Secuestrado y mutilado por orden de su propia familia: el infierno que ha llevado a la muerte a un joven intersexual en Kenia
La historia es de las que te hacen perder la fe en la condición humana. Su nombre era Muhadh Ismael, y tenía solo 17 años. Era intersexual, y su identidad de género era masculina. Su familia se negaba a aceptarlo como varón, por lo que lo secuestró contra su voluntad, le seccionó el pene y lo abandonó mientras se desangraba. El blog Erasing 76 Crimes, especializado en denunciar la situación de las personas LGTB en aquellos países en los que las relaciones homosexuales son aún delito, ha hecho pública la historia.
Muhadh Ismael era de Malindi, un pueblo situado a unos 110 kilómetros al norte de Mombasa. Era intersexual, y su cuerpo combinaba genitales masculinos y femeninos. Desde su más tierna infancia, su familia decidió tratarlo como mujer. Le pusieron un nombre femenino, Muhadh Hafswa Said, y lo vistieron con ropa de chica. Sin embargo, pese a la aparente predominancia de caracteres sexuales femeninos (tras la pubertad sus pechos comenzaron a desarrollarse), su identidad de género era masculina. Adoptó el nombre de Muhadh Ishmael e insistió en ser tratado como un chico. Pero sus familiares no solo se negaban, sino que, considerándolo una especie de «maldición», lo mantenían oculto a la vista de los vecinos y, avergonzados, ni siquiera dejaban que los acompañase a la mezquita. Tampoco lo enviaron a la escuela: al parecer sus padres creían que moriría pronto y que ello era una pérdida de tiempo y de dinero.
La situación se volvió aún más dramática para él cuando tras la muerte de sus padres pasó a ser custodiado por un tío. El chico era maltratado y sufría continuas vejaciones por parte de otros hombres de la familia, pese a lo cual él seguía insistiendo en ser tratado como varón.
Tras el fallecimiento de su abuela en noviembre, y considerándolo la causa de todas sus desgracias, sus familiares decidieron darle una lección. Urdieron un engaño para conseguir que el chico acompañara a cuatro desconocidos que lo drogaron, le seccionaron el pene y lo abandonaron en un área boscosa. Despertó al día siguiente, rodeado de un charco de sangre, y a duras pudo caminar hacia una iglesia cercana. Finalmente un conductor se apiadó de él y lo trasladó al Hospital de Malindi, donde recibió cuidados mínimos, al parecer debido a la imposibilidad del muchacho de pagar los gastos. El joven murió después de varios días ingresado, el pasado día 21 de diciembre. Antes de su muerte, sin embargo, el joven pudo contar su historia a Joseph Odero, activista LGTB keniano y colaborador de Erasing 76 Crimes, que ha divulgado la historia.
Colecta de dinero
Erasing 76 Crimes, un blog editado por activistas de Estados Unidos, Canadá y varios países africanos al que en otras ocasiones hemos hecho referencia y al que damos credibilidad, ha puesto en marcha una colecta que permita tanto sufragar los gastos del hospital (que se niega a entregar el cadáver si no se abonan) como pagar la realización de una autopsia del cuerpo que pueda ser utilizada como prueba en la denuncia que ya ha sido interpuesta, así como proporcionar finalmente a Muhadh Ismael un funeral digno. Hay que tener en cuenta que ni los amigos del chico ni Joseph Odero, que se está encargando de los trámites, pueden permitirse sufragar por sí mismos estos gastos.
Si alguno de nuestros lectores desea contribuir a los gastos puede hacerlo vía PayPal a la cuenta «76crimes@gmail.com». Para cualquier duda al respecto, o si se desea contribuir por otra vía, se ruega contactar (mejor en inglés) con ese mismo correo electrónico (76crimes@gmail.com). El presupuesto previsto, al cambio, es de unos 430 dólares estadounidenses, una cifra que se nos antoja casi irrisoria para el nivel de vida medio occidental.