El estado de Nueva York introducirá medidas para limitar el alcance de las “terapias reparadoras”
El gobernador del estado norteamericano de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció este sábado la introducción de varias medidas para reducir el campo de acción de las mal llamadas “terapias reparadoras” que aseguran ser capaces de modificar la orientación sexual de las personas. A pesar del rechazo de las organizaciones médicas y científicas más prestigiosas y la desvinculación de muchos de sus líderes históricos, estas peligrosas prácticas siguen provocando un sufrimiento inútil que, por suerte, cada vez se encuentra con una acción más decidida por parte de los dirigentes políticos.
Ya el año pasado, la Asamblea de Nueva York (la cámara baja de su legislatura) aprobó un proyecto de ley para prohibir las “terapias reparadoras” en menores de edad, bajo pena de perder la licencia médica para el que las practique. La tramitación, sin embargo, se encalló en el Senado estatal, controlado por los republicanos. Cuomo pretende ahora poner coto, dentro del ámbito de sus competencias, a lo que considera “una práctica odiosa y equivocada en su esencia”.
La iniciativa del gobernador no requiere la aprobación de las cámaras, aunque su alcance es más limitado. La idea es cortar la financiación de las también llamadas “terapias de conversión”. Para ello, se prohibirá que las aseguradoras se hagan cargo del coste de las mismas cuando se realicen en menores y se excluirán por completo del catálogo de prestaciones del seguro público Medicaid. En los centros bajo la supervisión directa del departamento de Sanidad de Nueva York, quedará completamente prohibida la utilización de estas prácticas en menores de 18 años.
La promotora del proyecto original que no prosperó en el Senado neoyorkino, Deborah Glick, ha saludado la iniciativa de Cuomo pero teme que haya médicos no sujetos al control gubernamental que sigan poniendo en práctica estos métodos tan dañinos. El gobernador, más optimista, se mostró convencido de que sus medidas supondrán el fin de las “terapias reparadoras” en el estado.
El uso de estas prácticas en menores de edad ha sido ya prohibido en cuatro estados norteamericanos, además de en la capital de los Estados Unidos. California fue el primero en hacerlo hace ya más de tres años, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad hace un año) y los estados de Oregón e Illinois, el año pasado. En Europa destaca el caso de Malta, en el que una propuesta presentada en diciembre del año pasado contempla la prohibición de aplicar estas “terapias” no solo a menores, sino a cualquier persona vulnerable. Por “persona vulnerable” el proyecto entiende tanto los menores de edad como a aquellas personas que independientemente de su edad sufran discapacidad física o psíquica, y en general todas aquellas personas que un juez considere “de riesgo” en el momento de iniciar la “terapia” por razones de madurez, estado de salud o situación de dependencia.