La despenalización completa de la homosexualidad en Mozambique entrará en vigor a finales de junio
África suele ser en los últimos tiempos, por desgracia, una fuente de malas noticias en relación a los derechos LGTB. Por eso resulta especialmente alentador cuando ocurre lo contrario: esta semana hemos conocido que la reforma del código penal de Mozambique, que entre otros aspectos elimina definitivamente la penalización de la homosexualidad, entrará en vigor el próximo 29 de junio.
La legalidad o no de las relaciones entre personas del mismo sexo en el país presentaba cierta ambigüedad legal. El código penal establecía que las personas que “habitualmente” llevaran a cabo “vicios antinatura” podían ser objeto de persecución. El artículo, por indefinido, apenas fue utilizado contra las personas LGTB: ya en 2011, el entonces ministro de Justicia dejaba claro que la homosexualidad no era ilegal en Mozambique. De hecho, la legislación contiene provisiones contra la discriminación laboral basada en la orientación sexual; se trata de uno de los contados países africanos, junto a Botsuana, Cabo Verde, Sudáfrica y las islas índicas de Mauricio y Seychelles en el que existe este tipo de protección.
Con todo, los activistas de la organización Lambda continuaron luchando para conseguir eliminar toda legislación que pudiera ser utilizada contra la población LGTB. Un objetivo que se alcanzó el pasado 31 de diciembre de 2014, cuando se publicó la reforma del código penal firmada por el entonces presidente Armando Guebuza, que excluía toda referencia a prácticas “antinatura”. La nueva redacción entrará en vigor 180 días después de esta sanción, es decir, el próximo 29 de junio.
Mozambique está considerado uno de los países más tolerantes de África con sus ciudadanos LGTB, junto a otras antiguas colonias portuguesas como Guinea-Bissau. A diferencia de estos países lusófonos y otros francófonos o Sudáfrica (que constituye un caso aparte y en donde el matrimonio es igualitario desde 2006), los Estados con códigos penales heredados de la época colonial británica mantienen, en su gran mayoría, duras penas a los acusados de homosexualidad.
Hay que añadir además que el expresidente mozambiqueño entre 1986 y 2005, Joaquim Chissano, es un firme defensor de los derechos LGTB. Así lo manifestó, por ejemplo, en una carta abierta a los líderes africanos publicada a principios de 2014, en la que los animaba a acabar con la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género. Chissano es, conviene aclararlo, una personalidad muy respetada a nivel global y a la que se le atribuye gran parte del mérito de pacificar su país después de una larga y devastadora guerra civil.