Luis Felipe Rodríguez (activista LGTBI): «Hemos obtenido reconocimiento de un marco jurídico que hoy nos permite vivir libremente en Colombia»
El llamado «enlace LGTBI» de la alcaldía de Cali tiene 26 años y es un activista independiente que trabaja de manera articulada con otras organizaciones, como Colombia Diversa. Es licenciado en Lenguas Extranjeras, estudiante de Derecho y cursa una Maestría en Gestión Pública. Tras una batalla librada frente a la Corte Constitucional desde 2013 para poder contraer matrimonio con su pareja, Ramiro Alberto Chávez Hoyos (44 años), ahora se muestra satisfecho e ilusionado de poder formar una familia. En esta entrevista, Rodríguez explica cuál es la realidad de la comunidad LGTBI en Colombia en estos momentos.
—En primer lugar, ¡enhorabuena por el próximo enlace con su pareja! ¿Qué se siente después de años de lucha por el derecho al matrimonio igualitario?
Sentimos una alegría enorme, no podíamos creer la noticia cuando nos llamaron para avisarnos de que la Corte Constitucional había aprobado nuestra tutela (recurso de amparo). Luego de 3 años de espera, finalmente, la Corte Constitucional le había dado el sí. No era solamente la alegría de Luis Felipe y Ramiro, era el sueño y la alegría de muchas parejas del mismo sexo en Colombia: finalmente podíamos ser considerados ciudadanos de primera categoría, parejas homosexuales con los mismos derechos que tiene cualquier pareja heterosexual en nuestro país.
—En Colombia, como en otros países, parece que los tribunales han estado por delante de las grandes mayorías políticas a la hora de hacer realidad el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿A qué cree que se debe esto?
Yo creo que en Colombia todo esto ha sido gracias a una Corte Constitucional de corriente liberal, al activismo LGBTI que se ha tomado las universidades y los diferentes medios de comunicación, a las organizaciones LGBTI que han salido a protestar, a marchar y a exigir sus derechos… Estos tribunales han entendido que nosotras y nosotros también somos seres humanos que merecemos protección y todas las garantías legales, pese a los prejuicios de grupos conservadores y religiosos. Hemos obtenido el reconocimiento de un marco jurídico que hoy nos permite vivir libremente en Colombia.
—Sin embargo, aunque sea una conquista importante, las reivindicaciones del colectivo LGTBI no concluyen con la igualdad en el derecho al matrimonio. ¿Cuáles son las principales exigencias del activismo colombiano en este momento?
El matrimonio igualitario cerró un marco jurídico que reconoce los derechos civiles para la población LGBTI en nuestro país: ahora podemos adoptar, afiliar a nuestro compañera o compañero a un sistema de salud, casarnos, entre otros tantos derechos que finalmente nos permiten ser considerados ciudadanos de primera categoría. El reto ahora es trabajar para que haya garantías. Ya tenemos todos los derechos reconocidos, pero esos derechos deben ser garantizados. Debe existir una garantía por parte del Estado Colombiano y esa es nuestra labor, velar para que esos derechos tengan plena garantía.
—¿En qué situación se encuentra actualmente en Colombia la lucha para la prevención del VIH? ¿Existe un apoyo suficiente por parte del Gobierno de la nación y de las administraciones regionales y locales?
Infortunadamente, el VIH en Colombia no ha tenido el apoyo que nosotros quisiéramos por parte del Gobierno nacional. En nuestro país se ha trabajado el tema pero ha sido gracias a la cooperación internacional que se ha articulado con diferentes organizaciones LGBTI y ha permitido tener resultados satisfactorios o por lo menos un tanto visibles para nuestra población.
—¿Y en lo que se refiere a combatir el estigma por el estatus serológico? (es decir, la no discriminación de las personas que conviven con el VIH-sida) ¿se proporciona suficiente información a la ciudadanía para evitar injustas discriminaciones en este sentido?
Aún nos hemos quedado cortos en este tema. Falta trabajar muchísimo para poder eliminar esos prejuicios que existen en torno al VIH-Sida. Aunque en Colombia ya existe una Ley antidiscriminación, las personas que viven con VIH siguen siendo estigmatizadas y discriminadas, es un panorama muy triste, sobre todo porque falta información, educación y difusión al respecto.
—Por otra parte, ¿se trabaja en un marco específico para la protección de las personas trans en Colombia?
Se ha avanzado en tema, hay una serie de sentencias proferidas por la Corte Constitucional que reconocen los derechos de las personas trans, sin embargo el camino aún es complejo, creo que uno de los grandes retos que viene ahora es una ley de identidad de género que permita que las personas trans puedan vivir plenamente.
—A día de hoy, es usted el “enlace LGTBI” en la alcaldía de Cali. ¿En qué consiste exactamente su función?
Desde la Alcaldía de Cali el LGBTI trabaja, apoya, asesora y contribuye a la garantía y exigibilidad de los derechos humanos de las personas que por su orientación sexual e identidad de género son discriminadas, excluidas y carecen de atención con enfoque diferencial en salud, educación, cultura, inclusión social, deporte, oferta laboral y participación ciudadana.
—¿Cuál es el clima político Colombia ahora mismo en cuanto a apoyos y detractores de los derechos de la comunidad LGTBI?
El país está muy dividido respecto al tema: encontramos figuras que promueven la discriminación y el odio, como por ejemplo el procurador general de la nación, Alejandro Ordoñez, la senadora Viviane Morales, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, pero también tenemos grandes congresistas como Claudia López, Angélica Lozano y Armando Benedetti, que siempre han apoyado las iniciativas a favor de la población LGBTI. Por ejemplo, ahora con el matrimonio igualitario vimos que el Gobierno nacional nos respaldó 100 %, acá tenemos grandes líderes que creen en un país democrático y justo.
—Desde hace años, se está produciendo un ‘boom’ de movimientos cristianos en muchos países de Latinoamérica. Respetando la libre elección de credo o de fe, ¿es difícil combatir los mensajes de odio LGTBIfóbico por parte de algunos líderes y jerarcas cristianos (y de otras confesiones) con una gran influencia social?
Ha sido un tema complicado, sin embargo hemos debatido con altura usando siempre argumentos académicos, legales y constitucionales, defendiendo siempre el concepto de que Colombia es un país laico, donde las decisiones que se tomen deben estar fundamentadas dentro de un marco legal y constitucional, no bajo conceptos bíblicos o religiosos.
—¿Qué mensaje lanzaría a la comunidad LGTBI colombiana?
Creo que un mensaje para todas las personas LGBTI que nos están leyendo es que no se sientan menos que otros, que entiendan que nosotras y nosotros también somos seres humanos que merecemos respeto, reconocimiento y garantías… Eso será algo que vamos a defender siempre.