El Parlamento de Lituania rehúsa votar una ley contra la «propaganda homosexual»
El Parlamento de Lituania ha aprobado por mayoría eliminar del orden del día de la cámara la votación de una ley contra la llamada “propaganda homosexual”, similar a la vigente en Rusia. La aprobación de una norma semejante dentro de un país de la Unión Europea hubiera sentado un precedente muy preocupante, aunque Lituania ya dispone de alguna normativa en vigor que impide la libre información sobre la orientación sexual. Los activistas LGTB temen, sin embargo, que la iniciativa pueda ser votada en cualquier otro momento, y critican que los derechos humanos básicos estén permanentemente cuestionados.
La iniciativa que se presentaba a consideración del Parlamento partía de Petras Gražulis, diputado lituano de conocidas convicciones homófobas, que ha hecho de la persecución de los derechos LGTB el eje de su acción política. Se trataba de una enmienda al Código de Faltas Administrativas, que castigaría con fuertes multas cualquier acto público que atentase contra los valores familiares tradicionales, tal y como se recogen en la Constitución de Lituania. Las multas oscilarían entre los 300 y los 900 euros (entre 325 y 970 dólares), pero podrían llegar hasta los 1.800 euros (1.940 dólares) en caso de reincidencia (en un país con un salario medio que no llega ni a la mitad del español). En definitiva, cualquier evento en defensa de los derechos LGTB (como congresos, reuniones, discursos, manifestaciones, etc.) vería muy dificultada su celebración.
Pero el diputado liberal Eligijus Masiulis presentó el pasado día 12 una moción para eliminar la votación de la normativa LGTBfoba del orden del día del Parlamento. Para Masiulis, el proyecto de ley es una afrenta a la democracia y a la reputación internacional de Lituania. La moción recibió el apoyo de 64 parlamentarios, el voto contrario de 10 y 25 abstenciones. La votación sobre la ley discriminatoria se pospone una vez más, aunque sigue pendiendo sobre los derechos LGTB como una espada de Damocles permanente.
Una ley repetidamente pospuesta pero siempre amenazante
Ya en marzo de 2014 se había suspendido indefinidamente la votación sobre este mismo proyecto de ley, tras consultarse si debía ser sometido a consideración de la cámara. A favor votaron 39 diputados, 34 lo hicieron en contra y 20 se abstuvieron. Aunque dispusieron de mayoría simple, a los partidarios de que se votara la norma les faltaron 5 votos para que, según el reglamento parlamentario, esta pudiera ser votada. Un subterfugio procedimental que muy posiblemente escondía el delicado equilibrio entre los deseos de aprobar la norma y el temor a las consecuencias diplomáticas que la decisión acarrearía.
En agosto de 2013 había sido finalmente bloqueada una iniciativa de referéndum para aprobar otra norma contra la “propaganda homosexual”. De hecho, un proyecto similar al vetado ahora en el Parlamento ya fue propuesto en 2010. La respuesta de la presidenta Dalia Grybauskaite (antigua comisaria europea) y la protesta del Parlamento Europeo actuaron entonces como freno al proyecto.
Y es que la eliminación del calendario de sesiones del proyecto de ley no implica su rechazo, sino simplemente que por ahora no se pone a consideración del Parlamento, pero puede hacerlo en el siguiente período parlamentario. Tomas V. Raskevičius, coordinador de políticas de la Liga Gay Lituana (LGL), expresa su preocupación al respecto en los siguientes términos: “A pesar de que el proyecto de ley ha sido retirado del orden del día del Parlamento esta mañana, puede ser sometido a votación final en cualquier momento. Esta amenaza permanente sirve como recordatorio persistente de que los derechos humanos LGTB siguen siendo una herramienta para la manipulación política y el chantaje. Como defensores de los derechos humanos, a veces nos desalienta el que incluso los derechos básicos de las personas LGTB estén siendo cuestionados».
Por ello, el lema oficial de la próxima Marcha del Orgullo Báltico, que tendrá lugar en el mes de junio, será “Somos personas, no propaganda”.
Lituania: un discurso de odio muy poco disimulado
Lo cierto es que Lituania lleva un tiempo avanzando de manera preocupante hacia posiciones cada vez más intransigentes con la realidad LGTB, y de ello hemos dado cuenta en dosmanzanas. En octubre de 2010 entró en vigor la reforma que prohíbe la “manifestación y promoción” de contenidos publicitarios referidos a orientación sexual. Una prohibición que afecta a servicios publicitarios dirigidos a toda la población, y no solo a menores. Poco antes, en marzo de 2010, había entrado en vigor la ley de “de protección de menores contra el efecto perjudicial de la información pública” con el objetivo de obstaculizar la información positiva sobre diversidad sexual. Y aunque su versión inicial fue corregida por las protestas, su redacción definitiva sigue estigmatizando la información sobre homosexualidad.
En septiembre del año pasado informábamos sobre la prohibición de un inocente spot contra la homofobia, en base a esta legislación. En enero de este año, un diputado lituano lanzaba veladas amenazas contra la asociación LGL, a la que acusaba de “jugar con fuego” con “provocaciones” que podrían costarles un ataque como el sufrido por la revista satírica Charlie Hebdo en París. Ese mismo mes, un tribunal lituano calificaba de “excéntrica” la foto en la que una pareja gay aparece besándose y descartaba actuar ante las amenazas homófobas que habían recibido sus protagonistas.