Bolivia: las primeras personas trans beneficiarias de la ley de identidad de género recogen sus nuevas células de identidad
Pamela Geraldine Valenzuela y César Javier Morón fueron dos de las primeras personas en recibir su nueva cédula de identidad que las reconoce jurídicamente como mujer y como hombre, respectivamente. El primer acto de entrega de los nuevos documentos ha tenido lugar algo más de tres meses después de que Cámara de Diputados y Senado de Bolivia aprobasen la nueva ley de identidad de género.
La histórica aprobación de la ley boliviana de identidad de género desbordó en su momento los límites partidarios. Miembros tanto del bloque oficialista como de la oposición votaron en conciencia, a favor y en contra. El texto, que define la identidad de género como “la vivencia individual del género tal como cada persona la siente, la vive y la ejerce ante la sociedad» con independencia del sexo que le fuese asignado al nacer, faculta a las personas trans modificar su nombre propio y el dato de sexo en la partida de nacimiento y la extensión de un nuevo certificado de nacimiento, permitiendo así la rectificación de todos los documentos de identidad oficiales.
Hasta este año, la modificación del nombre y el sexo legal no estaba regulada en Bolivia, y el colectivo trans se enfrentaba a un calvario judicial para intentar ver reconocida oficialmente su identidad de género. Y aunque el proyecto finalmente aprobado no se sitúa a la vanguardia de las legislaciones en materia de identidad de género (la modificación de los datos no podrá hacerse hasta la mayoría de edad e impone una serie de limitaciones, algunas de ellas importantes, como la carencia de vínculo matrimonial o la necesidad de un informe psicológico que acredite, no que la persona padece trastorno alguno, sino que conoce y asume voluntariamente las implicaciones de su decisión) supone sin embargo un paso de gigante.
Así lo atestigua la alegría de los primeros beneficiarios de la ley, que el pasado martes recibían por fin sus nuevas células de identidad. «Recibir la cédula de identidad, donde el estado me reconoce mi nueva identidad, es para mí un logro, yo comencé mi construcción de identidad de género a mis 14 años y a mis 17 años lo asumí totalmente», declaraba Pamela Geraldine Valenzuela. «Ya no volveré a llamarme Jacqueline, ahora legalmente soy César Javier Morón», contaba emocionado este. Así lo demuestra también la virulenta reacción tanto de la Iglesia católica como de los cada vez más pujantes grupos evangélicos, que han exigido la derogación de la norma y han impulsado movilizaciones en su contra.
Insertamos a continuación dos breves reportajes. El primero, de Deutsche Welle en Español, incluye los testimonios tanto de Valenzuela como de Morón. El segundo, de Télam, además del testimonio de Valenzuela incluye también declaraciones de la activista LGTB Tamara Núñez (mujer transexual y lesbiana), que el pasado mes de junio fue designada responsable de la segunda adjuntoría a la Defensoría del Pueblo de Bolivia: