"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

La (nueva) familia LGTB: crítica de «De chica en chica» y entrevista a Sonia Sebastián

Los fans de la serie web Chica busca chica están de suerte porque una de sus creadoras y gran parte de su reparto han realizado por fin la esperada adaptación cinematográfica. Sin embargo, creada ocho años más tarde, De chica en chica ya no es el mero retrato de líos lésbicos que los internautas buscaban en 2008, sino que ha sabido adaptarse a los tiempos para reflexionar sobre el valor de la propia identidad y el nuevo concepto de familia. Lo que no se ha perdido es el alocado humor y la desenfadada irreverencia con que se abordan temas mucho más profundos de lo que su estética aparenta. Así, partiendo del primer periodo —símbolo de la vida— de una niña que nunca conoció a su padre, gais, lesbianas, heteros y transexuales se reúnen una apacible jornada de verano para celebrar algo tan nimio y a la vez tan importante como es el regalo que supone tenerse los unos a los otros.

De chica en chicaCelia Freijeiro, Cristina Pons y Sandra Collantes retoman sus divertidos roles protagónicos, acompañadas esta vez de los conocidos rostros de María BallesterosAdrián LastraJane BadlerIsmael MartínezEstefanía de los Santos, siendo especialmente grata la simpática presencia de la expresentadora de El Intermedio Beatriz Montañez, a la que empezábamos a dar por perdida (protagonizar el 88 de Jordi Mollà en 2012 no había hecho mucho por ella). Todos ellos conforman un cóctel explosivo que, en la línea de comedias de enredo ya clásicas como Sé infiel y no mires con quién (Fernando Trueba, 1985), deja sin aliento al espectador con palpitante ritmo e inagotable hilaridad. Aunque indudablemente estridente —para bien y para mal—, De chica en chica conoce demasiado bien tanto a sus personajes como a las identidades que explora como para caer en el tópico fácil que tantos críticos han malmirado: lejos de dejarse llevar por los estereotipos, la película se divierte a su costa, divirtiendo a su vez a aquellos espectadores capaces de dejar a un lado los siempre latosos prejuicios.

No se pretende con esto afirmar que De chica en chica sea un completo retrato de una realidad social, desde luego (la multitud de personajes y la locura del guion no permiten ahondar demasiado en tema alguno), pero nos encontramos ante una cinta que indudablemente cumple sus dos principales cometidos: hacer reír —sirva la exitosa proyección en el marco del último LesGaiCineMad como prueba de ello— y poner sobre la mesa un nuevo tipo de familia que, ni entiende de identidades, ni necesita todo aquello que la tradición parece haber exigido para ser feliz. Escrita por Cristina Pons (una de las protagonistas), Ángel Turlan y la propia directora (Sonia Sebastián), esta película supone la excepción que confirma la regla en cuanto a la presencia de lesbianas en el cine de nuestro país, lo que la convierte en una obra tan entretenida como necesaria que, ojalá, inste a más realizadores (¡y realizadoras!) a perder el miedo al cine LGTB más irreverente. Con perdón de las dramáticas Fucking Amal (Lukas Moodysson, 1998) y La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche, 2013), ¿quién no quiere reír de vez en cuando?

Sonia SebastiánY ahora charlemos con Sonia Sebastián, coguionista y directora de De chica en chica, la cinta LGTB española del año.

Antes de nada hay que recordar que De chica en chica parte de la serie web Chica busca chica, que creaste hace siete años junto a Olga Iglesias. ¿Qué similitudes y qué diferencias principales hay entre ambas obras?

La gran similitud es que el tipo de humor y la forma de contar la historia de la película es la misma que la de la serie, aparte de las tres actrices principales que también salían en Chica busca Chica. La gran diferencia es que la historia es otra. Yo me puse a escribir este guion nueve años después de escribir la serie y, por lo tanto, las cosas que contar y las preocupaciones son distintas. De chica en chica habla de la familia, de los distintos modelos de familia; con esta peli desmentimos el refrán “familia no hay más que una” y lo cambiamos por “para criar a un bebé hace falta una tribu entera”. Chica busca chica hablaba de lo que nos interesaba en aquel momento, ligar, conocer chicas… Diez años de diferencia hacen madurar… Bueno, al menos se intenta.

Olga Iglesias y Almudena Gallego son los dos principales nombres de la serie que no encontramos en los créditos de De chica en chica; ¿a qué se debe su ausencia?

¡Olga Iglesias está en los títulos de crédito! Tiene una colaboración en el guión, lo que pasa es que estaba trabajando en otros proyectos cuando decidimos escribir la peli, pero siempre hemos contado con su apoyo y ayuda. Me hubiera gustado que nos hubiera podido dar un poquito más de ella, por supuesto, porque la admiro mucho como guionista; pero creo que lo que aportó al guion fue maravilloso. El caso de Almudena es que ese papel desapareció, simplemente. Pero lo tengo en cuenta para un spin-off.

De chica en chica es una de las primeras películas españolas protagonizadas por lesbianas. ¿Por qué crees que tenemos este agujero en nuestra cinematografía?

En nuestra cinematografía y en nuestra vida social. Las lesbianas se ven menos, participan menos de la sociedad como lesbianas: sí como mujeres pero no como lesbianas. Es algo que es así, pero creo que hay que cambiarlo. Tenemos que contar la vida de diferentes maneras, sobre todo en el cine. Por eso hicimos esta película,  porque creemos y confiamos en la necesidad de que estos personajes puedan ser protagonistas y no dejarlos únicamente como secundarios de una serie o una película.

Algunos críticos han tachado De chica en chica de tópica, pero desde mi punto de vista es la película la que se ríe de los estereotipos. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Puede realmente hablarse de tópicos dada la escasez de comedias lésbicas?

Sinceramente, lo que me parece tópico es ese tipo de críticas. Estos señores que tanto saben acerca del cine y del mundo lésbico y se permiten vomitar al mundo sus opiniones categóricas. Nosotros nos reímos completamente de esos estereotipos pero es algo de lo que las personas de mente cerrada nunca van a darse cuenta, lo verán como un estereotipo… ¡Pero anda que no discutimos Ángel, Cristina y yo acerca de eso cuando escribíamos el guion! Además el trío de guionistas no podía ser más diverso: un hetero de 28 años, una hetero de 40 y una lesbiana de 38 con mente de Peter Pan.

Ante la falta de referentes, ¿cuáles han sido tus influencias a la hora de crear esta obra?

Realmente como referente he trabajado más sobre la puesta en escena. Una de las películas que tenía en mi cabeza era El Skylab, de Julie Delpy; esta película es una maravilla a la hora de contar una reunión familiar; también Como en las mejores familias, de Cédric Klapisch. Y por  supuesto Almódovar, que siempre está y estará entre mis referentes porque he crecido viendo su cine. Es el mejor.  También cogí la parte amable a la hora de contar de Los chicos están bien, de Lisa Cholodenko. La película no me gustó por su mensaje pero vi cómo colaron una historia de lesbianas en Hollywood y eso, le pese a quien le pese, es muy grande.

Una de las grandes bazas de De chica en chica es su reparto, que suma nuevos rostros a las protagonistas de la serie original, ¿cómo fue la elección de estos? ¿Fue sencillo arrastrarlos al proyecto?

Si te digo la verdad, fue más fácil de lo que yo pensaba. Pero fue por la ilusión que transmitíamos. No sólo yo, sino también las actrices Celia Freijeiro, Cristina Pons y Sandra Collantes y las productoras Ana Carrera y Ruth Franco. Sin estas cinco personas no hubiera sido posible sacar el proyecto adelante. La elección de los actores es mérito de Ana Trápaga y Patricia Sáinz de Miranda, directoras de casting. Ellas leyeron el guión y comprendieron inmediatamente qué intérpretes eran los mejores para cada papel.

¿Cuánto de realidad y cuánto de caricatura hay en De chica en chica?

La comedia para mí tiene algo de caricatura pero siempre con unas sólidas bases en la realidad. Nuestros personajes son reales, al limite sí, pero completamente reales. ¿Acaso no tiene la realidad algo de caricatura?

¿Qué opinas de la etiqueta “cine LGTB”? ¿La aplicas a tu película?

Yo no quiero aplicársela, ya que, como se dice en la peli, “qué manía con etiquetarlo todo”, pero hay veces que la gente se siente menos perdida con la catalogación de las cosas. Para mí no es una peli LGTB, pero tiene personajes LGTB… Puede ser un buen punto sobre el que partir pero lo cierto es que en De Chica en Chica no hablamos de la orientación sexual de los personajes. Los personajes son lo que son, aman lo que aman y se acuestan con quien se acuestan, pero la historia es una reunión familiar en torno a una niña a la que le viene la regla. Ya está.

¿Crees que la temática de De chica en chica juega en su contra de cara a la distribución?

Totalmente. Es mucho más difícil de vender. Muchos cines nos han dicho que no solo porque es una “peli de lesbianas”. Es muy triste pero es así. Esperemos que para las ventas internacionales la cosa esté más abierta. En Estados Unidos ha encantado y van a apostar por ella. Veremos qué pasa.

¿Cómo llevaste a cabo la financiación de la película? ¿Cuánto debes al crowdfunding?

 Al crowdfunding le debemos el arranque de la película. Si no hubiésemos obtenido esos 60.000 dólares posiblemente no hubiéramos conseguido el resto de inversores que realmente la han financiado. Tuve la suerte de conocer a varias personas de economía y empresa que me hicieron un business plan de la peli, entre ellos Marta Fernández Herraiz, que apoyaron toda la búsqueda de financiación. Y así, con un dossier y un business plan bajo el brazo me fui a San Francisco, donde conseguí el apoyo de dos plataformas online que dieron publicidad y coherencia al crowdfunding. Fue un trabajo duro, desconocido pero maravilloso, que nos ha traído hasta aquí.

Actualmente resides en San Francisco, ¿es más fácil allí la vida para una joven creadora española?

Es más fácil si quieres aprender inglés [risas]. No, vivir en Estados Unidos no es fácil, su mentalidad no se parece en nada a la nuestra, pero creo que es un lugar del que puedo aprender mucho y tiene esa cosa de perseguir los sueños de una manera tan positiva que me hace conectar con el momento en el que estoy ahora. Pero ya lo decía Dorothy en El Mago de Oz: como en casa no se está en ninguna parte.

¿Es demasiado pronto para pensar en tu siguiente proyecto?

Es demasiado pronto para contarlo porque todavía está formándose. Tenía una idea para una peli que me lleva persiguiendo mucho tiempo pero no sé si es el momento porque la ambientación es en el París de 1920, así que estoy barajando otras opciones por si acaso. Pero lo que tengo claro es que quiero seguir contando historias.

 

Comentarios
  1. DanielGrimoir

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