Sentenciado a un año de prisión un joven tunecino por mantener relaciones homosexuales
Un joven tunecino ha sido sentenciado a un año de prisión por mantener relaciones homosexuales. El acusado se tuvo que someter a la vergonzosa tortura que representa el examen anal mientras fue investigado. Human Rigth Watch y las asociaciones LGTB tunecinas han expresado su indignación tanto por la sentencia como por el humillante tratamiento dispensado al joven. El propio ministro de Justicia de Túnez, Mohamed Salah Ben Aissa, declaraba en medios radiofónicos que la ley que castiga las relaciones sexuales entre varones, vigente en el país, debe ser derogada. Se calcula que cada año son detenidos en Túnez al menos 50 varones por mantener relaciones homosexuales y que más de 500 estarían actualmente en prisión.
El joven de 22 años, residente en la localidad de Sousse, a 120 de la capital tunecina, fue interrogado como testigo en el proceso de una investigación de asesinato. Varias llamadas telefónicas desde su número de teléfono constaban en el móvil de la víctima. Durante el interrogatorio, las preguntas se ciñeron a las prácticas sexuales que había mantenido con el asesinado. Según su abogado, la policía le forzó a confesar el delito de sodomía tras amenazarle con una acusación de homicidio.
Tras la confesión, fue detenido por violar el artículo 230 del Código Penal tunecino, que castiga con hasta tres de prisión las relaciones sexuales entre varones adultos. Para corroborar la confesión, el joven fue sometido a un infame examen anal, práctica legal en Túnez a pesar de ser considerada una forma de tortura por todas las organizaciones de defensa de los derechos humanos. Ya celebrado el juicio, el pasado 22 de septiembre el joven fue sentenciado a un año de prisión.
Eric Goldstein, representante de Human Rigth Watch en el norte de África y Oriente Medio, ha exigido al gobierno tunecino la revocación inmediata de la sentencia y la puesta en libertad del acusado. Según Goldstein, “el gobierno de Túnez no debe procesar a sus ciudadanos por actos sexuales privados y consensuados. Si Túnez realmente aspira a ser un líder regional en materia de derechos humanos en la región, debe liderar la vía de la despenalización de las conductas homosexuales”.
El hecho de que se haya sometido al acusado a un examen anal ha sido calificado por Human Rigth Watch como “cruel, inhumano y degradante”, insistiendo en que la práctica está considerada como una forma de tortura por las Naciones Unidas. También se destaca que “los profesionales médicos que participan en los exámenes anales forzados a personas sospechosas de homosexualidad violan la ética médica y facilitan graves errores judiciales”.
Ya en 2013 se denunciaba que Mounir Baâtour, presidente del opositor Partido Liberal, había sido sometido a un examen anal tras ser detenido acusado de practicar la homosexualidad.
La difícil situación de los homosexuales tunecinos
Tras cuatro años de la llamada Primavera Árabe, que trajo esperanzas de modernización a la sociedad tunecina, y de la redacción de una nueva Constitución el pasado 2014, lo cierto es que ser homosexual en Túnez sigue siendo muy difícil. Ahmed Ben Amor, vicepresidente de la asociación Shams, que lucha por la despenalización de la homosexualidad, denuncia que se producen al menos 50 detenciones anuales de varones tunecinos acusados de practicar la homosexualidad, y que más de 500 estarían actualmente en prisión por condenas por estos cargos. Según Ben Amor, el trato a que son sometidos tanto en comisarías como posteriormente en prisión es especialmente degradante.
El activista también destaca que no es solo la ley la que dificulta la vida de los varones homosexuales tunecinos, sino que el rechazo social es muy intenso y que cada día reciben en su asociación “mensajes de personas amenazadas, expulsadas por sus familias o torturadas”.
Reacción del ministro de Justicia
Quizás debido a las reacciones internacionales de protesta por la sentencia y el procedimiento seguido contra el joven tunecino, el ministro de Justicia de Túnez, Mohamed Salah Ben Aissa, fue interrogado al respecto en la emisora de radio Shems FM. El ministro se mostró contrario a la legislación vigente en Túnez que penaliza la homosexualidad, por creerla contraria a la actual Constitución del país. Según sus palabras, “el problema es el artículo 230, que es el que lo criminaliza. Tras la aprobación de la nueva Constitución, no está permitido violar la libertad individual, la privacidad y las opciones personales, incluidas las sexuales”. Ben Aissa afirmó que el citado artículo 230 debería ser derogado en esta legislatura.
Baabu Badr, presidente de la Asociación Damj por la Justicia y la Igualdad, se felicitó por estas declaraciones, aunque se mostraba cauto al respecto. Para Badr, el ministro se ha expresado así «porque es independiente y no hace cálculos electorales», pero no cree que ese sea el talante del gobierno.
Hasta el momento, tan solo el partido progresista de izquierdas Al Massar, que no tiene representación parlamentaria, ha apoyado expresamente la despenalización de la homosexualidad. Sin embargo, el asunto fue planteado la pasada semana en la Comisión de derechos y libertades de la Asamblea de Representantes tunecina. Su presidente, Belhaj Hamida Bochra, reconoció tras la reunión que Túnez tenía «un marco legal desfasado» que debería «ser revisado para ajustarse a la Constitución”.