Polonia tramita una ley de identidad de género que podría poner en dificultades a las personas trans con hijos menores
La ilusión se torna en incertidumbre entre los activistas LGTB polacos. Grandes esperanzas habían depositado en el proyecto de ley de identidad de género que se encuentra en tramitación parlamentaria y que estaba llamado a marcar un hito al suprimir la obligación de someterse a tratamiento hormonal o a cirugía de reasignación. Pero el texto aprobado por el Sejm o cámara baja el pasado mes de julio ha sufrido una enmienda en su paso por el Senado que podría levantar nuevos obstáculos para las personas trans con hijos menores de edad.
La lucha parlamentaria por el reconocimiento de la identidad de género en Polonia se remonta a 2012, cuando Anna Grodzka, la primera diputada transgénero del país, presentó un proyecto de ley. El devenir político fue retrasando su tramitación hasta que, finalmente, fue aprobado por el Sejm el pasado 23 de julio por 252 votos a favor frente a 158 en contra. El texto permitía a las personas transgénero mayores de edad y no casadas la modificación de los documentos oficiales sin necesidad de someterse a cirugía o tratamiento hormonal. El único requisito exigido, en esa primera redacción, era el de presentar ante el juez dos informes médicos o psicológicos independientes que confirmaran que la persona “es de una identidad de género diferente al género legalmente asignado”.
Los activistas saludaron la iniciativa aprobada por la cámara baja como un gran avance. “Es una victoria enorme para las personas trans en Polonia”, declaraba el presidente de Trans-Fuzja, Wiktor Dynarski, quien destacó que “es la primera vez que hemos escuchado a políticos polacos defendiendo abiertamente la autonomía corporal de las personas trans y reconociendo que los ciudadanos trans necesitan que se asegure su dignidad”.
La euforia, sin embargo, duró poco. El proyecto de ley continuó su tramitación parlamentaria y, en su paso por el Senado, sus impulsores se encontraron con una desagradable sorpresa. Se había introducido una enmienda que establece un procedimiento especial para las personas transexuales con hijos menores de edad: para que se reconozca su identidad de género, un psicólogo infantil deberá dar su visto bueno ante el tribunal. Con la excusa de la protección a los niños, los activistas denuncian la arbitrariedad y la inseguridad que se generarían con este procedimiento.
Como denuncia Richard Köhler, de Transgender Europe, en la modificación introducida no queda claro cuánto poder tendrán estos expertos sobre la decisión final. Podría darse el caso de que aconsejaran el no reconocimiento del nuevo género, o que el progenitor transexual perdiera la custodia de sus hijos. Tampoco se exige que el psicólogo sea un experto en el asunto, por lo que su criterio podría verse influenciado por los prejuicios tránsfobos ampliamente extendidos en el país.
En cualquier caso, la propuesta que salga del Senado deberá ser debatida por un comité parlamentario que puede decidir rechazarla. Los activistas de Trans-Fuzja siguen batallando por que se conserve el texto aprobado por el Sejm sin ningún cambio y aseguran que si no es así, continuarán con su lucha. En septiembre conoceremos el resultado del proceso.