Un matrimonio gay británico, que iba acompañado de su hijo, denuncia haber sido humillado por personal de Emirates en Dubái
Una pareja gay británica ha denunciado sentirse humillada por el trato recibido por personal de Emirates, la aerolínea propiedad del Gobierno de Dubái (muy conocida en España por patrocinar al Real Madrid). El matrimonio, que viajaba desde Reino Unido hasta Sudáfrica en compañía de su hijo, hacía una escala rutinaria en Emiratos Árabes, un país en el que las relaciones homosexuales son ilegales y están castigadas con penas de cárcel. Es, también, uno de los grandes aliados de Occidente en el Golfo Pérsico.
Lee Charlton, de 42 años, pidió explicaciones en Facebook a Emirates por el trato recibido en Dubái. De ahí la historia pasó a los periódicos británicos y ha sido difundida internacionalmente. Lee Charlton viajaba desde Manchester a Durban (Sudáfrica) junto a su marido Jason y el hijo adoptivo de ambos, Kieran. No era de hecho la primera vez que viajaba a este país con Emirates, debido a razones de trabajo, pero sí la primera que lo hacía con su familia al completo. Por eso se había asegurado previamente de adjuntar toda la documentación necesaria para poder entrar y salir de Sudáfrica sin problemas (incluyendo los certificados de nacimiento, adopción y matrimonio). Lo que no se esperaba era que la obligada escala en Dubái se convertiría en una pesadilla.
Ya en el momento de ser atendidos en el mostrador del aeropuerto por una empleada de Emirates, esta les dirigió, según describe Lee Charlton, «una mirada burlona». Posteriormente le preguntó a ambos si Kieran era su hermano. Al contestar ambos que era su hijo, la empleada les dijo que no les podía entregar los billetes y avisó a un encargado. Este comprobó la documentación y les dijo que posiblemente no podrían volar a Sudáfrica, responsabilizando a las normas de este país de la negativa. La familia fue invitada en ese momento a pasar a un cuarto en el que tuvieron que esperar más de dos horas. Charlton y su marido veían cómo el tiempo pasaba sin recibir una respuesta. Tras reclamar en un par de ocasiones, finalmente Charlton preguntó a la empleada si el problema era que eran gais, ante lo cual ella —según su relato— se rió. Él le volvió a preguntar de qué se reía. «Nunca me he sentido más avergonzado», cuenta en Facebook. Finalmente, y ya cuando el avión con destino a Sudáfrica ultimaba el embarque, les entregaron la documentación y pudieron continuar el viaje.
Además de exponer públicamente lo sucedido, la pareja, que confiesa sentirse «humillada», ha interpuesto una reclamación formal ante la aerolínea, de la que según asegura The Independent aún no ha recibido respuesta. Ante el revuelo causado, sin embargo, un portavoz de la compañía sí que ha dado a conocer un comunicado en el que asegura que trató correctamente a la pareja y culpa a la regulación sudafricana de lo ocurrido. «Desde el 1 de junio de 2015, cualquiera que viaje al país [Sudáfrica] acompañado de un menor de 18 años debe probar que es su padre o tutor. Y en el caso de adultos que viajen solo con sus hijos deben mostrar el consentimiento del progenitor ausente», se justifica Emirates. «Como todas las aerolíneas, debemos obedecer las leyes de los países en los que operamos, y esta es una responsabilidad compartida con los pasajeros, que son requeridos a disponer de documentos válidos de viaje para todos los países de su itinerario», añade. Ni una palabra de por qué no consideró válidos los documentos de la familia británica ni, por supuesto, de las razones de las burlas de su personal.
Lo sucedido muestra, en cualquier caso, lo endeble de la situación de las personas LGTB, en general, y de las familias homoparentales, en particular, al viajar alrededor del mundo. Especialmente si deben atravesar países que no respetan ni sus derechos humanos más básicos: no está de más conocer su situación jurídica antes de tomar cualquier decisión.
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