Notable visibilidad LGTB en universidades jesuitas de Estados Unidos
En España puede resultar extraño que una universidad católica ofrezca cobertura a actos o a colectivos LGTB. Hasta donde sabemos, de hecho, ninguna universidad católica española cuenta con un grupo LGTB públicamente definido como tal. Sin embargo, si viajamos a los Estados Unidos encontraremos una realidad bastante distinta, incluso sorprendente.
Un vistazo a las universidades católicas regentadas por la Compañía de Jesús en Estados Unidos muestra un llamativo reconocimiento público de la realidad LGTB a través de diferentes iniciativas con respaldo institucional. Entre ellas destacamos en primer lugar IgnatianQ, una “Conferencia Ignaciana de LGTBQ y aliados”. Consiste en un encuentro anual dirigido por estudiantes y abarca el conjunto de las universidades de los jesuitas en Estados Unidos. Su objetivo es centrarse “en las intersecciones entre fe, sexualidad y justicia social en el contexto de un campus jesuita. IgnatianQ espera con ello educar a la persona en su integridad, creando espacios seguros para el diálogo, la reconciliación, la comprensión, el crecimiento y la formación de comunidad. El encuentro anual le ofrece a los estudiantes la oportunidad de construir su red de apoyo con otros estudiantes en instituciones jesuitas en todo el país, mientras prosiguen su trabajo LGTBQ en sus respectivos centros”.
Estas reuniones comenzaron a celebrarse en 2014 en la Universidad de Fordham. El año pasado tuvieron lugar en Georgetown, una conocida universidad de la que hablaremos enseguida —donde estudió el actual rey Felipe VI— y este año en la Seattle University, del 1 al 3 de abril.
El ejemplo de Georgetown
Las reuniones de IgnatianQ no son en absoluto algo aislado. Al contrario, constituyen un paso más en la visibilidad LGTB en las universidades de los jesuitas en Estados Unidos, de la cual un exponente fundamental, en la ya mencionada Universidad de Georgetown, es el LGBTQ Resource Center.
Activo desde 2008, el LGBTQ Resource Center fue el primer centro de este tipo. Dice de sí mismo que está “al servicio de personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, queer y en búsqueda”. De acuerdo con su folleto (visible íntegramente aquí), tiene una actividad notable. Alberga varios grupos “informales” que abarcan una llamativa diversidad de su alumnado, incluyendo mujeres LGTBQ y personas trans, bisexuales y asexuales. Entre sus iniciativas se encuentran convivencias, simposios y encuentros. Destaca por ejemplo “Journeys”, una convivencia para jóvenes LGTB que tiene por objeto “compartir experiencias y reflexionar sobre el individuo y la formación de comunidad. Mediante la reflexión individual y compartida sobre sus experiencias vividas, los estudiantes pueden desarrollar un aprecio y respeto auténticos por lo que son y todo lo que no son”. También puede mencionarse OUTober, una serie de actos de visibilización del estudiantado LGTB y de toma de conciencia sobre su realidad, con un apretado programa de actividades.
Con todo, lo que nos parece aún más significativo es la visibilidad a través de vídeos y campañas públicas. Tenemos así la campaña «I am”, que es parte de los actos del OUTober. Tiene como objetivo que las personas hablen de sí mismas y de las “múltiples identidades” que las definen. Vemos a alumnos hablar y definirse como LGTB. Pero más llamativamente encontramos a miembros del profesorado, incluido uno de los decanos de la School of Foreign Service, Samuel Aronson. Georgetown también ha participado en la campaña It Gets Better con un vídeo donde varios estudiantes se definen como LGTB y animan a aceptarse.
Igualmente, han tenido invitados de talla: Ben Cohen, jugador de rugby que pese a ser heterosexual es bien conocido por su activismo en favor de los derechos LGTB y del que hemos hablado varias veces en esta página; Simon LeVay, uno de los científicos que en su día estudió las posibles bases biológicas de la homosexualidad; Joe Solmonese, que fue presidente de Human Rights Campaign, o James Alison, sacerdote católico abiertamente gay.
También llama la atención el apoyo financiero, pues en 2012 una donación de un millón de dólares de Paul J. Tagliabue y su esposa Chandler permitió la creación de la Tagliabue Initiative for LGBTQ Life: Fostering Formation and Transformation, incluida en el LGBTQ Resource Center: “El centro está inspirado por los principios católicos y jesuitas del respeto a la dignidad de todos y la educación de la persona en su integridad, y tenemos el gran placer de apoyar sus servicios, que proporcionan un ambiente seguro, inclusivo y respetuoso para los estudiantes LGBTQ”, afirman.
Esta transformación de Georgetown en universidad LGTB-friendly llamó por ejemplo la atención de The New York Times, que le dedicó un reportaje en 2013, cuando había sido elegido presidente de los estudiantes Nate Tisa, abiertamente gay. En ese reportaje, se planteaba una pregunta obvia: ¿cómo es posible tal visibilidad en una universidad que se definen como católica y que por tanto debe suscribir la doctrina vigente? No en vano, las protestas de grupos conservadores no han faltado, incluyendo una petición dirigida en su día al propio arzobispo de Washington y que no parece haber tenido efecto. En este sentido, una mirada más atenta muestra cómo se cuida el lenguaje: en ningún momento se cuestiona la doctrina. Se habla de “autenticidad”, de “aceptación de sí mismo”, de hablar de “todo lo que uno es y no es”, y se conecta con la tradición jesuita, que ciertamente tiene mucho de insistir en el autoconocimiento. En este sentido, Todd A. Olson, decano de los estudiantes, ya indicó en el citado reportaje de The New York Times que la atención a las personas LGTB era parte de la cura personalis, arraigada en la tradición ignaciana. El que la conclusión para muchos comporte llegar a un lugar distinto al marcado por la doctrina, es otro asunto, confiado a la conciencia personal, también muy en la tradición ignaciana…
Un ejemplo que ha cundido
Por lo demás, aunque fue la primera, Georgetown no es ya la única universidad de los jesuitas en Estados Unidos con atención explícita a la realidad LGTB. Por ejemplo, la Universidad Loyola de Chicago tiene una sección de “iniciativas LGBTQIA”. También encontramos reconocimiento institucional de la realidad LGTB en la Universidad de Fordham, en Nueva York, ya mencionada como primera anfitriona de las conferencias IgnatianQ; y hay también iniciativas similares en universidades emblemáticas como la Marquette o el Boston College.
En definitiva, si el reconocimiento público de la realidad LGTB en una universidad católica —aspecto institucional incluido— parece muy lejano en España, está claro que algo muy distinto ocurre en otras latitudes ya desde hace años.
Os dejamos para finalizar con el vídeo para la campaña It Gets Better de los alumnos de Georgetown: