Camerún: un activista LGTB es asaltado en su domicilio y se convierte en investigado debido a su orientación sexual
Joshua Mbarga, un activista LGTB de Camerún, sufrió la invasión de su hogar por unos delincuentes que intentaron matarle tras robarle con total impunidad. Alertada por los vecinos, la policía intervino hasta que los asaltantes decidieron acusar a Mbarga de pretender mantener relaciones sexuales con uno de ellos. En ese momento la víctima se convirtió en objeto de investigación. En Camerún, las prácticas homosexuales se castigan con penas de hasta cinco años de cárcel.
Las personas LGTB de Camerún no solo deben enfrentarse a unas leyes que castigan la normal vivencia de su orientación sexual con la cárcel, sino que también, indudablemente debido a ello, son las víctimas propicias de cualquier desaprensivo. Joshua Mbarga es el director de programas de CAMFAIDS, una asociación que presta ayuda y asesoramiento a las personas que viven con el VIH y también lucha por el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTB.
Residente en Yaoundé, la capital camerunesa, Mbarga vio cómo el pasado 12 de octubre su domicilio era asaltado, sus bienes eran robados y su vida era puesta en peligro, para encontrarse con que se transformaba en sospechoso en cuanto las fuerzas del orden eran informadas de su orientación sexual. Este es el relato que hacía de los hechos en primera persona:
Después de un largo día de trabajo en el centro de CAMFAIDS, yo estaba acostado en mi sofá, cuando de repente alguien trató de forzar la puerta, que estaba cerrada por dentro. Pregunté quién estaba allí.
Una voz desconocida me contestó que era el hermano de un vecino y que necesitaba urgentemente un destornillador para arreglar un contador de la luz roto.
Así que abrí la puerta para ver quién era y fui a buscar un destornillador, pero no encontré ninguno por ninguna parte.
Cuando volví, me encontré con que el extraño, sospechosamente, estaba rebuscando entre mis propiedades. Cuando le pedí que se fuera, se abalanzó sobre mí y trató de asfixiarme con una almohada.
Traté de pedir ayuda a mis vecinos, pero en su lugar llegó el cómplice de mi atacante, que se llamaba Yaya. Perdí el conocimiento y me robaron 47.000 francos cameruneses [unos 72 euros, 80 dólares], un ordenador portátil, mi teléfono y más artículos personales.
Mis vecinos, alertados por los ladridos de los perros, lograron retener a mi primer atacante, que llamaba Mbara Salle. Pero Yaya escapó con todo el botín.
Los investigadores de la policía de la comisaría de Emombo hablaron con el atacante, quien dijo que se había alterado mucho cuando le dijeron que yo le había propuesto a su hermano Yaya que tuviera sexo conmigo.
Eso cambió el curso de la investigación. Ahora el investigador empezó a preguntarme acerca de mi orientación sexual y amenazó con investigar en mi empresa de telefonía móvil para averiguar a quien había llamado por teléfono.
La cuestión adquiere todavía mayor gravedad, porque Mbara Salle, en declaraciones a una cadena de televisión, no dudó en reiterar públicamente sus amenazas: “Fui para matar a ese homosexual, porque ese es el destino que merecen todos los homosexuales”. Sin embargo, ha sido detenido únicamente bajo un cargo menor de asalto. Su hermano Yaya, que cuenta con antecedentes por delitos similares en el pasado, aún se halla en paradero desconocido.
La dura realidad camerunesa para las personas LGTB
A finales de 2012, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresaba su preocupación por la situación de las personas LGTB en Camerún, realmente complicada. Y es que cada poco tiempo se producen noticias de detenciones, algunas de las cuales hemos recogido a lo largo de los últimos años.
En febrero de 2012 informamos de la detención de al menos tres mujeres lesbianas. Poco antes, en enero de 2012, eran cuatro hombres los detenidos. En noviembre de 2011 tres hombres fueron condenados a cinco años de cárcel acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche (una de las pruebas que el juez tuvo en cuenta fue que los acusados hubieran estado bebiendo Baileys, un licor considerado típicamente femenino. Por fortuna este caso fue luego reconsiderado). En octubre de 2011 se condenó a tres años de cárcel a Jean-Claude Roger Mbédé por declararse a otro hombre por SMS, pena que fue confirmada en diciembre de 2012. Lamentablemente, en enero de 2014 Jean-Claude fallecía, abandonado por su familia, por las complicaciones derivadas del maltrato sufrido.
En abril de 2011 se detuvo a otros tres jóvenes acusados de homosexualidad. En marzo de 2011 un nuevo detenido fue condenado a 36 meses de cárcel, motivo por el cual Amnistía Internacional llevó a cabo una acción. En octubre de 2010 dos jóvenes sufrían una detención y un trato degradante por parte de la Policía. En mayo de 2010 dos detenidos fueron luego condenados a cinco meses de cárcel. En marzo de 2010 otra detención se mezcló con un intento de extorsión por parte de la Policía a un ciudadano australiano. En diciembre de 2009 un joven fue finalmente liberado tras permanecer varios días en prisión en condiciones miserables.
En julio de 2013, se conoció la sentencia a prisión de dos hombres detenidos dos años antes por mantener relaciones homosexuales. También en 2013, fue sentenciado a nueve años de cárcel Cornelius Fonya, acusado de mantener relaciones con un joven de 19 años, en un juicio plagado de irregularidades. Su abogado, Walter Atoh, ha debido huir del país tras ser amenazado de muerte, mientras se dilucida la apelación. Más recientemente, en junio de 2014, se dio a conocer la historia de una pareja homosexual que se vio obligada a huir de su localidad tras ser ataca por sus vecinos y detenida por la policía.
Uno de los sucesos más terribles tuvo lugar en julio de 2013, cuando fue brutalmente torturado y asesinado en su domicilio el activista LGTB Eric Ohena Lembembe, conocido por su labor en apoyo a los enfermos de sida y por sus continuas denuncias de las leyes homófobas del gobierno de Camerún y su pasividad ante la violencia desatada contra la población LGTB.
Y estos son solo los casos que trascienden a los medios internacionales. Según Human Rights Watch, al menos 28 personas han sido detenidas por delitos relacionados con la homosexualidad en los últimos tres años.
Además de todos estos episodios de LGTbfobia, en dosmanzanas también nos hemos hecho eco de la serie de vídeos “Homosexuales en Camerún: gentes como tú y yo”, breves reportajes que recogen testimonios de personas LGTB perseguidas por su orientación sexual en el país africano.
En Camerún, como citábamos anteriormente, las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel, pero según la activista LGTB Alice Nkom solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de “flagrante delito”. Desgraciadamente, tal y como corrobora Human Rights Watch, son cada vez más los casos en los que la Policía ignora este requerimiento. Hace ahora dos años las autoridades políticas de Camerún rehusaron de hecho seguir las recomendaciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de despenalizar la homosexualidad y actuar contra la violencia homofóbica.
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Calibán
...así que despierto y lloro por seguir soñando.