Stonewall Inn: el bar objeto de la redada policial que dio origen al Orgullo LGTB, será monumento nacional en Estados Unidos
Según han adelantado los medios estadounidenses, el presidente Barack Obama tiene previsto anunciar próximamente la creación del primer monumento nacional dedicado a la lucha por los derechos LGTB. Sería, en concreto, el entorno del Stonewall Inn, el icónico bar de Nueva York en el que la noche del 28 de junio de 1969, tras una redada policial, se inició la revuelta callejera que marca, simbólicamente, el inicio de la lucha a gran escala en favor de los derechos civiles de las personas LGTB.
En Estados Unidos, los monumentos nacionales están dedicados no solo a proteger lugares de interés natural o arquitectónico, también aquellos parajes de gran significación histórica. La decisión de declarar un lugar monumento nacional depende directamente del presidente, que no necesita para ello autorización del Congreso.
La incorporación de Stonewall Inn y su entorno urbano a la lista supone, de hecho, una decisión de alta significación política, en tanto que supone incorporar la lucha a favor de los derechos civiles de las personas LGTB al acervo cultural estadounidense. La decisión va incluso más allá de la propuesta de Jerry Nadler, representante demócrata en la Cámara de Representantes, que el pasado diciembre anunciaba una iniciativa para convertir Stonewall Inn en «lugar histórico nacional», categoría más amplia que la de monumento nacional y con menor grado de protección (hay poco más de cien monumentos nacionales, frente a unos 2.500 hitos históricos nacionales).
En cualquier caso, la decisión no ha sido anunciada oficialmente (se espera que Obama lo haga en junio, mes en el que la Casa Blanca celebra oficialmente el «Mes del Orgullo LGTB»), desconociéndose por el momento los detalles sobre cómo se articulara la zona monumental. Algo que no está exento de complicaciones, al tratarse el Stonewall Inn y las edificaciones aledañas de propiedades privadas y al localizarse en una zona urbana densamente poblada.
En lo que en cierto modo puede considerarse un «aperitivo» de esta decisión, el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos sí que ha confirmado la inclusión, en la lista del Registro Nacional de Lugares Históricos (un catálogo mucho más amplio que el de momumentos nacionales y de rango menor) de otros dos lugares de gran significación en la historia del movimiento LGTB: el edificio Comunidad de Orgullo Gay de Puerto Rico, en el que se fundó la primera organización LGTB de la historia de la isla, y la casa que a principios de los años setenta albergó en Washington D.C. al Furies Collective, histórico colectivo lésbico y feminista.
La lucha la comenzaron los marginales
En estos tiempos en los que con tanta facilidad tiene a «blanquearse» la historia, no está de más recordar lo que ya otras veces hemos señalado: el Stonewall Inn era un club del Greenwich Village al que acudían personas que se movían en los márgenes de la sociedad. Poco más que tugurio frecuentado por homosexuales travestidos, personas transexuales, drags, chaperos o lesbianas de aspecto masculino. Para acceder, había que ser conocido del portero o tener una apariencia inconfundiblemente LGTB (si no “se te notaba”, no entrabas…). La redada de aquella noche era una de tantas. Normalmente se hubiera saldado con varias detenciones y el cierre del local durante unas horas, pero los ánimos estaban ese día especialmente exaltados. Algunas de las trans presentes (esa noche unas 200 personas se encontraban en su interior) plantaron cara a la policía y se negaron a ser identificadas y cacheadas. Al parecer una de ellas golpeó a uno de los policías con su bolso. La noticia se extendió por el barrio y pronto cientos de personas se congregaron en el exterior, coreando “poder gay” y gritando“cerdos” a los policías mientras estos arrestaban a muchos de los clientes.
En un momento determinado, una de las lesbianas detenidas, nunca identificada, se revolvió al ser introducida en el coche patrulla. Los policías la reprimieron con violencia. En ese momento la multitud estalló encolerizada y los policías tuvieron que refugiarse en el local y pedir refuerzos. La revuelta había comenzado. Un arrebato de rabia y orgullo que se prolongó durante días, y que cada 28 de junio las personas LGTB de todo el mundo conmemoran. El historiador David Carter, autor del libro Stonewall: The Riots That Sparked the Gay Revolution afirma que la revuelta “fue al movimiento gay lo que la toma de la Bastilla a la revolución francesa”.
Muchos años después, en 2004, el inspector Seymour Pine, uno de los policías que aquella noche irrumpieron el en Stonewall Inn, reflexionaba sobre lo sucedido durante un debate que tuvo lugar en la Sociedad Histórica de Nueva York. Pine explicó que la patrulla se limitaba a cumplir órdenes. El club era propiedad de la mafia, y supuestamente la redada era una operación más contra el crimen organizado. Pine reconoció, no obstante, que en aquella época los prejuicios eran la norma. “La policía no tenía ni idea sobre los gais”, afirmó. También reconoció que resultaba rentable detener homosexuales y transexuales: era la forma más sencilla de elevar el número de arrestos y mejorar sus expedientes. “Eran detenciones fáciles. Nunca daban problemas”. Según Carter, el inspector Pine (cuyo fallecimiento recogimos en 2010) no era especialmente homófobo.“Tenía las ideas preconcebidas de su tiempo. Pero yo sí creo que se limitó a cumplir las órdenes, y que no tenía un prejuicio personal (…) Una vez me llegó a decir: si lo que pasó sirvió de alguna manera para ayudar a los gais, me alegro”, contó.
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