El director del Servicio Nacional de Menores de Chile aboga por las adopciones homoparentales
El activismo chileno, con el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) a la cabeza, continúa su decidida andadura para conquistar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ley de identidad de género. De hecho, durante el mes de junio tendrá lugar una gran manifestación para reivindicar los derechos del colectivo LGTBI. Entretanto, el MOVILH prosigue en su búsqueda de referentes positivos y de apoyos. El último ha llegado por parte de Hugo Herrera, director del Servicio Nacional de Menores (SENAME) de Chile. Herrera sostiene que el interés superior de los niños no justifica la discriminación por la orientación sexual de madres y padres.
La entrevista que el MOVILH ha mantenido con el director del SENAME, con la intención de conocer su postura sobre el matrimonio igualitario, ha sido fructífera. Hugo Herrera se ha prunciado y ha dicho que la defensa de los niños no está reñida con que los adoptantes sean una pareja de hombres gais o de mujeres lesbianas.
Por su parte, el responsable del MOVILH Rolando Jiménez asegura que “nos da mucha tranquilidad que Herrera exprese una compromiso claro con la no discriminación”. En este sentido, Jiménez se congratula de que “toda pareja del mismo sexo que recurra al SENAME en busca de orientación, será tratada en igualdad de condiciones. Lo mismo corre, por cierto, para el caso de los niños, niñas y adolescentes que se declaren lesbianas, gais, bisexuales o transexuales”.
Pero además de las buenas palabras, el director del Servicio Nacional de Menores se compromete a explorar el trabajo conjunto entre los diferentes ministerios con el fin de garantizar la no discriminación por la orientación sexual de las madres o los padres. Desde luego, es una muy buena noticia que Hugo Herrera se manifieste en estos términos de cara a que la reforma de la Ley de Adopciones pueda incluir a los contrayentes de las uniones civiles.
De las parejas de hecho al matrimonio igualitario
Tras la aprobación de las uniones civiles, en octubre del año pasado recogíamos la celebración de las primeros enlaces entre parejas del mismo sexo en Chile. Algunos con una gran repercusión mediática, como la del carabinero gay que se conviertió en el primer miembro de las fuerzas de seguridad en unirse con su pareja en este país. El activismo LGTBI chileno, mientras tanto, sigue luchando para conseguir la aprobación del matrimonio igualitario, todavía una asignatura pendiente.
De hecho, la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago admitía en febrero un recurso de protección presentado por el MOVILH contra la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en Chile. El proceso judicial emprendido por la organización LGTB chilena, bajo la batuta del abogado y activista Jaime Silva, se motivó en la negativa de conceder hora a Ramón Gómez Roa y Gonzalo Velásquez para celebrar su matrimonio. Recordemos, en este punto, que la actual presidenta de Chile, Michelle Bachelet, prometía en marzo de 2013 que en caso de ser elegida abriría el proceso de discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Algo que por el momento continúa sin materializarse, pese a que ya a finales de 2014 se presentaba una primera iniciativa parlamentaria en ese sentido.
En paralelo a este proceso, hace poco más de un año nos hacíamos eco de que el Gobierno de Chile y el MOVILH acercaban posturas para llegar a una solución amistosa a la demanda interpuesta por este colectivo en 2012 contra el estado chileno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIHD) por prohibir precisamente el matrimonio igualitario, ante la perspectiva de que un proyecto de ley sobre la materia se discutiese en el Congreso.