La justicia de Costa Rica reconoce por primera vez una unión de hecho entre dos personas del mismo sexo
Destacado avance en Costa Rica, sin duda alguna el país centroamericano que está mejor posicionado por lo que al reconocimiento de los derechos LGTB se refiere. A la espera de que el proceso de aprobación de una ley que reconozca expresamente las parejas del mismo sexo progrese, la justicia costarricense ha reconocido por primera vez en la historia del país una unión entre personas del mismo sexo, a la que reconoce garantías patrimoniales o que un miembro de la pareja sea quien tome las decisiones médicas en caso de que el otro no pueda.
La sentencia, emitida por el Juzgado de Familia de Goicoechea, reconoce la convivencia entre Cristian Zamora y Gerald Castro, que iniciaron el proceso legal en 2013. “El caso surgió debido a que ellos no pudieron acceder a un crédito como pareja. Hubo discriminación y desde entonces se inició con esta lucha, que hoy concluye con el reconocimiento de garantías patrimoniales y en salud”, ha declarado el abogado de la pareja, Luis Álvarez. Justo antes la Asamblea Legislativa de Costa Rica había aprobado una reforma a la Ley General de la Persona Joven que incluía un reconocimiento expreso de las uniones de hecho “sin discriminación contraria a la dignidad humana”. En aquel momento, que recogimos en dosmanzanas, muchos interpretaron que la reforma abría la puerta -sin que ello hubiera sido previsto por muchos de los legisladores que votaron a favor- al reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo. Dichas expectativas se vieron frustradas cuando los jueces se acogieron a la interpretación más restrictiva y se negaron a formalizar este tipo de uniones, pero casi dos años después llega una sentencia que en este caso sí reconoce una unión de hecho ya existente (la pareja lleva doce años conviviendo).
La noticia ha levantado, como era de esperar, la reacción indignada de los sectores más conservadores de la sociedad costarricense. Es el caso de José Francisco Ulloa, obispo de Cartago. “Una unión de hecho no debería tener los mismos derechos que un matrimonio tradicional. Estoy de acuerdo en que las personas con esta inclinación especial tengan derechos como cualquier ciudadano, pero nunca se puede decir que son semejantes o iguales a un matrimonio normal, natural, que existe en Costa Rica, entre hombre y mujer”, ha declarado el que fuera presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Aunque no se trata de la primera decisión judicial favorable a las parejas del mismo sexo en Costa Rica (hace apenas un mes recogíamos por ejemplo una sentencia de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica que fallaba a favor de un médico gay, a cuya pareja el Colegio de Médicos y Cirujanos -del que es socio- había denegado el derecho a disfrutar de las instalaciones recreativas de la entidad), sí se trata de la primera que reconoce de manera global derechos derivados de una unión de hecho. Y aunque los efectos de la sentencia se limitan a la pareja demandante, no cabe duda de que sienta un precedente significativo en un momento además en que Costa Rica discute la aprobación de una ley de uniones (y lo hace en un contexto político relativamente favorable, como hemos señalado en anteriores entradas).