La Marcha del Orgullo de Chisináu, la capital de Moldavia, debe disolverse a los 15 minutos por el ataque de grupos LGTBfóbicos
La Marcha del Orgullo de Chisináu, la capital moldava, fue interrumpida a poco de iniciarse por centenares de LGTBfobos, que portaban banderas moldavas, ortodoxas y crucifijos. La Policía, como medida de seguridad, decidió disolver la Marcha, que duró apenas quince minutos. Moldavia se sitúa entre los países de Europa con mayores carencias en cuanto a la igualdad de derechos y protección contra la discriminación de sus ciudadanos LGTB.
El pasado domingo 22 de mayo, la asociación de defensa de los derechos LGTB GenderDoc-M había convocado una Marcha del Orgullo por las calles de Chisináu, la capital de Moldavia, bajo el lema Fără frică (Sin miedo). La convocatoria, la cuarta en celebrarse en la capital, logró reunir a unos 300 manifestantes, que de manera pacífica reclamaban por las calles de su ciudad la igualdad de derechos para los ciudadanos LGTB. Entre los participantes se encontraban representantes diplomáticos de Alemania, Francia, Suecia y los Estados Unidos.
Según testigos, nada más iniciarse la Marcha se podía ver a un sacerdote ortodoxo, rodeado de una veintena de adeptos, que arrojaban agua bendita a los manifestantes. Poco a poco, el grueso de los LGTBfobos fue incrementándose, hasta que se reunieron cientos de ellos, que insultaban, amenazaban y arrojaban huevos a los manifestantes, mientras enarbolaban banderas moldavas, ortodoxas y crucifijos.
La Policía decidió disolver la manifestación y conducir a los participantes hasta un lugar seguro, cuando apenas habían transcurrido 15 minutos desde su inicio. Arnaud Gauthier-Fawas, un activista de la Inter-LGBT francesa presente en la Marcha moldava, describía así lo sucedido: “Estoy triste y orgulloso a la vez. Triste porque se acabó muy rápidamente, pero muy orgulloso al mismo tiempo por todo el trabajo que hicieron los organizadores».
Ya en mayo de 2015, GenderDoc-M propuso la celebración de una Marcha por las calles de Chisináu. Según el informe de ILGA-Europa, dos días antes del evento, la Policía solicitó a GenderDoc-M que cambiase la ubicación y la fecha, debido a una supuesta preocupación por la seguridad. La compañía de autobuses contratada para llevar a los participantes a la Marcha no se presentó, tras recibir una llamada de Policía. Miembros de Occupy Pedofilyaj, el infame grupo LGTBfobo de procedencia rusa, amenazaron a los participantes y les arrojaron huevos podridos, sin que hubiera ningún acusado por delitos contra el orden público.
Moldavia ocupa el puesto 42 (sobre 50) entre los países europeos en cuanto al respeto de los derechos de las personas LGTB, según la lista confeccionada por ILGA-Europa. El matrimonio igualitario está prohibido constitucionalmente, sin que haya ningún reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. En 2012 se aprobó una ley de igualdad, que, debido a las presiones de la Iglesia ortodoxa, solo reconocía el derecho a la no discriminación por razón de la orientación sexual en el mercado de trabajo, sin establecer el mismo derecho en los demás ámbitos. En el año 2013, el Gobierno aprobó una ley que prohibía la “propaganda homosexual”, a semejanza de la rusa, que afortunadamente fue derogada tres meses después de su entrada en vigor, como contrapartida a la firma de un acuerdo comercial con la Unión Europea. Según una encuesta efectuada en 2014, el 76 % de los moldavos opinan que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar.