El Ayuntamiento de Oviedo ya no notificará a los concejales si las bodas que les toca celebrar son entre personas del mismo sexo
El Ayuntamiento de Oviedo, gobernado por una coalición entre PSOE, Somos Oviedo e Izquierda Unida, ha dado orden de no señalizar las bodas que se lleven a cabo en el Consistorio según el sexo de sus contrayentes. La medida, que ha sido impulsada por la vicealcaldesa y actual alcaldesa en funciones, Ana Taboada (Somos Oviedo) persigue poner fin a la práctica, que según el nuevo equipo de gobierno se realizaba hasta ahora, de «avisar» con antelación a los concejales de cuándo una boda era entre personas del mismo sexo.
«Sabíamos y así lo advertimos, en virtud de las bodas que empezamos a celebrar como equipo de gobierno», ha declarado Taboada, que se señalizaban las bodas en función del sexo de los contrayentes, algo que ha calificado de «anacrónico» y que «vulnera los derechos de igualdad e incluso la intimidad de las personas». «Hemos aprobado que no se realice esa señalización», ha anunciado la alcaldesa en funciones.
El PP, que tras gobernar Oviedo de forma ininterrumpida durante casi 25 años perdió la mayoría en las elecciones del pasado mayo (ni siquiera una alianza con Ciudadanos le permitía superar la alianza de las fuerzas de izquierda) ha reaccionado de forma airada ante la noticia. El concejal popular Gerardo Antuña ha negado que durante la etapa de gobierno del PP se produjeran episodios de discriminación y ha acusado a Ana Taboada de «utilizar a los gais» para demostrar que es ella la que manda y ha acusado a Somos Oviedo de «dar un golpe de Estado en el Gobierno municipal ovetense» aprovechando la ausencia del alcalde, el socialista Wenceslao López y «ajustar todas sus cuentas pendientes con el PP». Antuña ha pedido a Wenceslao López «que tome medidas» y «ponga cerco a la ambición de la vicealcaldesa».
Antuña ha llegado a acusar a Somos Oviedo de intentar someter a la capital asturiana «a la estupidez de una utopía de adolescentes -y algunos no tan jóvenes- ricos frustrados». «Dejen a los gais en paz, olvídense de peleas estúpidas contra el pasado y contra el líder de la oposición y pónganse a gobernar de una vez», ha afirmado, asegurando que los concejales de Somos Oviedo posiblemente serían mucho más «perversos y sectarios» si tuvieran «que oficiar cualquier ceremonia con personas que no piensen o vivan como ellos creen que se debe pensar o vivir». Como ejemplo, se ha preguntado si los concejales de ese grupo casarían a los responsables de Coca-Cola, a los reyes «que repudian» o a las reinas de las fiestas «a las que denostan».
Lo cierto es que, más allá de las interioridades de la política local ovetense, en las que no entramos, la reacción del PP parece un tanto desproporcionada ante una medida que en sí misma tiene por objeto evitar que cualquier concejal de Oviedo (una ciudad que por cierto ha tenido que ver como el PP abandonaba el gobierno municipal para ver ondear por primera vez la bandera arcoíris en la fachada de su Ayuntamiento con motivo del Día del Orgullo LGTB) pueda verse sometido a la tentación de evitar la celebración de una boda simplemente porque es entre dos personas del mismo sexo.
Quién se pica…