Atacan con pintadas una iglesia pro-LGTB en Estados Unidos
La “libertad religiosa” no parece ser aplicable a las iglesias inclusivas con la realidad LGTB. Así al menos parecen creerlo quienes han atacado las puertas de la Iglesia del Redentor de Augusta (en Georgia, Estados Unidos), afiliada a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. El pasado martes, sus puertas y las escalinatas de entrada aparecieron con pintadas que anunciaban el infierno para sus miembros.
Uno de los argumentos más habituales para oponerse a la igualdad jurídica de las personas LGTB es el referido a la “libertad religiosa”. En especial, este principio se invoca a la hora de buscar excepciones a la aplicación de leyes antidiscriminatorias o para negarse a celebrar matrimonios de parejas del mismo sexo. Curiosamente, algunos no parecen extender la libertad religiosa a quienes precisamente, desde su fe, toman una postura abiertamente favorable hacia la realidad LGTB.
Es lo que ha ocurrido con una iglesia de Augusta: la iglesia del Redentor. Esta comunidad se encuentra afiliada a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, a la que en numerosas ocasiones nos hemos referido en estos años. Fundada por el pastor Troy Perry a finales de los sesenta, se trata de una confesión protestante que tiene la inclusividad de las personas LGTB como uno de sus rasgos fundacionales esenciales. Ha sufrido además un largo historial de agresiones en sus más de cuatro décadas de existencia, a las que ahora se suma la que relatamos.
El pasado martes 21 de julio, la puerta de entrada del templo apareció con una pintada que decía literalmente: “Arded. Levítico 18:22. Mentiras”. Además, en las escaleras podía leerse: “Levítico 18:20, arderéis”. Según un informe elaborado por la oficina del sheriff de distrito de Richmond, los daños ascienden a 2.500 dólares. Actos vandálicos que parecen claramente relacionados con la naturaleza inclusiva de esta comunidad y con la reciente sentencia del Tribunal Supremo que legaliza el matrimonio igualitario en todo el territorio de Estados Unidos. El pastor de la Iglesia del Redentor, Rick Sosbe, fue de hecho el primero en casarse con su pareja en el condado de Richmond, donde se encuentra situado el templo.
Un elemento que resulta especialmente llamativo es la resistencia a admitir que se ha tratado de un delito de odio. Según afirmó uno de los agentes, Allan Rollins, está claro que el delito se basa en el “desagrado”, pero le resultaba difícil calificarlo como delito de odio al no poder interrogar a quienes lo perpetraron. Aseguró, eso sí, que mantendrán vigilancia en la zona. No se trata de hecho del primer acto vandálico sufrido recientemente, pues pocas semanas antes una bandera arcoíris había sido sustraída de la puerta principal de la iglesia, que se plantea instalar cámaras de seguridad.
El mismo martes por la tarde unas 50 personas se manifestaron en las escalinatas de entrada al templo para mostrar su solidaridad. En el interior de la iglesia, Lonzo Smith, vicepresidente de Augusta Pride, habló de la necesidad de aprobar una legislación específica contra los delitos de odio, actualmente inexistente en el estado de Georgia. Para él, la tolerancia “significa que aceptas algo que encuentras ofensivo, por ello no emplearé más la palabra ‘tolerancia’ en mi vocabulario. No quiero ser tolerado. Quiero ser liberado. Quiero ser aceptado”. Por su parte, Takya Browning, presidenta de la misma asociación, apuntó a la persistencia de la LGTBfobia a pesar de la legalización del matrimonio igualitario: “Solo porque tengamos igualdad en el matrimonio no significa ya que todo sean rosas y arcoíris. Significa que ahora empieza el trabajo de verdad. Si no estuviéramos marcando una diferencia, nadie habría tocado esas puertas”, concluyó.