Festival de Eurovisión 2016: ¿Quién ganará? ¿Hay esperanza para España y el «Say Yay» de Barei?
“Estimados heteros, no os asustéis si vuestros amigos LGTB desaparecen este sábado: probablemente estén viendo Eurovisión (ya sabéis, como vuestra Champions League)”. Circulando por internet anda una broma que tiene gran parte de realidad. Y es que, aunque el Festival de la Canción de Eurovisión (Eurovision Song Contest), fundado en 1956 —lo que lo convierte en el programa de televisión más antiguo que aún se transmite en el mundo—, tiene todo tipo de seguidores, siempre ha encontrado en la comunidad LGTB un fuerte apoyo. Desde dosmanzanas en general y esta columna en particular, lo amamos, con lo que nos enfrentamos con entusiasmo a una 61ª edición en la que, por primera vez en años (posiblemente desde el “Dime” de Beth, que obtuvo en 2003 la posición #8, pudiendo haber ganado de no contar con tan infames coros), nuestra representante cuenta con el firme apoyo de gran parte de los eurofans españoles. Y es que, por cariño que tuviéramos (y sigamos teniendo) a representantes como Soraya, El Sueño de Morfeo o la reciente Edurne, hay que reconocer que nuestro país lleva tiempo sin presentar una canción a la que tomarse en serio. De hecho, aun estando pletórica (injusto gallo final aparte), esta última hubo de conformarse con un triste 21º lugar que sorprendió poco a todos los que nos llevamos las manos a la cabeza al escuchar su “Amanecer” por primera vez.
Como sabréis, este año nuestra representante fue elegida en una rancia pero entretenida gala televisiva llamada Objetivo Eurovisión. Tanto el público como el jurado nacional apostaron en ese momento por el “Say Yay” de Barei, si bien el jurado internacional la situó en segundo lugar frente al más castizo “Días de alegría” de Salvador Beltrán, lo cual no deja de ser peligrosamente premonitorio. Y sí, es la primera representante de nuestra historia que no pronunciará una sola palabra en castellano en el escenario (¡con la que se montó cuando Rosa entonó aquel “Europe’s living a celebration”!). Esta cantautora madrileña de 34 años empezó sus andanzas en el mundo musical a los 16 con covers de Christina Aguilera, Laura Pausini y Lara Fabian y quedó en 2º lugar en el año 2001 en el Festival Internacional de la Canción de Benidorm con el tema “Abrazo del tiempo”. Pero es durante la segunda década del Siglo XXI cuando su carrera ha despegado finalmente gracias a dos álbumes de estudio —Billete para no volver (2011) y Throw The Dice (2015); uno en castellano y otro en inglés— y, por supuesto, a su candidatura a Eurovisión con la marchosa “Say Yay”, compuesta por ella misma, Rubén Villanueva y Víctor Púa. Filmado entre Madrid, Barcelona, Estocolmo, Londres, La Habana y Miami, el videoclip fue todo un éxito, pero tanto el ensayo imprevisiblemente filtrado como la actuación de la semifinal (que, como ya es tradición, empezó flojeando pero fue poco a poco ganando soltura) han resultado relativamente decepcionantes, enturbiados (¡como ya sucedió con Beth!, ¿es que no aprendemos de nuestros errores?) por cinco coristas (Brequette, Rebeca Rods, Awinnie MyBaby, Milena Brody y Alana Sinkëy) que parecen ir a su bola (quizá sea una, quizá el conjunto, pero siento decir que hay algo que no cuadra). Por no hablar de la correcta pero sosa puesta en escena, por completo insuficiente para un certamen de estas características. Vamos, que lamentablemente no puedo unirme al entusiasmo generalizado, si bien confío en que el despliegue final sea superior.
De todos modos, las casas de apuestas no ven a Barei precisamente como ganadora, situándola la mayoría de ellas alrededor de la 16ª posición (en relación, eso sí, a las 42 aspirantes —eran 43, pero Rumanía fue descalificada por impago—, con lo que no es un resultado tan flojo como suena). Pero, ¿cuál es la gran favorita? Pues nada menos que Rusia con el pegadizo “You are the only one” del popular Sergey Lazarev. Curiosamente, el año pasado el país europeo de la homofobia —aunque también de valientes miembros de nuestra comunidad, jamás nos olvidemos de ellos— también figuraba como favorito con la bastante superior “A Million Voices” de Polina Gagarina, pero esta terminó quedando en segundo lugar frente al vibrante “Heroes” del sueco Måns Zelmerlöw (quien, por cierto, se desnudó en la semifinal imitando al bielorruso Ivan, cuyo “Help you fly” no fue clasificado). Y es que inevitablemente representar a Rusia en un certamen de este tipo conlleva sus dificultades… Precisamente por eso, el reivindicativo “1944” de la ucraniana Jamala, que trata sobre la deportación de los tártaros de Crimea, y el “J’ai cherché” de Amir Haddad, un francés instalado en Israel desde su infancia, podrían terminar imponiéndose como vencedores. Eso si el “LoveWave” de la armenia Iveta Mukuchyan no da la campanada como hizo en la semifinal gracias a una portentosa puesta en escena plagada de efectos especiales. Y es que, para bien y para mal, en Eurovisión la calidad de la canción en sí es a menudo lo de menos.
Mientras tanto, Australia, que participa por segunda vez consecutiva en el certamen como recompensa a la gran afición hacia el festival de sus habitantes pese a no formar parte de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), intentará apuntarse su primer tanto con la potente balada “Sound of Silence” de la surcoreana Dami Im, quien emigró a Australia con solo nueve años (ahora tiene 27). “Qué duro es superar la locura; si no estás aquí, nada tiene sentido”, reza su angustiosa letra, mucho menos festiva que la que el lejano país ofreció como debut el año pasado. Entre las favoritas también encontramos al sueco Frans con “If I Were Sorry” —que, sí, juega en casa—, el israelí Hovi Star con “Made of Stars”, la maltesa Ira Losco con “Walk on Water”, la búlgara Poli Genova con “If Love Was A Crime” y la azerbaiyana Samra con “Miracle”. Por último, comentar que Grecia y Bosnia-Herzegovina se han quedado fuera de la final por primera vez en su historia (¡mientras República Checa debuta!) y que Irlanda ha puesto este año el toque de estrellato al certamen con el emotivo “Sunlight” de Nicky Byrne, excomponente del grupo Westlife (disuelto en 2012) que lamentablemente no ha pasado de la semifinal. En cualquier caso, en Eurovisión nada está escrito en piedra, con lo que hasta ver las actuaciones finales, todo puede pasar. Y, si Barei y compañía afinan sus notas, podríamos obtener el mejor resultado en años (algo que, por otro lado, tampoco es tan difícil…). Eso sí: actuar en 19º lugar, justo después de Rusia, no es precisamente una ventaja… Mañana, sábado 14 de mayo, lo comprobaremos a partir de las 21h00 en TVE. Mis compañeros (@dosmanzanas) y yo (@JuanRoures) no dejaremos de tuitear.
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Acerca del Author
JuanRoures
Escritor y activista, hablo de cine en 'La estación del fotograma perdido', de dudas lingüísticas en '¿Cómo se dice?' y de cultura LGTB en 'dosmanzanas' (sección: 'Apolo vive enfrente'). He publicado la novela 'Bajo el arcoíris' y dirigido el cortometraje 'Once bitten, twice daring', ambos de temática gay. También soy corrector ortotipográfico y de estilo. Trabajo en la UAM.
¿Es que a nadie le gusta la canción de Italia? Entre eso y la descalificación de San Marino este año está siendo desolador :'(