Mariano Rajoy y la plana mayor de su partido acuden finalmente a la celebración de la boda de Javier Maroto
Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial del PP, ha contraído matrimonio en Vitoria-Gasteiz, ciudad de la que fue alcalde, con José Manuel Rodríguez, su pareja desde hace 19 años. A la celebración han acudido buena parte de los dirigentes de su partido, entre ellos Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España y principal responsable del recurso de inconstitucionalidad contra la ley de matrimonio igualitario presentado en 2005 y no resuelto hasta siete años después, y Arantza Quiroga, presidenta del PP del País Vasco, que hace solo dos años afirmaba que la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo fue un ataque “a los que pensamos que la palabra matrimonio representa la unión entre un hombre y una mujer”.
La boda, oficiada por el concejal del PP Miguel Garnica, se celebró el viernes por la mañana en el despacho que aún conserva Maroto en el Ayuntamiento vitoriano como portavoz municipal del PP, y fue un acto íntimo en el que solo estuvieron presentes, además de los contrayentes, la madre de Maroto y su amigo y compañero de partido (también abiertamente gay) Iñaki Oyarzábal, que ejercieron de testigos. El acto se limitó a la firma de los documentos, ya que la celebración con el resto de familiares, amigos e invitados tuvo lugar por la tarde-noche en un restaurante. Allí se volvió a recrear la boda, pese a que legalmente Maroto y Rodríguez ya eran matrimonio (una práctica, por otra parte, relativamente común en ceremonias civiles).
Javier Maroto sorteaba así la polémica despertada por su intención inicial de organizar una gran ceremonia de boda en el Ayuntamiento, donde según el actual reglamento municipal las ceremonias de boda se celebran los sábados, en horario de 12:00 a 13:30 y de 18:30 a 19:30 horas, pero no los viernes. Ello había motivado una protesta del grupo municipal de Sumando-Hemen Gaude, que reclamó que todos los gastos que se derivasen de la apertura de consistorio un viernes por la tarde corriesen a cargo de Maroto. La decisión de este de modificar sus planes, casarse en la intimidad por la mañana y trasladar la ceremonia «social» al restaurante puso punto final a la polémica.
Felicitaciones a Maroto, en lo personal…
Felicitamos por su boda a Javier Maroto, que coherente con su condición de gay siempre se mostró públicamente en desacuerdo con la posición de su partido respecto al matrimonio igualitario. En este sentido, y dejando aparte otras consideraciones políticas, se trata de una figura que siempre hemos respetado, aunque hace pocos días nos veíamos obligados a señalarlo como mentiroso por asegurar que el recurso de inconstitucionalidad de su partido contra el matrimonio igualitario fue solo una cuestión nominalista.
También queremos felicitar a Maroto por reconocer, en las palabras que según recogen varios medios dirigió a los asistentes a su celebración, que para poder él ahora contraer matrimonio «muchísimos hombres y mujeres activistas» tuvieron que luchar durante décadas. Un reconocimiento que le honra.
… y poco que decir en lo político
Más allá de eso, y más allá de reconocer el simbolismo que supone que Mariano Rajoy –según asegura El País— haya acabado bailando la conga a ritmo de Village People en una boda gay después de oponerse a que estas pudieran tener lugar (justicia poética, dirán algunos…), poco tenemos que añadir. Como adelantábamos la semana pasada, no seremos nosotros los que nos sumemos a una absurda ola de reconocimiento mediático a un partido al que se intenta ahora lavar la cara. Al menos no hasta que no adopte de verdad políticas favorables a los derechos LGTB. Que personas como Mariano Rajoy o la mencionada Arantza Quiroga acudan a una boda entre dos hombres demuestra que efectivamente los contrarios a la igualdad de las personas LGTB también tienen amigos gais. No es solo una frase hecha, desgraciadamente.
Uno de los asistentes a la boda de Maroto, el ministro de Sanidad Alfonso Alonso, sigue por cierto sin mover ni un dedo para acabar con la escandalosa discriminación que su antecesora impuso en materia de reproducción asistida, al retirar dicha prestación de la sanidad pública a las mujeres solas y parejas de mujeres. Señor Alonso, sería también un bonito detalle que pusiera punto final a este sinsentido. Y es solo un ejemplo.
No me habéis invitado, pero igual os felicito.
Pues tenéis razón, ojalá sirva para algo.
Peperos hipócritas y carroñeros. Cuánto insulto y cuánta zancadilla hemos tenido que soportar por parte de esta gentuza, y ahora se aprovechan descaradamente de los derechos que ellos nos negaron. La persecución a que sometieron a tantos LGTB no puede quedar impune. ¿Felicitar a Maroto? Este tipo debería pedir perdón públicamente por los desmanes que ha cometido el PP contra el colectivo LGTB. Qué rabia que estos indeseables ahora se beneficien de los derechos que ellos se negaron y nos negaron.
Santi, como decían en un comentario anterior ¿no queremos que el PP evolucione? Estoy de acuerdo con este artículo, les queda por dar pasos REALES. Pero «no puede quedar impune» me parece justo lo contrario de lo deseable. Hace 10 años el partido defendió de forma oficial (entre los miembros ha habido disidentes) una postura intolerable, bueno es que hayan renunciado a ella. Y que los disidentes como Maroto, que seguro habrán tenido que ver en este cambio de opinión del partido, puedan beneficiarse del matrimonio igualitario.
Me recuerda la postura de Álvarez-Cascos cuando se votaba el divorció y se oponía fervorosamente…. para luego ejercer el derecho VARIAS veces…
PPencos hiPPócritas.
Recuerdo cuando Pedro Zerolo y su pareja quisieron casarse y se presentaron en un registro civil para hacerlo, en plena etapa aznarita. El PP en tromba salió a decir que lo que habían hecho era montar un circo y los denigraron de la forma más cruel y salvaje. Leer que Rajoy, años después, se levantó a hacer la conga con los Village People sonando en una «boda gay» es una imagen que ni el excesivo Álex de la Iglesia podía imaginar. Ahí es donde llevan la penitencia estos homófobos encubiertos que, en su afán de evitar el descalabro electoral que se les avecina, se ponen a bailar la conga para parecer más modernos. Personalmente no me creo que hayan evolucionado, ahora machacan y discriminan a las parejas de lesbianas que pretenden acceder a la inseminación en la sanidad pública y de todos, se trata de aprovechar que uno de los suyos es gay -y bastante mentiroso, por cierto- para montar el circo mediático y hacer creer que son «gay friendly». Ahora, cuando han dejado en el camino insultos, sufrimiento, discriminación y crueldad hacia el colectivo LGTB que luchó por unos derechos civiles que ellos se negaban a reconocer.
Muy bien.
¡¡¡ Vivan los que ríen !!! Dan pesar los amargados que sólo piensan en el desquite.