Rectifican una promoción de San Valentín de los autobuses de Riga (Letonia) que excluía a las parejas del mismo sexo
Una compañía de autobuses urbanos de Riga, la capital de Letonia, decidió celebrar San Valentín regalando el trayecto a las parejas que se besaran al subir a sus vehículos. Una campaña simpática si no fuera porque en un primer momento se anunció como aplicable solo a las parejas heterosexuales. Las quejas de los colectivos LGTB por la evidente discriminación llevaron a la empresa a rectificar y aceptar finalmente como “pago” los besos de todos los tipos de parejas.
El pasado jueves, la portavoz de RMS (Rīgas Mikroautobusu Satiksme) Maija Lazdiņa, anunció la promoción que, con motivo del día de los enamorados, eximía del pago del billete a las parejas que se besaran al entrar en sus autobuses. En un principio, la campaña sería aplicable solo a las parejas de distinto sexo, con el objetivo según Lazdiņa de “apoyar las relaciones establecidas como tradicionales”.
Al día siguiente, la organización LGTB Mozaika denunció el carácter discriminatorio de la medida, que atentaría contra los artículos 8 y 14 de la Convención Europea de Derechos Humanos, los cuales prohíben expresamente la discriminación por género y orientación sexual. La portavoz de Mozaika Kristīne Garina afirmó que este tipo de situaciones “no se pueden ignorar más” y anunció una queja al Defensor del Pueblo letón. También el periódico en lengua inglesa The Baltic Times publicó un editorial protestando por una medida “que nos hace pensar si vivimos en 1916 en lugar de 2016”.
La protesta surgió efecto. El sábado pasado, la responsable de la compañía de autobuses declaró que la polémica se basa en un “gran malentendido” y trasladó la responsabilidad a una “interpretación errónea” de sus palabras por parte de los medios de comunicación. En cualquier caso, aseguró que la medida de San Valentín estaba abierta tanto a las parejas heterosexuales como a las “no tradicionales”. Mozaika ha celebrado el cambio con un bonito cartel en el que se puede leer: “Autobuses pequeños, grandes amores. Feliz San Valentín a todos los que aman”.
Pequeños pasos en un país hostil a la igualdad LGTB
Letonia, pese a contarse entre los más hostiles de la Unión Europea para su población LGTB, ha empezado hace poco a mostrar signos esperanzadores. El más simbólico, la salida del armario como gay de su ministro de Exteriores, Edgars Rinkēvičs, en noviembre de 2014. Anteriormente, tras el Orgullo Báltico celebrado en Riga en junio de 2012, el entonces ministro de Justicia anunciaba un proyecto de reconocimiento de derechos a las parejas no casadas, que incluiría a las del mismo sexo. Otros miembros del gobierno, como el ministro de Defensa Artis Pabriks, mostraban su apoyo a la medida, aunque la oficina del Defensor del Pueblo de Letonia había recomendado en enero que el Parlamento no reconociera este tipo de uniones.
En diciembre de 2005 se introdujo una enmienda a la Constitución de Letonia para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, y así impedir a las parejas del mismo sexo el acceso a esta institución. Quienes se muestran contrarios al proyecto de reconocimiento de otro tipo de uniones consideran que se trata de un subterfugio para violar lo que la Constitución prohíbe taxativamente.
Esta actitud es la que el ministro Rinkēvičs calificaba el pasado noviembre de “montón de histeria” y contra la que se ha comprometido a luchar. Este tipo de grupos homófobos ya intentaron en 2006 aprobar, sin éxito, una ley contra la “propaganda homosexual” como la vigente en Rusia desde 2013. El año pasado, la celebración del Europride en Riga se vio amenazado por el boicot de grupos homófobos, aunque finalmente tuvo lugar sin grandes problemas.