La bisexualidad de Keynes, en el 70 aniversario de su muerte
El colectivo Arcópoli ha aprovechado el 70 aniversario del fallecimiento de John Maynard Keynes, sin duda uno de los más influyentes economistas del siglo XX, para reivindicar su condición bisexual y denunciar su invisibilización. A Arcópoli, en concreto, le llama la atención que esta circunstancia no sea más visible en nuestro país incluso en artículos dedicados específicamente a la efeméride. Precisamente hace un par de años nos hacíamos eco de la polémica desencadenada en medios anglosajones por el historiador Niall Ferguson al asegurar en una conferencia que el pensamiento de Keynes estaba influido por el hecho de no tener descendencia debido a su condición sexual.
Niall Ferguson se refería entonces a una famosa frase de Keynes, “en el largo plazo, todos estamos muertos”. Frase que suele utilizarse para expresar la idea keynesiana de que, dado que el libre mercado por sí solo no es capaz de alcanzar el equilibrio económico, en momentos de crisis son necesarios estímulos ambiciosos a corto plazo aunque puedan generar otros problemas en el largo plazo. Ferguson, un académico muy crítico con el keynesianismo, interpretó la frase como muestra de la indiferencia de Keynes hacia el futuro por el hecho de ser homosexual (según Ferguson) y no tener descendencia. Bien es cierto que el propio Ferguson se disculpó posteriormente en una entrada publicada en su blog y reconoció que su comentario había sido “estúpido e insensible”.
El comentario de Ferguson, en cualquier caso, sirvió para recordar un hecho que mucha gente desconocía hasta entonces: la rica vida afectivo-sexual de John Maynard Keynes (1883-1946), que durante buena parte de su vida mantuvo numerosas relaciones homosexuales, que además no ocultó. Ya en la cuarentena Keynes acabó sin embargo contrayendo matrimonio con una mujer, la bailarina rusa Lydia Lopokova, después por cierto de mantener durante una larga temporada dos relaciones en paralelo: una con la propia Lopokova, otra con el psicólogo y escritor Sebastian Sprott.
Una circunstancia, la de la bisexualidad de Keynes, que el colectivo Arcópoli ha querido destacar especialmente con motivo de el 70 aniversario de su muerte, que se conmemoraba este 21 de abril. «Personajes tan relevantes como Keynes deben ser reivindicados como orgullosos bisexuales. La bisexualidad está claramente invisibilizada en la sociedad y por ello, debemos hacer especial especial hincapié en reivindicar aquellas personalidades que hicieron pública su bisexualidad, para tener referentes positivos que nos permitan luchar contra la bifobia», ha declarado Álvaro de la Serna, vocal de bisexualidad de Arcópoli.
Desde este colectivo también se ha criticado que el artículo que el diario El País dedicaba a Keynes este jueves (escrito por el catedrático de Historia Económica de la Universidad de Alcalá de Henares, Pablo Martín-Aceña) no haga referencia a la bisexualidad de Keynes. Lo cierto es que, al menos en la versión que ahora muestra El País, esta condición sí que se insinúa, cuando Martín-Aceña asegura que Keynes fue «afortunado en amores»: «primero dentro del círculo de Bloomsbury, con cambio frecuente de parejas y sin atención excesiva a las diferencias de sexo; después, en su matrimonio con Lydia Lopokova».
Coincidimos en cualquier caso con Arcópoli en que ya es hora de visibilizar como se merece la orientación no estrictamente heterosexual de personajes de la historia, recientes o antiguos. La realidad LGTB no es nueva, aunque solo se haga visible desde hace unas pocas décadas. Es tan antigua como el género humano. Y ya está bien de pasar de puntillas sobre ello.