Protección policial para la presentación de «Nicolás tiene dos papás» en una biblioteca
Protección policial durante la presentación de un cuento infantil en una biblioteca pública. Es lo que sucedió el pasado jueves en Puerto Montt (Chile), donde se presentaba Nicolás tiene dos papás, un bonito cuento inclusivo que ha indignado a los sectores más conservadores de ese país, y muy especialmente a la movilizada militancia evangélica.
Nicolás tiene dos papás, como ya hemos recogido en anteriores entradas, es un cuento inclusivo, que presenta con normalidad la realidad de familia homoparental. Una obra pensada «para toda la familia, para toda la sociedad. Especialmente buscamos que el cuento sea una luz y alegría para las familias diversas y para las personas con orientaciones sexuales e identidad de género distintas”, explicaban en su día sus creadores y promotores. Ha sido financiado por la Unión Europea y por la Embajada de los Países Bajos. También ha contado con la colaboración de la Fundación Triángulo y con el patrocinio de los departamentos de Educación y Psicología de la Universidad de Chile, y está siendo difundido en bibliotecas y centros escolares.
La Junta Nacional de Jardines Infantiles, una entidad gubernamental dependiente del Ministerio de Educación, aprobó de hecho que el cuento se distribuyese en más de 500 guarderías, no sin polémica. Incluso la Corte Suprema de Chile se vio obligada a pronunciarse el pasado abril y rechazar la paralización de dicha distribución. Un fallo que fue recibido por satisfacción por los colectivos LGTB chilenos, ya que era la primera vez que este órgano judicial se posicionaba a favor de los derechos LGTB.
Una nueva muestra de la hostilidad de los sectores más reaccionarios a la obra es lo sucedido el jueves, donde un grupo de manifestantes evangélicos se presentó en la Biblioteca Regional de Los Lagos, en Puerto Montt, donde se presentaba el cuento en un acto en el que intervenía el presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (MOVILH), Rolando Jiménez, y al que acudían también representantes de varias entidades oficiales. Ante el fanatismo manifiesto de los manifestantes, que llegaron a calificar a Jiménez de «inmundo» y portaban pancartas de carácter homófobo, los Carabineros se vieron obligados a interponer un cordón policial para evitar agresiones mayores, si bien se les permitió continuar en la biblioteca.
«Además de portar carteles con imágenes grotescas, como fueron banderas del arcoíris con fantasmas y de menores de edad supuestamente abusados, uno de los momentos más tristes ocurrió cuando los evangélicos pidieron a dos de sus pequeños hijos que se pronunciaron a viva voz contra el cuento. Vivimos un momento lamentable, pues muchas familias fueron con sus niños y niñas a recibir el libro, pero tuvieron que apreciar este deplorable espectáculo de un grupo de fanáticos que no respeta siquiera a sus hijos», explican desde el MOVILH. «Felizmente, este incidente no impidió que el lanzamiento fuera un éxito”, añaden.
La Dirección de Biblioteca, Archivos y Museos (DIBAM) de Chile ha condenado lo sucedido. Según su director, Ángel Cabeza, “las bibliotecas, así como los museos, archivos y todos los espacios de la DIBAM, son lugares abiertos a todos los chilenos y chilenas, en los que lo único que rechazamos es la discriminación e intolerancia». Cabeza justificó que los manifestantes no fueran expulsados del lugar en que «para nosotros es importante dar cabida a todas las opiniones». «Sin embargo, se requirió la presencia de Carabineros para mantener el orden público”, añadió.
Insertamos a continuación un reportaje sobre lo sucedido, elaborado por iNet TV, y que incluye entrevista a Rolando Jiménez:
Curiosa la pancarta «contra la homosexualidad». A las parejas de hombres los representan en una postura sexual y a las de mujeres «dándose la mano». Hasta para insultar, estos grupúsculos niegan a las mujeres su sexualidad. De pena.
Importante avance en la educación trasandina, que además muestra las grandes diferencias que hay dentro de la Patria Grande. Chile siempre ha sido más católica y más conservadora que Argentina, con la excepción de las provincias cisandinas Mendoza y San Juan, que aunque son argentinas hablan y piensan como chilenos.
Veo con alegría que Rolando al fin ha comprendido que la tarea es mucho más difícil de lo que él imaginaba. Nos conocimos en el Congreso de Unity en Nueva York, en 1990. Adoptaba posiciones muy extremistas (e irrealistas) entonces.
Rafael Freda, ex-presidente de la Comunidad Homosexual Argentina y hoy presidente de la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina.