Emocionante salida del armario de Charles Carver: «al omitir esta parte de mí mismo, soy cómplice de perpetuar el sufrimiento, el miedo y la vergüenza»
Honesta y emotiva salida del armario de Charlie Carver, joven actor televisivo al que sin duda seguiremos la pista. Y es que Carver ha hecho pública su condición de gay de una forma poco común: con una serie de textos colgados en su perfil de Instagram en los que desgrana con madurez su proceso de autoaceptación. Se merece un diez, sin duda.
Junto a su hermano gemelo Max, Charlie Carver ha formado parte del elenco de Teen Wolf y The Leftovers, dos series de televisión estadounidenses. Muchos telespectadores españoles lo conocerán más bien (sin saberlo) por su papel como Porter Scavo en la ya clásica Mujeres desesperadas: siendo aún niños, los gemelos Carver interpretaron a los endiablados hijos de Lynette Scavo, el personaje interpretado por Felicity Huffman.
Hoy día, Charlie Carver es un joven (y atractivo) actor de 27 años, que ha decidido hacer pública su condición gay a través de una serie de cinco entradas (1, 2, 3, 4 y 5) que ha colgado en su perfil de Instagram adornadas con una imagen que reza «Be who you needed when you were younger», que bien podríamos traducir por «Sé la persona que necesitabas cuando eras más joven». Una imagen que según el actor explica descubrió en Instagram hace un año y que no pudo quitarse de la cabeza. De hecho acabó reproduciéndola allí donde era posible y encontrando en ella una fuente de inspiración para el proceso que ahora ha culminado. «Siendo un niño, ya sabía que quería ser actor. Sabía que quería ser un montón de cosas: pintor, futbolista, un estegosaurio… Pero fue actuar lo que permaneció. Fue, más o menos, a la misma edad en la que también supe, aunque fuera de forma abstracta, que yo era distinto a los otros chicos de mi curso. Con el paso del tiempo, este ‘conocimiento’ abstracto fue creciendo y articulándose, a través de una dolorosa gestación marcada por sentimientos de desesperanza y alienación, hasta terminar en un clímax y pronunciar en voz alta tres palabras: ‘yo soy gay’. Al principio me las dije a mí mismo, para ver cómo sonaban. Sonaban verdaderas, y me odié por ello. Tenía doce años. Me costó aún unos pocos años poder repetírselas a otra persona. Mientras tanto, repetía la frase una y otra vez en mi boca, hasta que por fin me sentí lo bastante cómodo y seguro para que las palabras surgieran de nuevo, esta vez ante mi familia…», comienza el precioso texto de Carver.
La revelación de Carver le permitió por fin sentirse auténtico ante su familia, que acogió la noticia con comprensión, algo por lo que siempre estará agradecido. «Reconozco que nací con un grandísimo privilegio, el crecer en una familia en la que mi orientación fue celebrada y segura. Si quieres salir del armario, primero y sobre todo asegúrate de que tienes una red de apoyo y de que será seguro hacerlo. Jamás animaría a nadie a salir del armario solo por encontrarse a sí mismo de forma perjudicial: hay un desproporcionado número de jóvenes miembros de la comunidad LGTBQ sin hogar, tanto en América como globalmente, por haber siendo expulsados de sus familias y de sus hogares por el odio y el prejuicio», advierte Carver.
El joven actor pasa después a describir cómo, pese al alivio de aceptarse a sí mismo y ante su familia, las cosas se volvieron complicadas conforme su carrera de actor progresaba y se hacía adulto, viéndose obligado a desdoblarse en «dos mitades, una persona pública y otra privada, la primera de ellas supervisada, vigilada, censurada y esterilizada frente a todo aquello que pudiese revelar cómo la segunda se identificaba a sí misma». «Yo era entonces de la opinión de que mi sexualidad podía mantenerse fuera de los focos. Al tiempo que mi salida del armario fue muy importante para mí mismo, quería creer en un mundo en el que la sexualidad de uno fuese irrelevante para la mayoría. Algo que «no importara’, o que en todo caso no fuese necesario anunciar a una persona extraña, a un nuevo compañero, a un entrevistador. Hasta la expresión ‘salir del armario’ [coming out, en inglés] me molestaba», explica. «No quería ser definido por mi sexualidad. Cierto, soy un orgulloso hombre gay, pero no me identifico como ‘hombre gay’ o ‘solo gay’. Me identifico como un montón de cosas, varias identificaciones e identidades cada una de las cuales ocupan un mismo espacio y configuran un sentido de la propia identidad que fluye», añade.
Su condición de actor incidía aún más en ese sentimiento, en tanto Carver sentía una cierta responsabilidad de permanecer «neutral» para enfrentarse a cada cambio de personaje. Sin embargo, Carver acabó concluyendo, «tras haber tenido el privilegio de interpretar un amplio rango de papeles, heteros, gais y otros», que «este no es el caso». «Las cosas en esta industria han cambiado y seguirán haciéndolo. Gracias a Dios. Lo sé gracias a todos esos valientes hombres y mujeres que han salido del armario», agradece.
«Y entonces ví esa pequeña imagen en Instagram. En realidad, ella me había encontrado a mí mucho antes de que mi mente estuviera lista para escribir algo como esto. Hice muchos borradores y planes, ninguno de los cuales llegó a buen puerto. Así que me tomé mi tiempo, justificando el silencio con el hecho de que que en realidad yo no había estado realmente ‘dentro’ del armario (…) Me sentía cómodo fuera del armario en mi vida privada, y por un tiempo, eso fue suficiente», cuenta.
«Las cosas cambian», empieza su explicación final. «Siento que cada vez más personas, especialmente las más jóvenes, luchan por crear un mundo seguro. Estamos aprendiendo un nuevo vocabulario para ayudar a otros a sentirse escuchados cuando lo intentan y articular su percibida ‘alteridad’. Palabras como cis y trans, no binario, fluido… Exploramos las fronteras de los medios sociales, experimentando nuevas formas de conectar, galvanizar y despertar. Me siento jodidamente conmovido cada vez que escucho que un instituto vota a un compañero transgénero como rey o reina de la promoción, o cuando veo que Twitter arde con rabia contra el maltrato, la brutalidad y la injusticia», cuenta, para poco después preguntarse «¿Qué puedo hacer yo? ¿Cómo puedo participar? Honestamente creo que [este] es un gran paso en la dirección correcta. Ahora creo que al omitir esta parte de mí mismo de lo que muestro, soy cómplice de perpetuar el sufrimiento, el miedo y la vergüenza infligidos a tantas personas en el mundo. Con mi silencio, he contribuido a decidir por ti que ser gay es ser, como hombre joven (o mujer joven, o cualquier persona joven) inapropiado para labrarte una carrera profesional en las artes (¿QUÉÉÉ?). Así que ahora dejemos que lo que se muestra de mí incluya esto: que me identifico como gay. ¿Realmente importa ya? Como joven, necesitaba un joven en Hollywood que lo dijese, sin tocarle las narices a nadie, me lo debo a mí mismo, más que nada para ser la persona que yo necesitaba cuando cuando era más joven».
«Feliz 2016, y mis mejores deseos a todos vosotros y a los vuestros en el año que entra», acaba Carver, no sin antes hacer un guiño a su hermano gemelo, «tan cool por ser hetero».
Un hermano (Max Carver) que por cierto le dejaba un mensaje de admiración en Twitter que no necesitamos traducir:
my brother has HUEVOS
— Max Carver (@maxcarver) enero 11, 2016
El mensaje de su hermano es simpatiquísimo, jejejejejejejejeje
Tiene gracia el mensaje del hermano. En inglés suelen usar la palabra «cojones», en español, para denotar valentía. Recuerdo que en una ocasión Madeleine Albright dijo la palabra en un discurso en la ONU y los representantes de países hispanohablantes se quedaron sorprendidos.