece dividido en dos entidades: la grecochipriota al sur y la turcochipriota al norte. En 2004 Naciones Unidas propuso un acuerdo de reunificación que permitiera la convivencia de las dos comunidades, pero los grecochipriotas lo rechazaron. A día de hoy coexisten dos estados de facto independientes y enfrentados: la República de Chipre (internacionalmente reconocida y miembro de la Unión Europea) y la República Turca del Norte de Chipre (reconocida solo por Turquía).
En el sur, y desde la época colonial británica, las relaciones entre varones fueron ilegales hasta que el deseo de incorporarse a la Unión Europea forzó su despenalización en 1998. Desde entonces, la situación ha evolucionado favorablemente, y el año pasado se celebró -con gran éxito de asistencia- el primer Orgullo LGTB en su capital, Nicosia. Un evento que tendrá lugar también este año, en concreto el próximo día 6 de junio.
La parte turcochipriota, sin embargo, mantenía su ilegalidad (a diferencia, curiosamente, de la propia Turquía) hasta enero de este año, con penas que podían llegar hasta los cinco años de prisión. Se trataba del último territorio de Europa en el que la homosexualidad estaba penada.