Diez años después de perpetrar una agresión similar, un extremista ultraortodoxo acuchilla a varios asistentes al Orgullo LGTB de Jerusalén
Diez años después de acuchillar a tres asistentes al Orgullo LGTB de 2005 en Jerusalén, y un mes después de salir de la cárcel donde cumplió parte de su condena por aquellos hechos, el ultraortodoxo Yishai Shlissel ha repetido la agresión. Seis personas han resultado heridas, dos de ellas de gravedad. El colectivo LGTB israelí se encuentra conmocionado, y muchos se preguntan como es posible que algo así haya podido ocurrir.
El de Jerusalén es seguramente uno de los Orgullos de historia más accidentada. Frente a Tel Aviv, posiblemente una de las ciudades más gay-friendly del mundo (este año su Orgullo LGTB congregaba a más de 100.000 personas), Jerusalén ofrece gran resistencia a la celebración de un evento mucho más minoritario (en 2014 contó con la asistencia de unas 500 personas), que cuenta con la hostilidad más o menos manifiesta de los representantes de las principales religiones con presencia en la ciudad, y que siempre debe celebrarse con fuerte presencia policial. Rara vez se libra de incidentes, pero el acuchillamiento de 2005 era el más grave hasta ahora, cuando Yishai Shlissel, tras pasar en la cárcel diez de los doce años a los que fue condenado por aquellos hechos (salió hace un mes por buena conducta) ha repetido su acción.
El fanático ultraortodoxo ha agredido en esta ocasión a seis personas antes de poder ser reducido por los agentes del orden. Dos de ellas han resultado heridas de gravedad, y en el momento de escribir esta entrada aún se teme por la vida de una de las víctimas, una chica de 16 años. En Twitter se difundían rapidamente algunas fotos del momento de la agresión:
CHILLING PHOTOS: The attacker, Ishay Shliser, moments before the attack at the Gay Pride Parade in Jerusalem. pic.twitter.com/bMIaVTuMWe
— Israel News Flash (@ILNewsFlash) julio 30, 2015
Como no podía ser de otro modo, lo sucedido ha causado asombro en la sociedad israelí, que se pregunta como es posible que Shlissel, que no había mostrado arrepentimiento alguno, fuese liberado apenas un mes antes del Orgullo y no se encontrase este jueves, día de su celebración, bajo control, pese a que su nombre se encontraba en una lista de posibles amenazas.
El ministro del Interior, Gilad Erdan, ha ordenado abrir una investigación que depure responsabilidades por lo sucedido. Tanto el presidente de Israel, Reuven Rivlin, como el primer ministro,Benjamin Netanyahu, han expresado su condena. «Hablamos de un incidente muy grave. Haremos justicia con sus responsables. En el estado de Israel la libertad de elección individual es uno de los valores básicos del Estado de Israel. Debemos garantizar que en Israel todo hombre y toda mujer puede vivir de forma segura de la forma que cada uno elija», ha declarado Netanyahu.
El siguiente vídeo de Ynet muestra algunas imágenes de lo sucedido inmediatamente después del ataque:
A donde ira a parar tanta intolerancia¡ las personas que ataquen a otros deberia de ser mayor su condena.
Muy harto del integrismo religioso.