Ucrania rechaza una normativa contra la discriminación exigida por la Unión Europea
“Con independencia del bando, las personas LGTB pierden”. Así titulábamos nuestro análisis del entonces incipiente conflicto en Ucrania hace un año y medio y así lo confirman los hechos. En una votación en el Parlamento el pasado miércoles, los diputados rechazaron una normativa contra la discriminación laboral basada en el origen étnico, las creencias religiosas o la orientación sexual. La legislación era una exigencia de la Unión Europea para permitir a los ucranianos viajar sin necesidad de visado a los países comunitarios.
El Gobierno proeuropeo de Petró Poroschenko pretende alcanzar un acuerdo para eliminar la obligación del visado de los nacionales del país que quieran desplazarse a la UE. El objetivo a largo plazo es integrarse en la zona Schengen de libre circulación. A cambio, los tratados europeos exigen la implementación de medidas de profundización democrática y derechos humanos que incluyen la prohibición de la discriminación en el ámbito laboral.
La votación sobre este asunto tuvo lugar el pasado miércoles. El presidente destacó incluso su trascendencia con un mensaje televisado: adelantaba que la aprobación de la medida podría suponer que los ucranianos pudieran viajar a la UE sin necesidad de visado el año próximo. Pero el resultado en el parlamento unicameral ucraniano arrojó solamente 111 votos a favor de la normativa antidiscriminatoria, lejos de los 226 necesarios. Un gran número de diputados se ausentó de la sesión, temerosos de salir perjudicados electoralmente por apoyar los derechos LGTB.
Los oponentes a la ley alertaron del “peligro” de una legalización del matrimonio igualitario al prohibir la discriminación de las personas LGTB, algo que rechazaron de plano los propulsores del texto. En cualquier caso, el plazo máximo establecido para la adopción de las medidas exigidas expiró el 9 de noviembre. La Unión Europea revisará el cumplimiento de los criterios y decidirá sobre la exención de visados el próximo 15 de diciembre.
Ucrania: hostigamiento a la comunidad LGTB por ambos bandos
Dosmanzanas daba cuenta, el pasado mes de junio, de los ataques durante la marcha del Orgullo LGTB de Kiev, que se saldó con al menos 10 heridos y 25 ultras detenidos. Aun así, teniendo en cuenta el clima de crispación y la imperante homofobia social, los organizadores y activistas participantes consideraron que la presencia de unos 300 personas era un éxito, teniendo en cuenta que “todos sabían que era peligroso”. Poco después, en agosto, un foro sobre derechos LGTB en Odesa también era atacado.
En julio del año pasado nos hacíamos eco de las imágenes que registran el intento de asalto de un grupo neonazi a un local de ambiente gay en Kiev. Este miserable incidente ocurría pocos días después de que las autoridades de la ciudad prohibieran la celebración de la Marcha del Orgullo, justificando de nuevo su negativa en supuestos problemas para garantizar la seguridad, así como por la situación de guerra en el este del país.
En 2013 fueron los tribunales los que prohiberon la que hubiera sido primera Marcha del Orgullo de la capital ucraniana, a petición de un grupo de parlamentarios, que también esgrimieron como motivo para la prohibición los posibles disturbios entre manifestantes y opositores a los derechos LGTB. Pero a pesar de la orden judicial, una cincuentena de activistas se manifestaba a los pocos días por las calles de Kiev, teniendo que ser protegidos por la policía de la ira de los grupos de extremistas.
De hecho, la presencia de esos mismos grupos obligó a suspender en 2012 todos los actos reivindicativos programados. Las espantosas imágenes del ataque al activista LGTB Svyatoslav Sheremet cuando comunicaba dicha suspensión se convirtieron en la imagen de la persistencia del odio homófobo instalado en la sociedad ucraniana.
Me da miedo que de este debate sobre la situación LGTB en Ucrania pueda surgir otro sobre el modelo político ruso y europeo. En esa disyuntiva, yo lo tengo clarisimo: me quedo con el modelo liberal europeo. Y rechazo el de Putin. A partir de ahí, espero que el clima social evolucione en Ucrania como lo ha hecho aquí en el pasado.
Pero al fin y al cabo es Europa del Este.