Un senador de Estados Unidos pide a Francisco que actúe contra los insultos homófobos del arzobispo de Santo Domingo
El senador estadounidense Dick Durbin se ha dirigido al papa Francisco, con el fin de solicitarle que ponga fin a las diatribas homófobas del arzobispo de Santo Domingo, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, contra el embajador de los Estados Unidos en la República Dominicana, el abiertamente gay James «Wally» Brewster. El prelado católico ha calificado repetida y públicamente al embajador de “maricón” e incluso le ha tachado recientemente de “esposa de un señor” que debería ocuparse de las labores del hogar.
El senador demócrata por el estado de Illinois, Dick Durbin, ha considerado que los repetidos exabruptos homófobos del cardenal dominicano Nicolás de Jesús López Rodríguez contra el embajador James «Wally» Brewster y su esposo Bob Satawake exceden lo tolerable y admisible.
Tras el discurso ofrecido por el papa Francisco a los representes políticos de los Estados Unidos durante su visita a Washington, el senador ha estimado que debía recordar al líder de la Iglesia Católica el mensaje de tolerancia y respeto que les dirigió, pidiéndole que lo difunda también entre los miembros de la jerarquía católica.
El texto completo de la carta dirigida al papa Francisco es el siguiente:
Su Santidad, Francisco
Palacio Apostólico
00120 Ciudad del Vaticano
15 de diciembre de 2015
Santísimo Padre Francisco,
Gracias por su reciente visita a Washington y por dirigirse a nosotros en la sesión conjunta del Congreso. Su visita y su mensaje tuvieron un profundo impacto en todos nosotros.
Me dirijo a usted por un asunto relacionado con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, de la Archidiócesis de Santo Domingo en la República Dominicana, y el embajador de los Estados Unidos en ese país, Wally Brewster.
El embajador Brewster es de mi estado de Illinois y un amigo personal. Apoyé la selección de Brewster como embajador efectuada por el presidente Obama y juró su cargo en mi oficina del Senado. El embajador Brewster es gay y está casado bajo las leyes de los Estados Unidos con su pareja, Bob Satawake.
Antes incluso de la llegada del embajador Brewster a Santo Domingo en 2013, el cardenal Rodríguez lanzó un ataque personal contra él con declaraciones públicas recogidas en la prensa popular. El cardenal utilizó el odioso insulto «maricón», que aún sigue utilizando en la actualidad. En una reciente entrevista, el cardenal Rodríguez describió de nuevo al embajador como un «maricón» y afirmó falsamente que el embajador se había propuesto promover la «mariconería» en la República Dominicana. El cardenal describió al embajador como «una esposa» que «debería dedicarse a las tareas del hogar».
En el pasado, el cardenal y otros líderes de la Iglesia dominicana organizaron incluso un «lunes negro» de protesta pública contra el embajador. Su actuación dio lugar a una contramanifestación en apoyo del embajador y su pareja.
A pesar de esas palabras de odio y esos ataques personales, el embajador Brewster ha trabajado para allanar el conflicto entre los líderes de la Iglesia y él mismo. Su paciencia y profesionalidad frente a los mezquinos ataques del cardenal demuestran su compromiso personal con su responsabilidad de representar a los Estados Unidos de América.
Las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio gay son bien conocidas, pero la Iglesia también nos enseña a mostrar tolerancia hacia las personas con diferentes orientaciones sexuales. Las intolerantes declaraciones públicas del cardenal Rodríguez son claramente incompatibles con esos valores.
Desde su elección como papa, ha compartido un mensaje de compasión, tolerancia y amor. Recuerdo claramente cuando se dirigió a nosotros en la sesión conjunta del Congreso en el mes de septiembre y nos recordó nuestra responsabilidad de «defender y preservar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda incansable y exigente del bien común».
Yo acepto ese reto y me dirijo a usted para pedirle lo mismo por parte de la jerarquía de la Iglesia.
Atentamente,
Richard J. Durbin
Senador de los Estados Unidos