El primer ministro esloveno da su apoyo a una ley de equiparación de derechos para las parejas del mismo sexo
Miro Cerar, el primer ministro de Eslovenia, anunció el pasado viernes el apoyo de su Gobierno a un proyecto para ampliar los derechos de las parejas del mismo sexo. Tan solo la adopción y el acceso a tratamientos de fertilidad quedarían excluidos. En diciembre, los eslovenos contrarios a los derechos LGTB lograron derogar la ley de matrimonio igualitario aprobada por su Parlamento.
El proyecto de ley presentado por el diputado Jani Möderndorfer, del socioliberal Partido Moderno del Centro (SMC) persigue la equiparación de los derechos de las parejas en una unión civil con los de las casadas. Con dos excepciones: las primeras no podrán adoptar ni acceder a los tratamientos de fecundación artificial. El primer ministro Cerar, miembro también del SMC, apoyará desde el Gobierno su tramitación.
La propuesta pretende suplir provisionalmente la situación creada tras el rechazo en referéndum, el pasado mes de diciembre, de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo que había aprobado el Parlamento esloveno en mayo de 2015. Möderndorfer presentó su proyecto solo dos días después de dicha consulta como una solución de transición, ya que el resultado del referéndum es vinculante durante un año.
La situación del colectivo LGTB esloveno es, por el momento, incierta. Existe desde 2006 una ley de uniones civiles abierta a las parejas del mismo sexo, pero es muy restrictiva, pues excluye, entre otros, los derechos relativos a la seguridad social, herencia o adopción. En 2009 el Tribunal Constitucional dictaminó que era inconstitucional impedir a las parejas del mismo sexo que heredasen la propiedad del otro. Además, estipuló que el tratamiento diferente de las uniones civiles respecto al matrimonio constituía una discriminación por orientación sexual, lo cual violaba el artículo 14 de la Constitución de Eslovenia. Dio al Parlamento un plazo de seis meses para enmendar la situación, pero los distintos procesos electorales obstaculizaron el cumplimiento de ese mandato.
En 2014, el ministro de Trabajo, Familia y Asuntos Sociales ya presentó un nuevo proyecto de uniones civiles abierto a las parejas del mismo sexo análogo al que ahora se discute: también otorgaba los mismos derechos que el matrimonio, exceptuando la adopción y el acceso a la reproducción asistida. Sin embargo, la iniciativa quedó en suspenso debido a unas nuevas elecciones anticipadas. El Gobierno entrante, finalmente, decidió aparcar el proyecto de ley y apostar por el matrimonio igualitario, aprobándolo en mayo de 2015.
Sin embargo, a instancia de grupos contrarios a los derechos LGTB, el Parlamento esloveno se vio obligado a fijar para el 20 de diciembre de 2015 la convocatoria de un referéndum para derogar la reforma de la Ley de Matrimonio y Relaciones Familiares aprobada en mayo del año pasado, que permitía el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción homoparental. A pesar de que la ley fue respaldada por una amplísima mayoría de los representantes políticos (51 votos favorables frente a 28 en contra), sus detractores lograron reunir las firmas suficientes para obligar a convocar una consulta popular con el fin de invalidarla.
Aunque inicialmente el Parlamento denegó la posibilidad del plebiscito, el Tribunal Constitucional lo consideró pertinente, por lo que finalmente tuvo lugar. En el referéndum, los votos contrarios a la ley superaron la mitad de los emitidos (llegaron al 63%) y el 20% del censo electoral esloveno, por lo que se cumplieron los requisitos legales para que la normativa fuera derogada. La consulta tiene una validez de un año, tras el cual el legislativo puede volver a aprobar una nueva ley de matrimonio igualitario.