Ganadores de los GLAAD Media Awards 2016, reconocimiento a la labor de la cultura LGTB
Lilly Wachowski —nacida como Andy Wachowsky— hizo su primera aparición pública tras su reciente proceso de reasignación de sexo en la 27ª edición de los GLAAD Media Awards, concedidos anualmente en Los Ángeles en reconocimiento a la representación de la comunidad LGTB en cine, televisión, prensa, música y comics. El motivo no era otro que aceptar el galardón concerniente a mejor serie dramática por Sense8, reciente show de ciencia-ficción con el que la imparable Netflix se impuso a pesos pesados como Empire (FOX), How to Get Away with Murder (ABC) o Shameless (Showtime). Centrada en las historias de ocho personas de diferentes partes del mundo que, tras una trágica muerte, se encuentran emocional y mentalmente conectadas, esta original serie se acerca más en tono y temática a El atlas de las nubes (dirigida en 2012 por Lily junto a su hermana Lana y el realizador alemán Tom Tykwer) que a la icónica trilogía Matrix (1999-2003), pero es menos enrevesada a nivel narrativo. Recordemos, por cierto, que Lilly y Lana (antes Andy y Larry) empezaron su carrera con la fascinante y sensual cinta neo-noir lésbica Lazos ardientes (1996), receptora en su día del merecido GLAAD a mejor película de amplia distribución.
En esta ocasión, este último premio fue a manos de la cinta LGTB de la temporada: la bella Carol [crítica] de Todd Haynes, protagonista hace dos semanas de esta misma columna al encabezar el competitivo listado de las 30 mejores películas LGTB de la historia confeccionado por el British Film Institute . Exquisitamente romántica, la cinta se impuso a ese hermoso homenaje a la primera mujer que se enfrentó al proceso de reasignación de sexo llamado La chica danesa (quinto largometraje de Tom Hopper) [crítica], así como al anticuado drama Freeheld (Peter Sollett) [crítica desde San Sebastián], receptor del Premio Sebastiane del último Festival de San Sebastián y próximamente en cartelera; la simpática pero desgarradora comedia dramática Grandma (Paul Weitz), genialmente protagonizada por Lily Tomlin (receptora del primer Premio Apolo a mejor actriz) y la fresca cinta independiente sobre la adolescencia en un barrio difícil de Los Ángeles Dope (Rick Famuyiwa). Esta última era la única de las cinco no centrada en la temática LGTB, al contar con un personaje secundario (una chica lesbiana que disfruta camuflándose como chico) como único representante.
La categoría que no desveló su ganadora fue la concerniente a mejor película de pequeña distribución, a la que optaban cintas tan interesantes como 52 Martes (ópera prima de Sophie Hyde); sobre la búsqueda de la identidad de un padre transexual y su hija adolescente; Appropriate Behavior (escrita, dirigida y protagonizada por Desiree Akhavan) [crítica desde el LesGaiCineMad], sobre las desventuras cotidianas de una peculiar mujer persa bisexual; Boy Meets Girl (Eric Schaeffer), promocionada con la frase “el amor trasciende el género”; Drunktown’s Finest (Sydney Freeland), sobre la vida de tres jóvenes nativos americanos educados en una reserva india, y Tangerine (Sean Baker), la aclamada historia sobre una prostituta transgénero que con gran probabilidad se hará con el galardón el próximo 14 de mayo, que será cuando se anuncie el resto de vencedores (podéis echar un vistazo a la eterna selección de nominadas al GLAAD en el artículo de Deadline, pues yo sólo estoy hablando de las categorías aparentemente más interesantes para nosotros, sin ánimo de menospreciar al resto). [Actualización: tal y como auguré, la vencedora fue finalmente Tangerine.]
Por su parte, la genial Transparent [crítica] se impuso por segundo año consecutivo en la categoría de mejor serie cómica, venciendo, entre otras, a Master of None, Please like me y Orange is the new black (cuya protagonista, Ruby Rose, recibió el premio Stephen F. Kolzak en honor a su labor para promover la igualdad). Y es que, centrada en los conflictos vitales de una madre transexual y tres hijos perdidos en la existencia (siendo ambas hijas homosexuales o al menos bisexuales), Transparent es indudablemente una de las series más importantes de todos los tiempos en lo que a la comunidad LGTB se refiere. En el apartado concerniente a mejor telefilm, el Bessie de Dee Rees, se impuso a las provocativas Banana y Cucumber, las cuales, junto a Tofu, conforman una interesante trilogía obra de Russell T. Davies en torno a la cultura sexual del siglo XXI. En la obra vencedora (receptora también del Emmy a mejor telefilm y el SAG a mejor a actriz), la siempre genial Queen Latifah encarna a la legendaria cantante de blues Bessie Smith (1894-1937), icono de los años 20 y 30. Por cierto, los amantes de las telenovelas latinoamericanas tienen una cita obligada con la brasileña Rastros de mentiras, reconocida como mejor novela en español (sí, los GLAAD reservan gran parte de su palmarés para la producción latina).
Por su parte, el sorprendente Kumu Hina (dirigido por Dean Hamer y Joe Wilson) triunfó en el apartado documental gracias a contar la historia de una profesora nativa hawaiana transgénero que inspira a una joven a cumplir su sueño de liderar el grupo masculino de danza hula mientras intenta busca el amor y la felicidad para sí misma. Sus más que interesantes oponentes eran: Limited Partnership (Thomas G. Miller), la historia de una de las primeras parejas del mismo sexo legalmente casadas (el filipino-americano Richard Adams y el australiano Tony Sullivan, allá por 1975); Mala Mala (Antonio Santini y Dan Sickles), rica visión del proceso de transformación contada a través de los ojos de nueve personas transexuales puertorriqueñas; Tab Hunter Confidential (Jeffrey Schwarz), la biografía del actor Tab Hunter, y Tig (Kristina Goolsby y Ashley York), la biografía del comediante Tig Notaro, diagnosticado de cáncer. Lamentablemente, será difícil ver estas atractivas cintas en España, pero debemos confiar en el ámbito festivalero. Más difícil aún será acercarse a las series documentales I am Cait y I am Jazz, centradas ambas en la transexualidad (la primera a través del proceso de reasignación de sexo de Caitlyn Jenner —nacida Bruce Jenner— y la segunda mediante las vivencias en el instituto de Jazz Jennings, una chica transexual de catorce años).
Entre los ganadores de la 27ª edición de los GLAAD también se encuentran el drama diario The Bold and the Beautiful, el artista musical Troye Sivan (por el excelente álbum Blue Neighbourhood), la web Amazon.com y los cantantes Ricki Martin y Demi Lovato. Receptora del Premio Vanguardia, esta última afirmó sentirse orgullosa de ser un icono LGTB: “Siempre supe que si conseguía ser cantante usaría mi voz para mucho más que cantar. Este premio significa mucho más para mí que cualquier premio musical, pues reconoce algo real”. Esa es precisamente la finalidad de los GLAAD: homenajear la cultura de calidad, sí, pero hacerlo más allá de su estricta calidad, reconociendo su importantísimo valor social. Y es que, por mucho que políticos y leyes hayan ayudado a la comunidad LGTB, es en presentadores, periodistas, artistas, intérpretes y demás donde las personas ajenas a la heteronormatividad hemos encontrado y seguimos encontrando diariamente referentes que nos instan a seguir luchando por un mundo ideal en el que estos premios carezcan de sentido.
Me encanta cuando los premios categorizan algo de comedio o drama porque casi nunca cuadra con lo que esperaría: he visto Transparent entera y creo que no me he reido nunca.
Por lo demás, parecen unos premios interesantes, me apunto un par de ganadores que parecen interesantes! 🙂
Yo vi parte de la primer temporada y me dio risa. Es más, la categorizaría más específicamente como humor negro.
Igual no a todos les gusta o les causa gracia el humor negro, será eso.