El séptimo desfile del Orgullo LGTB de Hong Kong bate récord de participación
Varios miles de personas se han manifestado este sábado en Hong Kong con motivo del séptimo desfile del Orgullo LGTB de la Región Administrativa Especial (SAR) china. En esta ocasión, los manifestantes aprovecharon la ocasión para exigir al gobierno del país una mejora en los derechos de la comunidad LGTB, así como la aplicación de protecciones para el colectivo y la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
El lema escogido para la manifestación, que este año volvió a batir un nuevo récord de participación, fue “Love is Love” (“El amor es el amor”). Los participantes (se habla de alrededor de 9.500 personas participando en la marcha) salieron a las calles del centro de Hong Kong para celebrar un nuevo desfile del Orgullo. Entre los asistentes, encontramos a algunos diplomáticos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. «Creo que Hong Kong está haciendo enormes progresos. Estamos viendo cambios … en la forma en que las personas reaccionan y responden hacia los gays en el lugar de trabajo y en la sociedad,«, aseguró Mark Green, de 54 años y uno de los manifestantes.
El evento hongkonés tuvo lugar justo una semana después de que Taipéi, en Taiwán (otro territorio del ámbito chino) celebrara también su Orgullo LGTB, que atrajo a 80.000 personas. El de Taipéi, como hemos recogido en ocasiones anteriores, es posiblemente el Orgullo más multitudinario de Asia.
El obispo católico de Hong Kong atraía la crítica al sugerir, en una carta publicada a principios de noviembre, que «el movimiento gay» estaba «desafiando” el concepto de matrimonio y el de familia. El cardenal John Tong aseguró que si el matrimonio entre personas del mismo sexo fuese legalizado en Hong Kong, o si se implantaran medidas de protección contra la discriminación se trajeron, «esto obligaría a nuestra sociedad a someterse a un cambio que les pondría boca abajo«.
Ser homosexual en la región
Hong Kong vive en un equilibrio a veces complicado entre el control del Gobierno chino (receloso de cualquier reivindicación ciudadana, incluida la de los LGTB) y su autonomía como SAR, herencia de su antiguo estatus de colonia británica. Pese a su reputación como centro financiero internacional, la ciudad es relativamente conservadora en lo referente a derechos LGTB, no habiendo legalizado las relaciones homosexuales hasta 1991. Los últimos vestigios de la ley contra la sodomía heredada de la época colonial siguieron sin embargo vigentes hasta 2007, cuando fueron totalmente anulados por la Corte Suprema de Hong Kong. Poco antes, en 2005, tuvo que ser otra decisión judicial la que equiparó la edad de consentimiento para las relaciones homosexuales a la de las relaciones heterosexuales (pasó de los 21 a los 16 años). Y no fue hasta 2008 que Hong Kong celebró formalmente su primer Orgullo LGTB, evento del que dosmanzanas se hizo eco en su momento.
En la República Popular China la homosexualidad es legal desde 1997 y dejó de estar catalogada como enfermedad mental en 2001. La creencia de que se trata de una enfermedad curable sigue aún extendida, pero también se ha avanzado en este tema: recientemente recogíamos como un tribunal de Pekín ha condenado a una clínica a pagar una compensación económica a una víctima de las “terapias reparadoras”. En cualquier caso, las autoridades se muestran reticentes con la causa LGTB: obstaculizaron la celebración del primer Orgullo de Shanghái, boicotearon el certamen de Mister Gay China y votaron en su momento en contra de conceder estatus consultivo en Naciones Unidas a ILGA (International Lesbian and Gay Association).
Más avanzada es la situación en Taiwán, primer territorio del ámbito chino en llevar el debate sobre el matrimonio igualitario a su parlamento. Dicha iniciativa surgió gracias a una propuesta del Partido Progresista Democrático (DPP), principal fuerza de la oposición. Hace pocos días, precisamente, recogíamos como el alcalde de Taipéi presidía una tradicional ceremonia multitudinaria de boda en la que por primera vez participaron (de forma simbólica, eso sí) varias parejas del mismo sexo.