Un tribunal laboral francés estima que «maricón» no es un insulto homófobo si se dirige a un peluquero
No solo los jueces españoles parecen tener problemas para calificar de homófobo y discriminatorio un insulto como “maricón”, en la vecina Francia incluso llegan casi a justificarlo si la víctima de la vejación desarrolla una profesión que les parece propia de homosexuales. Así lo ha establecido en una sentencia un tribunal laboral francés en una denuncia por despido, al estimar que llamar “PD” (traducible por “maricón” en francés) a un peluquero no denota homofobia, pues hay muchos peluqueros homosexuales, sobre todo en los salones de peluquería de señoras. Y aunque sí que lo determina como denigrante, y estipula una sanción por ello, inexplicablemente no considera el agravante de homofobia.
Los hechos, que se han dado a conocer ahora por activistas en las redes sociales, tuvieron lugar en octubre de 2014, cuando un peluquero denunció ante un tribunal laboral francés (o Conseil de prud’hommes) el despido que había sufrido con la excusa de haber faltado un día al trabajo por enfermedad.
El denunciante, que llevaba contratado un mes en la peluquería, también aducía que el despido tenía un componente de discriminación por orientación sexual, pues, por error, recibió en su teléfono móvil un mensaje de la gerente del establecimiento, en el que se refería a él en los siguientes términos: “Ya no voy a conservar a [el nombre del peluquero], le avisaré mañana, nos apañaremos con eventuales mientras tanto. No lo siento por ese tío. Es un maricón. Solo hace la puñeta”. Al día siguiente era despedido.
El tribunal laboral, en consideración a las pruebas presentadas, falló el pasado mes de septiembre de 2015 que el despido había sido improcedente, al estimar que en el plazo de un mes la empresaria ya había tenido tiempo suficiente para constatar la adecuación al puesto del empleado, sin haber prescindido de sus servicios, y por no creer que la ausencia de un día por enfermedad fuera motivo suficiente para cesar la relación laboral. En consecuencia, establecía una indemnización por la improcedencia del despido.
En cuanto a la agravante de discriminación por razón de orientación sexual, que hubiera supuesto la declaración de despido nulo y la readmisión obligatoria del trabajador, el tribunal la desestima, si bien sí que sanciona a la gerente de la peluquería con 5.000 euros por los perjuicios morales causados a su empleado al emplear el insulto “maricón”, que sí que juzga ofensivo. Lo que no lo considera es un insulto homófobo, con la siguiente y extravagante explicación:
Situándolo en el contexto de una peluquería, el Consejo estima que el término “maricón” empleado por la gerente no puede ser considerado un insulto homófobo, pues es bien sabido que los salones de peluquería contratan habitualmente a personas homosexuales, sobre todo los salones de peluquería femeninos, sin que suponga ningún problema.
Se ignora en qué estudio acreditado y fidedigno se basa un tribunal laboral para sostener que un determinado tipo de empleo es propio de homosexuales, más allá de prejuicios y estereotipos sin base. También es sorprendente que considere que un insulto deja de ser homófobo cuando se aplica a alguien de una determinada profesión.
La argumentación del tribunal ha causado estupor cuando la sentencia se ha dado a conocer en la redes sociales y medios de comunicación. El activista LGTB Mathie Brancourt, que fue quien difundió la noticia en su cuenta de Twitter, lo resumía así : «Si eres peluquero, llamarte «maricón» está bien, porque los peluqueros a menudo son homosexuales, ¿eh?. Gracias, tribunal»:
T’es coiffeur, te faire traiter de «PD» c’est OK parce que, les coiffeurs sont souvent gays hein. Merci le tribunal. pic.twitter.com/orUcZDr522
— Mathieu Brancourt (@MBrancourt) 7 de abril de 2016
El humorista Nawak, por su parte, publicaba en su cuenta de Twitter una viñeta, que estaba motivada porque «a los del tribunal laboral les gustan los estereotipos del tipo peluquero=maricón. Así que vamos a llevar su lógica hasta el final». Los miembros del tribunal dicen: «Si ‘maricón’ ya no es un insulto para un peluquero… entonces ‘estafador’ ya no lo es para un agente inmobiliario… ni ‘moro de mierda’ para un basurero… ¡cuántas posibilidades!»:
Les #prudhommes aiment les stéréotypes du genre Coiffeur = PD. Autant poursuivre leur «logique» jusqu’au bout pic.twitter.com/0vrUZgLAFY
— Nawak (@NawakNawak) 8 de abril de 2016
Entrevistada en un programa radiofónico al respecto, la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, calificaba el argumento del tribunal de «profundamente escandaloso… ofensivo». Por su parte, el Défenseur des droits (figura semejante al Defensor del pueblo) informaba de que el trabajador ha presentado una apelación, y que su oficina formará parte de su defensa en el proceso.
Y esto sin olvidar que «PD» o «pédé» no es otra cosa que la abreviatura de «pédéraste» y que por tanto no puede ser más ofensivo ni denigrante. En España, en una situación así se aplicaría la inversión de la carga de la prueba: el empleador tendría que probar que el despido no tuvo motivos homófobos. Sin emarbgo, por lo visto en Francia no se le exige tal demostración y a los jueces les basta con conjeturas para descartar un caso de discriminación.
Dónde está la Francia que nos maravillaba a todos tiempo atrás?