El Gobierno alemán designa a los países del Magreb como “seguros” para los refugiados LGTB
Indignante noticia la que hemos conocido esta semana desde Alemania. El Gobierno de gran coalición de Angela Merkel opina que en los Estados del Magreb (Argelia, Marruecos y Túnez) no se produce una “persecución sistemática” de la población LGTB. En la práctica, esta decisión facilitará las deportaciones de solicitantes de asilo procedentes de estos tres países que huyan de los ataques por su orientación sexual o identidad de género.
La reducción del número de refugiados en Alemania es, desde hace meses, un objetivo declarado del Gobierno de la CDU/CSU y el SPD. Para lograrlo, muchos de los países de origen de los demandantes de asilo se reclasifican como “seguros”, lo cual acelera la repatriación de las personas procedentes de los mismos. En esta categoría ya se encuentran ya la mayoría de los países balcánicos.
Ahora, el Gobierno de Merkel pretende también encajar en esa clasificación a los países norteafricanos de Argelia, Marruecos y Túnez. El diputado verde Kai Gehring planteó una pregunta escrita sobre la situación en la que quedarán los refugiados LGTB procedentes de esos países, en los que la homosexualidad es un delito castigado con hasta tres años de cárcel. Según el Gobierno alemán, sin embargo, en el Magreb no se produce una “persecución sistemática” de la población LGTB.
Esta posición es particularmente chocante con respecto a Marruecos. Para el Ejecutivo de gran coalición, la legislación represiva en este país no se orienta tanto a “personas individuales” como a “la fundación de organizaciones de homosexuales”. Una afirmación que no resiste el menor contraste con la realidad: hace apenas unas semanas recogíamos una brutal agresión a una pareja gay marroquí. Uno de sus integrantes fue arrestado acusado de mantener relaciones homosexuales y no fue puesto en libertad hasta hace unos días.
Sobre Argelia, el informe gubernamental señala que “la homosexualidad solo adquiere relevancia penal para las autoridades cuando se vive abiertamente”, lo cual, como señalan desde queer.de, podría aplicarse a cualquier país en el que se castigan las relaciones entre personas del mismo sexo. También de Túnez se señala que la homosexualidad “se tolera de facto”, a pesar de los numerosos contraejemplos que hemos recogido en dosmanzanas: el más reciente, el de la condena a seis jóvenes que sufrieron abusos y torturas en prisión.
Para Gehring, el autor de la interpelación, la respuesta del Gobierno alemán refleja “una ignorancia preocupante” y rechaza las deportaciones de los refugiados LGTB a los países magrebíes como fórmula para reducir el número total de demandantes de asilo. “En esta época de flujos de refugiados, cuya causa principal es la violación de derechos humanos, el Gobierno federal debería dejar claro que las violaciones de derechos humanos no son aceptables”, declaró el diputado verde.
La complicada situación de las personas LGTB en el Magreb es un hecho que solo parece escapársele a los mandatarios alemanes. Aparte de los hechos ya señalados, este domingo aparecía un reportaje en el diario El Mundo sobre el duro día a día de los refugiados marroquíes gais y lesbianas en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Sometidos al desprecio y el insulto de muchos de sus compatriotas, viven con el miedo a la deportación a su país de origen, donde muchos de ellos ya han sufrido la persecución y la violencia homófobas.
Pero quizás lo más grave es que los países magrebíes no son los primeros de la región en ser declarados “seguros”: desde hace unos meses, Alemania también tiene a Ghana y Senegal en esta categoría. En ambos, las personas LGTB son víctimas de una persecución de la que también, por desgracia, sobran ejemplos. Incluso los ciudadanos procedentes de los países donde la homofobia de Estado es más evidente, como Uganda, se enfrentan con frecuencia a la repatriación forzosa.
Esto es alucinante e indignante. Es muy preocupante porque después de cargarse el derecho de asilo para los refugiados LGTB, no cabe duda que los próximos en la diana seremos los propios residentes de la UE dado el aumento de la extrema derecha y su proximo con la Rusia de Putín. No hay que olvidar que los derechos conseguidos pueden perderse. Ahora, empiezan con los refugiados LGTB porque piensan que poca gente se va a movilizar. Espero que se equivoquen y que mucha gente reaccione.
Alucinante