Costa Rica: dos mujeres se casan gracias a un error administrativo… mientras sigue paralizada la aprobación de las uniones civiles
Curiosa noticia la que nos llega desde Costa Rica, donde una pareja de mujeres ha podido celebrar su matrimonio gracias a un error del Registro Civil, en el que una de ellas aparece registrada como varón. Y aunque el matrimonio, oficiado por el abogado Marco Castillo (presidente del Movimiento Diversidad) será muy previsiblemente anulado, su mera celebración ha vuelto a poner de actualidad el retraso que sufre el prometido reconocimiento de las parejas del mismo sexo en el país socialmente más avanzado de Centroamérica.
Jazmín Elizondo, de 24 años, y Laura Flórez-Estrada, de 28, contrajeron matrimonio el 25 de julio, aunque no fue hasta el 27 de octubre cuando quedó inscrito en el Registro Civil. Ello ha sido posible gracias a que por error Jazmín Elizondo figura inscrita como varón. Un equívoco que no había sido corregido y que ahora ha permitido a la pareja casarse en un país que no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Jazmín Elizondo es costarricense, mientras que Laura Flórez-Estrada tiene nacionalidad española (aunque vive en Costa Rica desde que era niña).
Son varios los medios que sitúan el origen del equívoco en el momento del nacimiento de Elizondo, aunque según ha declarado al diario costarricense La Nación el director del Registro Civil, Luis Bolaños, todo se debe a un error de digitación que se produjo en 2003. En cualquier caso, Bolaños ha confirmado que el Registro ya ha iniciado el proceso administrativo para anular el matrimonio. “Tenemos que comunicar el caso a la Procuraduría General de la República, ya que se trata de un matrimonio imposible y es nulo, pero esa nulidad tiene que declararla un juez de familia”, ha declarado.
Es más, Bolaños ha presentado una denuncia penal tanto contra el abogado Marco Castillo (que actuó como notario del matrimonio) como contra la pareja contrayente y contra los testigos. Una denuncia que no asusta a Castillo. “Si aquí hay algún error, la culpa la tiene el Registro Civil, porque a mí me dio una notificación diciendo que yo estaba casando un hombre y una mujer», ha declarado…
A la espera de un reconocimiento que no acaba de llegar…
El debate sobre el reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo lleva años abierto en Costa Rica, pero el proceso está siendo realmente complicado. De hecho, ha sido la justicia la que se ha acabado por adelantar. Lo contábamos con detalle antes del verano: un juzgado de familia reconocía la convivencia entre Cristian Zamora y Gerald Castro, que iniciaron el proceso legal en 2013, y concedía a la pareja los derechos derivados de una unión de hecho. Un fallo de gran importancia que se limitó a la pareja demandante, pero que abrió la puerta a que otras parejas iniciasen sus correspondientes procesos judiciales.
¿Por qué se retrasa, sin embargo, el reconocimiento por vía legislativa? Ya desde el principio de su mandato, el actual presidente Luis Guillermo Solís rompía moldes eligiendo a un ministro abiertamente gay para la cartera de Turismo y haciendo ondear, con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, la bandera arco iris en diversas dependencias oficiales, incluida la sede de la presidencia. El nuevo periodo quedó especialmente simbolizado, poco después de la elección de Solís, por la decisión de la junta directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social de que los trabajadores de Costa Rica puedan incluir a sus parejas del mismo sexo en los beneficios del sistema de seguridad social por lo que a la atención médica se refiere. Una decisión saludada por el propio presidente de Costa Rica y que incluso mereció una felicitación expresa desde Naciones Unidas.
Sin embargo, pese lo esperanzador del nuevo periodo, el reconocimiento de las uniones se resiste a avanzar. La complicación estriba tanto en la composición de la Asamblea de Costa Rica (muy fragmentada) como en la figura jurídica elegida. En legislaturas anteriores siempre acababa encontrando el freno de los cada vez más influyentes grupos evangélicos y sus representantes políticos, entre ellos el que llegó a ser presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, el pastor Justo Orozco (un conocido homófobo).
Por fin, activistas LGTB (entre ellos el abogado Marco Castillo) se reunían en marzo con representantes del Gobierno para exigirles avances en esta materia, una reunión tras la cual la viceministra de la Presidencia, Ana Gabriel Zúñiga, anunciaba que el Gobierno promovería la discusión de los dos proyectos sobre la materia que se encontraban en trámite parlamentario (el de sociedades de convivencia y el de uniones de hecho), para unificarlos en un solo texto que reuniese apoyo suficiente. Sin embargo el proceso se enquistó.
Las cosas parecían aclararse en agosto, cuando el Gobierno de Costa Rica se mostraba partidario de dar carpetazo a la idea de crear una figura jurídica nueva (las “sociedades de convivencia”) y optaba por reformar la ya vigente legislación de uniones de hecho para incluir a las parejas del mismo sexo, como planteaba el otro proyecto. Una opción, de hecho, más del agrado de los colectivos LGTB. Pero lo cierto es que han pasado tres meses desde nuestra última entrada sobre el tema y la discusión sigue encallada debido a los múltiples impedimentos procedimentales promovidos por los grupos contrarios al proyecto. Una situación que hace temer que, pese a las esperanzas despertadas, acabe por reproducirse la parálisis de legislaturas anteriores.