La «Coalición por la Familia» de Rumanía recoge tres millones de firmas para prohibir el matrimonio igualitario
La «Coalición por la Familia» de Rumanía, un grupo de asociaciones respaldado por la Iglesia ortodoxa, ha logrado reunir tres millones de firmas para obligar al Gobierno rumano a convocar un referéndum, cuyo propósito es reformar la Constitución para que se prohíba expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Presentadas en el Parlamento, el único medio para evitar la celebración de la consulta popular es un dictamen del Tribunal Constitucional que declarase contrario a la Carta Magna la supresión de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, tal y como se establece en la legislación rumana.
La Constitución de Rumanía describe el matrimonio como la unión de dos esposos, sin especificación de su sexo, aunque la legislación actual no permite el matrimonio para las parejas del mismo sexo y ni siquiera existe ningún tipo de unión civil o reconocimiento legal semejante. A pesar de ello, los grupos opuestos al matrimonio igualitario, encabezados por la Iglesia ortodoxa, temen que una decisión judicial o un futuro impulso político puedan establecer la inclusión en la institución matrimonial de las parejas del mismo sexo. Los diferentes grupos decidieron unirse y formar la «Coalición por la Familia», con el propósito de impulsar una iniciativa popular al respecto.
Según la legislación rumana, la convocatoria popular de un referéndum necesita de 500.000 firmas para poder ser presentada ante el Gobierno. La «Coalición por la Familia» ha logrado recoger alrededor de 3.000.000, que ya han sido presentadas en el Parlamento, con el objetivo de reformar la Constitución para que defina el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, además de prohibir expresamente las uniones de personas del mismo sexo.
Satisfacción entre los LGTBfobos
El presidente de la «Coalición por la Familia», Mihai Gheorghiu, expresaba su satisfacción por el logro porque considera que “estamos asistiendo a una primicia histórica, tanto a nivel nacional como europeo: tres millones de ciudadanos rumanos, en un gran esfuerzo de solidaridad, han firmado la iniciativa para la modificación de la Constitución. Es más, Rumania forma parte de una tendencia europea. Hay una iniciativa europea para definir el matrimonio en estos términos y tenemos los ejemplos de Croacia y Eslovenia el año pasado, que ya han dado lugar a referendos exitosos para incluir esta definición en sus constituciones”.
En efecto, el pasado 2015 la población de Eslovenia votó mayoritariamente a favor de la derogación del matrimonio igualitario, que había sido aprobado por su Parlamento. Los croatas votaron en 2013 la reforma de su Constitución para definir expresamente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. También lo hacen así otras constituciones de países de Europa central y oriental, como Polonia, Hungría, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania y Moldavia.
Una muestra de la actitud hipócrita e intolerante de quienes apoyan la discriminación de las personas LGTB son las declaraciones de Laura Sturzu, una de las firmantes de la iniciativa de referéndum:
Me decidí a firmar el apoyo a esta iniciativa porque creo que la Constitución del país debe estar en consonancia con nuestros valores, nuestros principios y nuestras tradiciones.
Hace poco visité España y me indignó ver a las parejas homosexuales caminando de la mano o besándose ostentosamente en las calles o enfrente de niños pequeños. Yo respeto la elección sexual y el comportamiento de todo el mundo, siempre que se exprese de forma privada. No quiero que nuestros valores tradicionales sean sustituidos por este tipo de comportamientos.
Alarma entre los defensores de los derechos LGTB
El diputado verde Remus Cernea, que en 2014 presentó un proyecto de ley de uniones civiles abierto a las parejas del mismo sexo que fue rechazado por el Parlamento, define la iniciativa de referéndum como “un ejemplo de la tiranía de la mayoría». Para Cernea, “esos tres millones de personas que han firmado no aceptan la igualdad de derechos, y quieren imponer sus puntos de vista homofóbicos al conjunto de la sociedad”.
El representante verde confía, sin embargo, en que se afiance al apoyo a la igualdad de derechos, pues «a pesar del gran número de los que promueven la homofobia, cada vez hay más personas que hablan y escriben a favor de los derechos LGTBI. Pero todavía tenemos que hacer frente a la enorme ola de las fuerzas conservadoras, apoyadas por algunas de las iglesias de Rumania. Será una batalla larga y difícil”. También expresa su confianza en que el Tribunal Constitucional anule la convocatoria del referéndum porque “no puede revisarse la Constitución si la reforma da lugar a la supresión de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos», tal como se establece en la legislación rumana.
Vlad Viski, presidente de MozaiQ, una organización de defensa de los derechos LGTBI de Rumanía, afirma que la «Coalición por la Familia» no se detendrá si tiene éxito en la prohibición del matrimonio igualitario. Entre sus planes están la intención de proponer la prohibición del aborto y la pornografía, legislar políticas que desalienten el divorcio, e instar la prohibición de cualquier tipo de educación sexual en las escuelas.
Según teme Viski, “la comunidad LGTBI de Rumanía parece tener muy pocas opciones en la batalla contra el Goliat que es la Iglesia ortodoxa. Los grupos locales cuentan con pocos fondos, muy pocas personas fuera del armario y dispuestas a representar la causa, y todavía hay miedo entre los activistas a pedir abiertamente la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo».
Para el activista, con este referéndum se pone también en juego el futuro de las libertades en Rumanía: «En estos días y en los próximos meses, Rumanía se enfrenta a una decisión importante, no sólo sobre los derechos LGTBI, sino también sobre el camino que quiere tomar en lo que respecta a la democracia, los valores europeos, la separación entre Iglesia y Estado y la protección de las minorías. Puede optar por volver a un pasado donde el aborto y la homosexualidad eran ilegales, o puede seguir avanzando y apoyar a sus ciudadanos LGTBI, la igualdad y la justicia para todos, independientemente de su raza, etnia, orientación sexual, identidad de género, capacidades físicas o condición socioeconómica”.