Una juez del Líbano dictamina a favor de los derechos de un hombre transexual
Una juez libanesa ha dictaminado a favor de los derechos de un hombre transexual, que solicitaba ver reconocida su condición de varón en el registro civil. Aunque la sentencia no cambia las leyes libanesas, al tratarse de la decisión de un tribunal de apelaciones sienta jurisprudencia, que podrá ser utilizada en futuros casos.
Un hombre transexual del Líbano, que se había sometido previamente a cirugía de reasignación, presentó una demanda contra el registro civil por no acceder a cambiar su sexo legal en los documentos registrales. Sin embargo, el Tribunal de Primera Instancia falló en diciembre de 2014 en su contra, por lo que decidió apelar la sentencia.
Tras el recurso, la juez del Tribunal de Apelaciones de Beirut, Janet Hanna, falló el pasado mes de septiembre a su favor, al considerar en su resolución tres derechos: el derecho a cambiar de género para aliviar el sufrimiento psicológico y social, el derecho a acceder a un tratamiento para adecuar la condición de género y el derecho a la privacidad.
Ante la juez se presentó un informe médico en el que constaba que las decisiones adoptadas por el demandante habían sido tomadas de forma “informada y madura”. En la sentencia, la juez estimó además que su identidad de género era nata, y que “tenía rasgos masculinos en términos de apariencia externa, psicológica y características emocionales”. Finalmente, la juez estipulaba que «el derecho de las personas a recibir el tratamiento necesario para aliviar el sufrimiento físico y mental es un derecho fundamental y natural, y nadie puede ser privado de ello”. Por tanto, ordenaba al registro civil el cambio de sexo legal en los documentos oficiales.
El doctor Omar Fattal, presidente de la Asociación Médica del Líbano para la Salud Sexual, estimaba que «el fallo de la juez Janet Hanna en el Líbano es muy significativo. Esperamos que se trate de un primer paso hacia derechos más amplios para las personas transgénero y todos los demás grupos minoritarios». Tarek Zeidan, activista del grupo de defensa de los derechos LGTB Helem, también se congratulaba de una sentencia que consideró que «no tiene precedentes», ya que «se refiere al derecho de las personas a ser respetadas y su derecho a tener una vida privada». En cualquier caso, y aunque sienta jurisprudencia, la sentencia no modifica las leyes libanesas, por lo que habrá que ver qué sucede en futuros casos de personas transexuales que soliciten la modificación de su sexo legal (especialmente si no se han sometido a cirugía de reasignación).
Un precedente tangencial a la sentencia de la juez Hanna fue el del juez Naji El Dahdah, que falló en el caso de dos personas acusadas de violar el artículo 534 del Código Penal del Líbano, que castiga las relaciones sexuales que “contradicen las leyes de la naturaleza” con penas de prisión de hasta un año. En realidad, una de las acusadas era una mujer, que había nacido como persona intersexual, siéndole asignado legalmente el sexo masculino tras su nacimiento, aunque su auténtica identidad de género era la de mujer. El juez consideró en su sentencia que la identidad de género de la acusada no debía ser definida únicamente por la documentación legal, sino por la percepción que tenía de sí misma.