La primera ministra de Irlanda del Norte amenaza con seguir bloqueando el matrimonio igualitario «tanto como pueda»
La primera ministra de Irlanda del Norte, Arlene Foster, ha afirmado que seguirá bloqueando el matrimonio igualitario tantas veces como pueda hacerlo. Además de oponerse personalmente a variar la definición del matrimonio, la mandataria afirma verse impulsada a seguir la vía del bloqueo a los derechos civiles de los norirlandeses por su disgusto ante las críticas que recibe en las redes sociales. Una actitud que ha sido calificada por la líder del Partido de la Alianza de Irlanda del Norte, Naomi Long, de “infantil” e “hipócrita”.
Irlanda del Norte es el único territorio del Reino Unido en el que las parejas del mismo sexo no pueden contraer legalmente matrimonio. Y lo es con empecinamiento, pues su Asamblea ha rechazado la aprobación del matrimonio igualitario cinco veces consecutivas. En la última votación, sin embargo, los partidarios de la igualdad para las personas LGTB lograron ser por primera vez mayoritarios, pero el ultraconservador Partido Unionista Democrático, ahora en el poder, hizo uso de la “petition of concern” para lograr que la proposición de ley fuera finalmente rechazada.
La “petition of concern” fue concebida durante los acuerdos de paz de 1988, con la idea de que cualquier legislación sobre determinados temas sensibles obtuviera un respaldo suficiente de los dos sectores, el nacionalista irlandés y el unionista. En concreto, las proposiciones deben alcanzar un 60 % de los votos de toda la Asamblea, y al menos un 40 % en cada uno de los bandos. La “petition of concern” debe ser solicitada por un mínimo de 30 representantes, con lo que, dado que el Partido Unionista Democrático tiene 37 diputados, bastan sus votos para hacerla valer.
La utilización de la “petition of concern” para un asunto de derechos civiles de las minorías como es el matrimonio igualitario ha sido fuertemente criticada, sobre todo si se tiene en cuenta que las encuestas muestran un amplio apoyo al mismo, tanto por parte de la población de tradición católica como de la protestante, aunque en esta última el sostén, aun siendo también mayoritario, es significativamente menor.
Pero la primera ministra y líder del Partido Unionista Democrático, Arlene Foster, ha afirmado que usará la “petition of concern” todas las veces que sean necesarias para impedir que se apruebe el matrimonio igualitario durante su mandato. “¿Por qué íbamos a renunciar a esa herramienta cuando nos sentimos tan fuertemente implicados en cuanto a la definición del matrimonio?”, se preguntaba la mandataria, a lo que añadía que “no tengo problemas con que la gente defienda su sexualidad, pero sí que se convierte en un problema cuando la gente trata de redefinir el matrimonio”. Por ello, Foster opina que la “’petition of concern’ está ahí para usarla, y la vamos a utilizar tanto como podamos. Si los demás quieren debatir sobre su completa desaparición, estaremos en ese debate”.
Sin embargo, lo que ha resultado chocante ha sido la razón que ha dado para ese empecinamiento. Al parecer, algunos activistas LGTB protestan con acritud, a través de las redes sociales, por la vulneración de los derechos civiles de los ciudadanos norirlandeses que supone la desigualdad ante el matrimonio por razón de orientación sexual. Esa actitud acre es considerada “insultante” por la primera ministra, que ha advertido que “no van a influirme dirigiéndome esos insultos. De hecho, van a conseguir que haga justo lo contrario, la gente tiene que recapacitar sobre eso”.
Reacción de la oposición
Para Naomi Long, líder del Partido de la Alianza de Irlanda del Norte (también unionista pero de carácter liberal y conciliador), la primera ministra está culpando a los “trolls de internet” de sus propias decisiones respecto al matrimonio igualitario. Long estima que la actitud de Arlene Foster “no solo es infantil e impropia del alto cargo que ocupa, sino que además es hipócrita, porque su partido, en cada oportunidad, ha tratado de bloquear cualquier progreso para la comunidad LGTB en Irlanda del Norte”. La líder del Partido de la Alianza cree que el Partido Unionista “abusa de la ‘petition of concern’ para revertir lo que sería una mayoría democrática. Por supuesto, si no están de acuerdo con el matrimonio igualitario pueden votar en contra. Pero yo desearía una democracia más madura, en la que viéramos una limitación del uso, sino la completa desaparición, de la ‘petition of concern’ como mecanismo. Así nos basaríamos en un sencillo principio democrático”.
Por su parte, Séan Lynch, diputado del nacionalista Sinn Féin en la presente legislatura, declaraba que «ante todo se trata de una cuestión de igualdad y el Sin Féin se compromete a que el matrimonio igualitario se extienda por toda la isla». Lynch denunciaba que el pasado 27 de octubre su partido había presentado al Gobierno un nuevo proyecto de reforma de la Ley de Matrimonio, que había sido bloqueado otra vez por el Partido Unionista Democrático.
Por ello, con el frente parlamentario aparentemente cerrado a cualquier iniciativa favorable al matrimonio igualitario, parece que el único camino para que prospere la igualdad LGTB en Irlanda del Norte es la judicial. La primera demanda de este tipo, largamente esperada, fue presentada en enero de 2015 ante el Alto Tribunal de Belfast por una pareja formada por dos hombres, que contrajo matrimonio en Inglaterra el pasado 2014, una vez que entró en vigor la ley que lo permitía. Sin embargo, al cambiar su residencia a Irlanda del Norte, su estado civil no fue reconocido por la administración de este territorio. El Alto Tribunal de Belfast tendrá que dictaminar si, como arguyen los demandantes, el Reino Unido es un único Estado unitario con poderes administrativos delegados en las regiones, pero no una república federal, como es el caso de los Estados Unidos. Según este criterio, no es posible que una pareja esté considerada como casada en un territorio del Reino Unido y en otro no.