El ministro griego de Justicia se compromete ante ILGA Europe a aprobar una ley de uniones abierta a parejas del mismo sexo
El ministro de Justicia de Grecia, Nikos Paraskevopoulos, se ha comprometido a reanudar el proceso legislativo para ampliar a las parejas del mismo sexo la legislación griega de uniones civiles. Lo ha hecho, además, en un acto organizado por ILGA Europe, que celebra del 28 al 31 de octubre su conferencia anual en Atenas, en el que representantes de los principales partidos políticos de Grecia coincidieron en la necesidad de consensuar un paquete de reformas en favor de la igualdad de las personas LGTB en ese país, que cuenta con muchas papeletas (con el permiso de Chipre, que tramita una ley similar) para convertirse en el primero del ámbito cultural ortodoxo en reconocer derechos a las parejas del mismo sexo.
En junio pasado el Ministerio griego de Justicia presentó su proyecto de actualización de la ley de uniones civiles, pero la convocatoria adelantada de elecciones paralizó el proceso. El Gobierno griego buscaba, con aquel proyecto, dar cumplimiento a una sentencia de 2013 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que decretó que la exclusión de las parejas del mismo sexo de la normativa griega sobre uniones civiles viola la Convención Europea de Derechos Humanos. Grecia, recordemos, no otorga a las parejas del mismo sexo derecho alguno. Dos de ellas se casaron en 2008 aprovechando un vacío legal, pero sus matrimonios fueron luego ilegalizados (ha habido luego tímidos intentos de reconocimiento, pero nunca llegaron a prosperar, ni siquiera cuando en noviembre de 2013 Estrasburgo emitió su sentencia).
La llegada de Syriza al poder, en enero pasado, abrió un nuevo escenario. En su congreso de 2013 Syriza se había posicionado a favor de la igualdad jurídica de las parejas del mismo sexo, aunque antes de las elecciones de enero optó por silenciar el tema. Alexis Tsipras no pudo sin embargo evitar ser preguntado en campaña sobre la adopción homoparental, respondiendo entonces que esta quedaría fuera de su programa de gobierno por ser un tema “difícil, que requiere diálogo” y sobre el que según él hay “contradicciones en la comunidad científica”. Una discusión que había sido introducida en el debate por el anterior ministro de Justicia, Charalambos Athanasiou (Nueva Democracia), que precisamente justificaba el retraso de su gobierno en hacer caso al fallo del alto tribunal europeo argumentando que ello llevaría a discutir si las parejas del mismo sexo podían adoptar. Pese a todo, como dosmanzanas anticipó entonces, la victoria de Syriza despertaba inevitablemente esperanzas de mejora en la situación de los derechos LGTB.
El proyecto presentado en junio daba cumplimiento a la sentencia de Estrasburgo y revisaba además los derechos de las parejas unidas civilmente, mejorandolos en materia patrimonial y de herencia y acercandolos a los del matrimonio. Dejaba fuera, eso sí, la adopción conjunta. La noticia fue recibida con moderada satisfacción por el colectivo LGTB griego, aunque muchos se preguntaron por qué un gobierno liderado por Syriza no tenía el arrojo de ir más allá y promover el reconocimiento del matrimonio igualitario, sobre todo si se tiene en cuenta que encuestas recientes otorgan por primera vez mayoría a los partidarios de que las parejas del mismo sexo se puedan casar (56% frente a un 35% de opuestos). La adopción conjunta, sin embargo, sigue contando con un rechazo mayoritario (56% frente a un 30%).
La situación económica y política de Grecia y su complicada relación con los poderes europeos llevó sin embargo a la convocatoria de nuevas elecciones en septiembre, dejando en suspenso la aprobación del proyecto. Syriza revalidó su triunfo y Nikolaos Paraskevopoulos volvió a repetir como ministro de Justicia, por lo que se esperaba que el asunto fuera retomado. Así será, según el propio ministro confirmó en un acto organizado por ILGA Europe, que celebra estos días su conferencia anual. Más aún, en ese mismo acto representantes de Nueva Democracia (el principal partido de la oposición), PASOK, Izquierda Democrática, To Potami y la Unión de Centristas, partidos que reúnen una gran mayoría parlamentaria, se comprometieron a mejorar la situación de los derechos LGTB en Grecia promoviendo mejoras no solo en el campo del reconocimiento de las parejas, también en materia de identidad de género, código de familia y lucha contra la discriminación y el acoso a las personas LGTB. La próxima semana se pondrá en marcha un proceso de consultas para avanzar en estas reformas.
Un compromiso que ha sido saludado por ILGA Europe, que espera que los partidos griegos, y muy singularmente el Gobierno de Alexis Tsipras, hagan efectivo a la mayor brevedad posible. «Estamos emocionados por el impacto que esta legislación tendrá en las vidas de tantas personas LGTBI de Grecia y deseando ya celebrar su aprobación con nuestros amigos y aliados de Europa», ha declarado por su parte Panagiotis Damaskos, representante del colectivo griego OLKE.