La policía califica de “crimen de odio sectario” el lanzamiento de una bomba contra el domicilio de una mujer trans en Irlanda del Norte
Rachael Keys, una mujer trans de 27 años, fue víctima el pasado sábado de un ataque con bomba en su vivienda. Las fuerzas de seguridad de Belfast (capital de Irlanda del Norte y ciudad de residencia de la víctima) han determinado que se trata de un “crimen de odio sectario”. Aunque podría haber tenido consecuencias trágicas, afortunadamente, no hubo que lamentar en esta ocasión daños personales de consideración. Sin embargo, el miedo y las molestias que están padeciendo Keys y sus vecinos es algo que no les quita nadie. Por el momento, la víctima permanece en casa de unos amigos hasta que la policía le permita volver a su domicilio con seguridad. La lacra LGTBfóbica, como ya sabemos, en algunos casos puede llevar a ciertas personas hasta el punto de tratar de quitar la vida a otras por su mera condición sexual o su identidad de género.
Sobre las 10 de la noche del pasado sábado, Rachael Keys se vio sorprendida por una ducha de cristales y humo en su propia casa. Unos desconocidos habían arrojado un artefacto explosivo de fabricación casera. Si bien los daños físicos no fueron graves, tanto ella como los vecinos de cinco viviendas aledañas tuvieron que abandonar su casa y pasar la noche en un centro comunitario. “Una de mis vecinas es epiléptica y yo estaba realmente preocupada por ella al no poder obtener su medicación. Otro vecino tiene un hijo que es autista, otro es un jubilado. Fue terrible para ellos. Simplemente horrible”, explica Keys.
“Para ser honesta, estaba completamente aturdida, no sabía lo que estaba pasando”, prosigue la joven víctima. “Yo solo salí corriendo de casa gritando a mis vecinos. Ni siquiera tuve tiempo de levantar a mi pobre gatito, Jessie, que estaba durmiendo en el dormitorio”. Al parecer, esta mujer solo llevaba desde diciembre en esta vivienda y no ha tenido hasta la fecha ningún problema con los vecinos. “Es una zona tranquila. Me gustaba vivir aquí. Me estaba haciendo un hueco poco a poco. Era mi casa. Crees que estarás a salvo en tu casa, que es un santuario, pero esto solo me ha demostrado que no es así”, añade Keys, que confiesa sentirse “triste” y “angustiada”.
La policía no ha dudado en calificar estos sucesos como “crimen de odio sectario” y, como medida de protección para Rachael Keys, no podrá regresar a su domicilio (al menos por el momento). La primera noche la pasó junto a sus vecinos en un centro comunitario y el resto de las noches ha estado en casa de unos amigos. Esta previsto que hoy será realojada en una vivienda de emergencia, según han asegurado las propias autoridades policiales. “Me pone muy triste que la gente no permita que otros sigan adelante con sus vidas, viviendo en paz. Me pone triste y enojada. No es justo. Yo no merezco esto”, se lamenta Keys.
Qué horror…