Fuerte revuelo ante la nueva directiva de la Iglesia mormona que excluye a los hijos de familias homoparentales
Una nueva directiva de la Iglesia mormona excluye a los hijos de parejas del mismo sexo del bautismo y considera a estas parejas como apóstatas. La medida ha causado conmoción y ha desencadenado un significativo movimiento de abandono por parte de numerosos fieles. La Iglesia mormona, que quizá no previó el alcance de la decisión –la noticia ha tenido un fuerte impacto mediático en los Estados Unidos– ha emitido una “aclaración” que parece haber servido de poco.
La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días (más conocida como Iglesia mormona o simplemente “mormones”) ha aprobado una nueva política que supone una exclusión aún mayor de las personas LGTB. Entre las medidas tomadas destaca la de que los niños con progenitores del mismo sexo no podrán ser bautizados hasta al menos los 8 años ni recibir otras “ordenanzas del sacerdocio” (“actos sagrados dados por el Señor”, según la Guía para la familia). Tampoco podrán partir a misiones cuando sean jóvenes a menos que hayan cumplido los 18 años, desaprueben la práctica de relaciones homosexuales, no vivan con sus padres y reciban la aprobación oficial de los líderes locales de la iglesia. Por otra parte, los mormones que hayan contraído matrimonio con alguien de su mismo sexo serán tenidos por apóstatas y deberán someterse a procesos disciplinarios dentro de la iglesia.
Esta decisión ha causado un enorme impacto entre los mormones. Lo ha hecho evidentemente entre los activistas en favor de las personas LGTB dentro de esta iglesia. Sin embargo, esta vez ha ido mucho más allá, pues dentro de la religión mormona la familia tiene gran peso, hasta el punto de que su visión del paraíso conlleva el ideal de reunirse con todos los miembros de la familia. Los medios de comunicación estadounidenses, de hecho, recogen ya abundantes testimonios de padres, madres, abuelos o abuelas de fe mormona, indignados por lo que consideran un insulto innecesario hacia sus familiares LGTB y una discriminación intolerable de los hijos de estos.
La directiva llama especialmente la atención porque se emite en un momento en el cual la Iglesia mormona, tras el desgaste que le supuso en su momento su fuerte compromiso con la aprobación de la Proposición 8 (que durante un tiempo mantuvo suspendido el matrimonio igualitario en California) estaba iniciando una reconsideración en positivo de la realidad LGTB. En tiempos recientes había suavizado su discurso (a finales de 2012 lanzaba por ejemplo “Mormons and Gays“, web desde la que hacía una actualización aperturista de su doctrina sobre la homosexualidad y donde se recogen diversos testimonios personales) y de hecho algunos datos apuntan a que entre sus fieles va creciendo lentamente la aceptación (aunque los índices siguen siendo bajos: según el Pew Research Centre, un 34% de los mormones aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo —frente a un 24% en 2007— mientras que el matrimonio igualitario solo es apoyado por un 25%). Frente a esto, la nueva decisión parece confirmar de nuevo a los mormones como una de las confesiones religiosas estadounidenses más activamente contrarias a la realidad LGTB.
Aclaraciones de las autoridades de la iglesia
Ante el revuelo causado, la Primera Presidencia de la Iglesia mormona ha realizado por carta una serie de «aclaraciones«. El texto precisa que la exclusión de los niños no aplica de forma automática cuando uno de los progenitores es gay, lesbiana o bisexual, sino solo si son educados en el seno de matrimonios del mismo sexo o “situaciones similares”. Asimismo, aclara también que los hijos ya bautizados no deben quedar apartados de sus actividades en la iglesia ni de sus “privilegios de sacerdocio”, añadiéndose que las “decisiones sobre ordenanzas futuras para estos niños deberán ser tomadas por líderes locales que tendrán por objeto primero de su consideración la preparación y el mejor interés del niño”.
Por último, los hijos que convivan con progenitores del mismo sexo podrán recibir guía espiritual y “bendiciones sacerdotales” (que son diferentes a las “ordenanzas”).
Fuerte reacción en contra
Aclaraciones que no parecen haber frenado una más que destacable reacción. Según declaraciones de Mark Naugle, un abogado que ha ofrecido gratis sus servicios para abandonar la iglesia, ya ha habido cientos de personas que se han desvinculado oficialmente. Siempre según este abogado, unas 1.500 personas le habrían contactado desde el 11 de noviembre buscando información para apostatar.
Por otra parte, el pasado sábado 14 hubo una concentración en un parque adyacente a la sede de la iglesia para efectuar una apostasía masiva. Asistieron unas 1.000 personas. Según una encuesta en la convocatoria de Facebook, la mayoría declararon ser mormones que habían dejado de asistir a los servicios religiosos desde hacía años. De ellos, la mayor parte (291 personas) afirmaban directamente que no eran creyentes desde hacía años. 71 afirmaban ser miembros “inactivos”, mientras que 16 asistían regularmente al templo.
Ciertamente, el valor de esta encuesta es más bien testimonial. Con todo, sí ayuda a ver que posiblemente esta decisión haya servido para que gente ya alejada dé el paso de abandonar definitivamente una iglesia a la que ya no quieren seguir perteneciendo.
Chantaje emocional…vamos cristianismo puro y duro.Encima usan a nuestros hijos en nuestra contra y van buscando desesperadamente a hijos de parejas homoparentales «traumatizados» para justificar su discriminacion.