Sentencia de culpabilidad para el entrenador de fútbol ugandés acusado por sodomía
Un tribunal de Kampala ha emitido veredicto de culpabilidad contra Chris Mubiru, exentrenador del equipo de fútbol Sports Club Villa de la capital ugandesa y de la selección nacional, por un delito de «sodomía». La pena, que se dará a conocer en los próximos días, podría ser de cadena perpetua según el Codigo Penal vigente en Uganda.
El caso, que hemos seguido en dosmanzanas, se remonta a 2012, cuando el infame tabloide Red Pepper publicó unas fotografías de Mubiru manteniendo supuestamente relaciones sexuales con uno de sus jugadores. Bajo el titular “Smoked Out” (“Al descubierto”), el tabloide se jactaba en portada de haber “pillado” al entrenador “sodomizando a jugadores”. En el interior, más imágenes con textos describiendo las escenas de la forma más homófoba, destinados claramente a incendiar la opinión pública. Recordamos que en enero de 2011 fue asesinado el activista gay David Kato (su asesino fue condenado a 30 años de cárcel, una de las pocas noticias positivas que nos han llegado de aquel país). Kato era uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (una publicación local), acompañados del titular “Hang Them” (“a la Horca”).
Un año más tarde de la aparición de las fotos en Red Pepper, Mubiru fue detenido. La policía alegó que no pudo arrestar al entrenador en su momento por no hallarse en el país. Una vez detenido, y tras cuatro horas de interrogatorio, el acusado siguió negando repetidamente ser quien aparece en las fotos y vídeos que el tabloide hizo llegar a las fuerzas de seguridad. Los portavoces policiales instaron a cualquiera que pudiera tener acusaciones contra el entrenador a presentar la correspondiente denuncia, en busca de testigos que sostengan sus acusaciones.
Algún tiempo después comenzaba el proceso contra Mubiru por “conocimiento carnal” del futbolista Emmanuel Nyanzi. Las pruebas presentadas por la acusación habrían sido, al parecer, cremas dermatológicas y analgésicos localizados por la policía en el domicilio del entrenador. La fiscalía da por hecho que este drogó a su presunta víctima y utilizó ambos productos para facilitar los supuestos encuentros sexuales. Este habría sido además sometido a la tortura de los “exámenes anales” para determinar su posible homosexualidad. El tribunal exoneró a Mubiru de los cargos por sodomía con otro hombre, George Oundo, porque el acto habría tenido lugar con consentimiento mutuo. Con todo, el condenado se enfrenta a una pena de hasta cadena perpetua, que se dará a conocer el próximo día 18 de septiembre.
Uganda, en proceso de aprobar una nueva ley homófoba
Como es bien conocido, el clima de odio hacia las personas LGTB en Uganda se ha exacerbado con motivo del proceso de discusión y aprobación de una ley que pretendía endurecer el trato penal a la homosexualidad, una ley que ha sido anulada por el Tribunal Constitucional de Uganda por un defecto de forma, a pesar de lo cual ya se puso en marcha otra iniciativa el año pasado para aprobar una nueva ley que sustituya a la anterior. Una norma que eliminaría las referencias directas a la homosexualidad, que sería sustituida por el eufemismo “prácticas sexuales antinaturales” y se centraría en castigar con penas de cárcel cualquier actividad considerada como “promoción” de las relaciones no tradicionales.
Una jugada con la que el presidente Yoweri Museveni intentaría mantener su popularidad sin poner en riesgo la ayuda externa que recibe el país. Aunque el presidente amagó en su momento con vetar la anterior ley, al final optó por sumarse a la corriente homófoba y apoyarla; una decisión adoptada en clave interna, pero que a nivel internacional no le trajo más que quebraderos de cabeza, incluyendo sanciones económicas en forma de reducción de la ayuda exterior.
Un informe elaborado por Sexual Minorities Uganda en mayo de 2014 denunciaba el extraordinario aumento en los ataques contra las personas LGTB en el país desde que se inició todo este proceso legal. Desde su aprobación inicial y hasta la fecha de elaboración del informe, se habían producido 162 de estos incidentes, que incluían linchamientos, violencia colectiva, incendio de hogares, chantaje, pérdida de puestos de trabajo, detenciones, expulsiones y suicidios. El informe denunciaba el ambiente de hostilidad creado durante todo el proceso de tramitación de la ley, cuyo fruto es la autoridad práctica para perseguir a las personas LGTB con total impunidad. Un terrible ejemplo de este clima asfixiante lo recogíamos el pasado enero, cuando nueve hombres homosexuales sufrieron un intento de linchamiento y la policía, en lugar de protegerlos, los detuvo y sometió a torturas.