Tres años de cárcel para los autores de una agresión homófoba en Gijón
Más de dos años después de la brutal agresión homófoba que sufrió el joven Marcos Villanueva en un local de Gijón, por fin se ha hecho justicia. Sus dos agresores, Alejandro Alonso y Jesús Jiménez, han sido condenados a tres años de prisión por un delito de lesiones. Deberán además indemnizar a Villanueva, al que rompieron la mandíbula, con 18.565 euros, y al Servicio de Salud del Principado de Asturias con 4.827 euros.
Era mayo de 2014 cuando por primera vez recogimos la noticia de la agresión, denunciada por el colectivo LGTB asturiano XEGA. Días después recogíamos las detenciones del primer y del segundo agresor por parte de la Policía Nacional. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 13 de mayo en el Blow-Up, un local de copas de la zona de Fomento, en Gijón. El magistrado titular del Juzgado de lo penal número 1 de la ciudad asturiana considera probado dos años después el carácter homófobo de la agresión, que quedó además registrada por las cámaras de seguridad del local.
Agresores y víctima se habían conocido poco antes. Había sido en la calle, donde confluyeron dos grupos de jóvenes. Fue al conocer la orientación sexual de Marcos cuando los ahora condenados desencadenaron la agresión. «Iba con una amiga, nos preguntaron si éramos novios y yo dije que no, que ella llevaba 15 años con su novio y que yo era maricón», declaró ante el juez. Una naturalidad que enfureció a los agresores, que le propinaron varios golpes y le rompieron la mandíbula. Fractura por la que tuvo que ser ingresado en el Hospital de Cabueñes e intervenido quirúrgicamente, y por la que sufre aún secuelas: no puede masticar con normalidad, debe extremar el cuidado al bostezar y le ha quedado una cierta asimetría facial, con el consecuente perjuicio estético. Pero posiblemente las peores fueron las secuelas psicológicas. A Marcos, que nunca hasta entonces había tenido problemas por su visibilidad, ahora le cuesta más demostrar su cariño hacia otros hombres en público.
Afortunadamente en este caso el juez no ha caído en la trampa de los agresores, que intentaron justificarse mediante ya vieja táctica del «pánico gay». «Coincidimos fuera de un bar. No le conocía de nada pero ahí ya noté las miradas. Cuando fuimos al baño me tocó el culo, intentó ligar conmigo y le agredí. Reaccioné mal pero no soy homófobo, pido perdón», aseguró uno de ellos durante el juicio. Una argumentación que el juez rechazó: «No existiendo ningún incidente previo, ni provocación alguna por el agredido, la consecuencia lógica que se infiere es que la agresión vino motivada por su previa manifestación de ser homosexual». La condena impuesta, en este caso, es rotunda: tres años de prisión para cada uno, además de las indemnizaciones ya referidas. Hay que tener en cuenta, además, que ambos acusados contaban ya con antecedentes penales.
Satisfacción de la víctima
Marcos Villanueva, que en este momento estudia y trabaja en Nueva York, ha acogido la sentencia con moderada satisfacción y espera que le ayude a cerrar este capítulo de su vida. «Necesitaba que la justicia me lo confirmara. Sí que me reconforta el hecho de que van a pagar con privación de libertad lo que han hecho, aunque tampoco tengo claro que les vaya a servir de nada», asegura. El joven confìa en superar poco a poco lo sucedido, y pese a sus reticencias actuales la hora de por ejemplo mostrar cariño a otro hombre en público se empeña en mantenerse visible como una forma de compromiso.
Desde dosmanzanas nos congratulamos de que en este caso se haya hecho justicia y felicitamos tanto a Marcos como al colectivo XEGA, primero que denunció lo sucedido y hacía el que el propio joven ha tenido palabras de agradecimiento. Y no podemos dejar de destacar la buena labor de la Policía Nacional de Gijón, que ya desde el primer momento dejó constancia del carácter homófobo de la agresión.