Solidaridad trans: el ejemplo de Bruce Springsteen
Bruce Springsteen ha anunciado que suspenderá el concierto que tenía previsto dar en Carolina del Norte en solidaridad con los derechos de las personas transexuales, ante la Ley denominada “HB2” de “De seguridad y privacidad en las instalaciones públicas”, que no es otra cosa que impedir a las personas transexuales acceder a los baños públicos en los centros educativos y edificios gubernamentales, en concordancia a su propio sexo sentido. Obligándoles a utilizar los que corresponden, a lo que los legisladores definen como -sexo biológico- que es el que consta en la partida de nacimiento.
Esta iniciativa surge para contrarrestar una ordenanza del Ayuntamiento de Charlotte, que quería ampliar los derechos de la población LGTBI y concretamente el de las personas transexuales para utilizar el baño que corresponde a su propia identidad. La “HB2” impide que los gobiernos municipales puedan promulgar normativas que beneficien al colectivo LGTBI y favorece a aquellos que los discriminan.
Dice Springsteen en un comunicado que “hay cosas más importantes que el rock, y estas son la lucha contra la intolerancia y los prejuicios”. Es entonces cuando una lagrima brota de forma espontánea ante lo inesperado.
Quisiera expresar la profunda emoción que produce, que alguien con la proyección internacional de The Boss, realice un gesto de estas características ante el escaso apoyo explícito -salvedades de rigor conocidas- en los discursos, de personalidades de la cultura, política y vida pública hacia el colectivo de mujeres y hombres transexuales. Una asignatura pendiente que si ha tenido mayor calado hacia los derechos de lesbianas y gais en los últimos tiempos. Véase como el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, que no se caracterizó en simpatías por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que el matrimonio igualitario fue de las pocas iniciativas importantes de su legislatura.
Excepciones dignas de mención, como la de Daniel Radcliffe, el actor de Harry Potter, que en numerosas ocasiones se ha manifestado públicamente y que protagonizó la Campaña Trevor de prevención del suicidio de adolescentes LGTBI en Reino Unido. De la misma manera que son poderosas herramientas de sensibilización la emisión series como Transparent en Estados Unidos, con sus dos Globos de Oro, o la película La Chica Danesa que ha competido este año en los Óscar y que tuvo su antecedente en el célebre film Transamerica, interpretada por Felicity Huffman, con dos nominaciones a los Globos de Oro y otras dos a los Óscar. Una comedia donde aprendimos a reírnos con y no de las personas transexuales, además de relatar la historia desde un profundo corte humano. Reírse con y no de, es la gran tarea pendiente de las series españolas, que siguen arrojando tópicos y estereotipos hacia el colectivo transexual sin pensar en el daño infligido.
A la cancelación del concierto de Springsteen, se han sumado empresas como PayPal, Google Ventures, Braeburn Pharmaceuticals, que han anunciado que no continuaran con sus proyectos de expansión en el estado de Carolina del Norte, ante una ley de tintes discriminatorios e involucionista.
Pero habrá que plantearse que falla y que prejuicios subsisten para que cuando se vulneran los derechos de las personas transexuales, no se alcen más voces relevantes en la denuncia pública, convirtiéndose la de Bruce Springsteen en la singularidad que le ha hecho aparecer en las noticias de todos los informativos. Imagino que algo tendrá que ver con la invisibilización de las personas trans, véase como ejemplo que muchos medios relatan que la cancelación del concierto era por una Ley “anti-gay” de Carolina del Norte, haciendo desparecer del titular el verdadero trasfondo de la medida discriminatoria que está dirigida a las personas transexuales. Confirmándose la máxima en el periodismo: “de lo que no se habla no existe”.
Algo parecido sucedió con las agresiones, caza y captura de LGTBI en Rusia, donde ultras y nazis hacían encerronas, muchas de ellas a personas trans, aun así, las seguían titulando a todas como agresiones a gais, cuando algunos videos mostraban claramente que el apaleamiento era a una chica trans. Pero por si sirve de acercamiento a la situación límite que vive este colectivo, decir que el Observatorio de Personas Trans de Transgender Europe cifró el año pasado un total de 1.731 casos de asesinatos reportados contra personas trans entre el 1º de enero de 2008 hasta el 31 de diciembre de 2014. Estimándose que estos datos no llegan al 20% de los que realmente se producen.
Vivimos una época de lo virtual y la participación masiva en las redes sociales, en lo que podría considerarse que los likes y retuits nos muestran que es aquello que llama más la atención, la solidaridad o la empatía y donde se puede comprobar a tenor de las reacciones cuan larga es aún la senda que queda por andar. Todo esto a pesar de campañas valientes de Amnistía Internacional o Human Rights, resoluciones de la ONU y los Principios de Yogyakarta en materia de legislación internacional para los derechos humanos en relación con la identidad de género u orientación sexual.
Es por lo que se hace necesario un llamamiento a la concienciación en la solidaridad trans, para que el ejemplo de Bruce Springsteen no sea como esas plantas que demoran una vida en volver a florecer.
Carla Antonelli
Activista transexual
Diputada del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid