Una nueva sentencia avanza en el reconocimiento de la homoparentalidad en la República Checa
Una reciente decisión judicial en la República Checa ha reconocido como tales a los hijos de una pareja del mismo sexo adoptados en California. Los padres gozan así de plenos derechos parentales también en el territorio checo, donde vive la abuela de los niños y donde estos pasan sus vacaciones. La decisión se suma a otra anterior del Tribunal Supremo de ese país que ya reconoció a otra pareja la paternidad de dos hijos. Además, actualmente otro hombre lucha por el reconocimiento de su hija fruto de gestación subrogada.
Jindřich (checo) y su marido Franck (de nacionalidad francesa) adoptaron dos niños en California cuando aún estaban en su primer año de vida (ahora tienen diez años). Y aunque viven en San Francisco, los chicos viajan con frecuencia a la República Checa a pasar las vacaciones con su abuela. Durante todos estos años, sin embargo, la familia ha vivido sus estancias en el país en una situación de inseguridad jurídica. Esta situación acabó el pasado 5 de noviembre, cuando un juez de la localidad de Prostějov, en Moravia, decidió reconocer plenos derechos parentales a la pareja. Se basó para ello en un cambio en la legislación local sobre derecho internacional privado, que permite a los jueces checos reconocer las decisiones acerca de tutela de menores adoptadas en otros países.
La sentencia ha sido recibida con satisfacción por los padres: “Ahora podremos obtener la ciudadanía checa para nuestros hijos, lo que nos permitirá mudarnos a Chequia. Facilita también nuestros viajes por Europa y a los chicos se les abren las puertas de las escuelas checas. Si pasara algo, Dios no lo quiera, tendríamos derecho a decidir sobre cuestiones médicas. Los chicos se sienten muy bien en Chequia, adoran los knedlíky* de su abuela y les encantaría quedarse aquí” [*masa cocinada de pasta de pan o patata, rellena o no, que acompaña diversos platos con salsa o sopas].
No se trata, de hecho, de la primera vez que en la República Checa se produce este reconocimiento gracias al mencionado cambio legislativo. Este mismo año, otra sentencia judicial, esta vez del Tribunal Supremo, reconoció los dos hijos de otra pareja del mismo sexo. Asimismo, actualmente otro hombre se está esforzando por obtener el reconociendo de paternidad de su hija, que nació por gestación subrogada.
República Checa y derechos LGTB
Todo esto se produce en un contexto local en el que se ha intentado en vano durante un año aprobar la adopción del hijo biológico de una persona por parte de su pareja del mismo sexo: hay una propuesta de enmienda a la actual ley de parejas (registrované partnerství) pero lleva un año estancada debido a la oposición de los democristianos, una de las las tres fuerzas que componen la coalición de gobierno. Sin embargo, el ministro de Derechos Humanos, Jiří Dienstbier (socialdemócrata) y el de Justicia Robert Pelikán, de ANO (literalmente “sí” en checo: un partido de corte liberal fundado por un multimillonario), han señalado que si el Parlamento no la aprueba tratarán de promover otra enmienda a la ley de parejas para permitir la adopción. Así es al menos si damos crédito a Petr Kalla, un abogado que está representando a parejas del mismo sexo en los tribunales checos.
Por lo demás, estos desarrollos son coherentes con el contexto checo, una de las pocas excepciones a la potente homofobia que impera en lo que antaño fue el otro lado del telón de acero. Si atendemos a los datos del Pew Research Center en 2013, un 80% de los checos considera que la sociedad debería aceptar la homosexualidad (por comparación, España tiene un 88% y Alemania un 87%; Italia, en cambio, se queda en el 74%. La República Checa fue además el primer país del antiguo bloque comunista con una ley de parejas, aprobada en 2006 (registrované partnerství), adelantándose en varios años a Hungría (donde la situación sociopolítica actual es sin embargo mucho más hostil a los derechos LGTB), Estonia, Croacia y Eslovenia (único país de la región que ha aprobado el matrimonio igualitario, pero que al haber pertenecido a la antigua Yugoslavia no fue parte del bloque “soviético” aunque sí comunista). Por otro lado, los checos se han sentido históricamente como un puente entre la Europa occidental y la centro-oriental. Sentencias como la que hoy recogemos apuntan a la veracidad de este sentimiento.