Dos nuevos asesinatos de probable motivación homófoba en Jamaica
Nos llega la noticia, vía la web británica Gay Star News, de dos nuevos asesinatos en Jamaica con posible motivación homófoba. Según recoge el diario jamaicano The Gleaner, los asesinados serían Orville Lorne, de 40 años, y otro hombre de nombre desconocido, de la misma edad. Las muertes ocurrieron el martes 24 de mayo en Montego Bay, cuando un grupo de hombres armados irrumpieron en su vivienda de madrugada y les dispararon.
Según el diario jamaicano, varios vecinos de los fallecidos (habitantes de una barriada ya de por sí muy violenta) aseguraron que en efecto se trataba de dos homosexuales, a los que de hecho se refirieron como «fish» («pescados»), uno de los numerosos términos utilizados en Jamaica para referirse a los homosexuales de modo despectivo. «No sabemos nada. Solo que se han cargado a dos ‘pescados’. No nos va ese rollo por aquí, no verás a nadie llorando por eso», declaraba por ejemplo una joven. La policía jamaicana, aunque ha confirmado el doble asesinato, nada parece haber dicho sobre su posible motivación homófoba.
Quien sí ha denunciado públicamente el asesinato relacionándolo con la violencia homófoba que sufre Jamaica, atizada aún más en los últimos tiempos por los pujantes movimientos evangélicos, es el valiente activista jamaicano Maurice Tomlinson (al que en alguna ocasión anterior hemos hecho referencia) en la web Erasing 76 Crimes.
Jamaica, un infierno para las personas LGTB
Que Jamaica es posiblemente la sociedad más homófoba de América no es un secreto, y no solo porque las relaciones homosexuales masculinas sigan siendo delito. En marzo de 2015 dábamos cuenta del brutal linchamiento a un joven gay, a manos de una turba furiosa, que lo mató a pedradas. La violencia y el miedo, de hecho, no son episodios aislados sino que forman parte de la vida cotidiana de las personas LGTB jamaicanas, bien reflejados en el completo informe de 86 páginas que en 2014 publicó sobre Jamaica la organización Human Rights Watch.
La lista de decesos, crímenes, violaciones y agresiones de toda clase a personas LGTB es larga. En dosmanzanas hemos recogido numerosos episodios a lo largo de los últimos años. En diciembre de 2010 era asesinado un activista gay que, según informó entonces la organización J-FLAG, había sido previamente amenazado, y en junio de 2012 eran asesinados otros dos hombres gais. A finales de ese mismo año, dos jóvenes descubiertos manteniendo relaciones sexuales en los baños de la Universidad Tecnológica de Jamaica caían en manos de una muchedumbre enfurecida y uno de ellos era golpeado brutalmente por los guardas de seguridad. En septiembre de 2013, conocimos otro caso de un joven que escapó milagrosamente de un linchamiento homófobo. Poco después cuatro hombres homosexuales que compartían vivienda vieron cómo un grupo de agresores le prendían fuego. Esa misma casa había sido también el último lugar en el que vivió Dwayne Jones, una joven adolescente transgénero asesinada pocas semanas antes por una turba de personas que descubrieron su condición. Son solo algunos de los casos que trascienden las fronteras de Jamaica. Muchos otros ni siquiera llegamos a conocerlos, entre otras cosas por la falta de confianza y la pasividad de los cuerpos y fuerzas de seguridad ante estos casos.
Ello no impide que incluso en un ambiente tan hostil surjan valientes activistas, que de hecho el pasado año celebraron por primera vez varios actos con motivo del Orgullo LGTB, sin convocar, eso sí, una manifestación como tal. Algo que por supuesto sí pueden hacer los homófobos. Una de estas llamativas muestras públicas de homofobia fue la que recogimos hace dos años, cuando cientos de personas, convocados por una coalición de líderes religiosos, salieron a las calles de Kingston coincidiendo con el Orgullo para protestar contra lo que denominaron la “creciente amenaza de la homosexualidad”.
Maurice Tomlinson, de hecho, asegura en el referido artículo de Erasing 76 Crimes que estos dos asesinatos no alterarán los planes de celebrar el próximo octubre el Orgullo LGTB en Montego Bay, contando eso sí con una fuerte seguridad privada.