Un hotel escocés pierde la categoría de cinco estrellas por los comentarios homófobos de su dueño
El hotel escocés The Marcliffe ha perdido su categoría de cinco estrellas debido a los comentarios homófobos vertidos por su dueño, Stewart Spence, en un evento benéfico organizado por la industria hotelera, en el que afirmó no haber “contratado nunca a un maricón”. La agencia turística VisitScotland ha retirado a The Marcliffe de su página web y ha suspendido la calificación otorgada hasta entonces. Aunque el empresario ha expresado sus disculpas, VisitScotland le ha requerido pruebas fidedignas que acrediten que en sus instalaciones no se discrimina a los trabajadores o a los clientes por su orientación sexual.
Los hechos tuvieron lugar a principios del mes de octubre durante un evento benéfico organizado por Hospitality Industry Trust Scotland, la más relevante agrupación hotelera de la zona. Según testigos, Stewart Spence, dueño del hotel The Marcliffe en la localidad escocesa de Aberdeen, empezó a alardear de ser amigo del multimillonario candidato a la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, y espetó a los asistentes: “Yo no soy maricón. Nunca he contratado a un maricón y nunca lo haré”. Los mismos testigos señalan que los presentes se quedaron “boquiabiertos, nadie podía creer que una persona tan bien conocida e influyente expresara abiertamente unas opiniones tan horribles e intolerantes”.
Lo ocurrido llegó a conocimiento de VisitScotland, la agencia turística que cuenta al hotel The Marcliffe entre sus afiliados y le proporciona difusión a través de sus medios, así como certifica su calidad. Un portavoz de la agencia comunicaba que “hemos avisado al hotel de que hemos suspendido su pertenencia a nuestra Garantía de Calidad y su inclusión en nuestra web, hasta que recibamos pruebas escritas de que no mantienen una política discriminatoria con su personal y clientes, y que han comprendido que deben cumplir enteramente con la legislación pertinente. Asimismo, les hemos informado de que están disponibles programas de formación y apoyo en organizaciones como Stonewall”. Esa suspensión supone la pérdida de la categoría de cinco estrellas que la agencia le había otorgado.
Desde Hospitality Industry Trust Scotland, por su parte, comunicaban que “estamos en profundo desacuerdo con las opiniones y observaciones homófobas expresadas la pasada noche por una persona en la cena de recaudación de fondos de la fundación Grampian, que fueron una sorpresa absoluta y tan impactantes como poco fidedignas de la realidad de la industria hotelera”.
La pronta reacción tanto de VisitScotland como de Hospitality Industry Trust Scotland han complacido a la asociación de defensa de los derechos LGTB Stonewall, aunque estiman que “las observaciones formuladas en el evento de la pasada noche demuestran claramente que hay una gran cantidad de trabajo por hacer antes de que las personas LGBT pueden sentirse seguras e incluidas en sus trabajos, y de que los clientes LGBT sean tratados de manera justa y respetuosa”. La asociación también ofrece su apoyo “a los empleadores del sector de la hostelería que quieran crear lugares de trabajo más inclusivos para las personas LGTB”.
Ante una reacción tan unánime de condena hacia sus palabras, y quizás con temor a la repercusión que pudiera tener para su negocio, Stewart Spence ha hecho las siguientes declaraciones: “Hice algunos comentarios muy imprudentes en la cena de la pasada noche y hoy me siento absolutamente mortificado. Me gustaría pedir mis más sinceras disculpas por la ofensa causada. No sé en lo que estaba pensando. Esperaba despertar algunas risas en torno al tema de los setenta y, aunque las palabras que utilicé pudieron haber sido, lamentablemente, un lugar común en esa generación, siguen siendo totalmente inaceptables. The Marcliffe es un lugar inclusivo tanto para su personal como para sus clientes. Damos la bienvenida a todos, independientemente de su orientación sexual. Me arrepiento de todo esto y lo siento de verdad”.
Donde queda el derecho a elegir su personal?
Ese derecho a elegir queda sometido y por debajo de la obligación de no discriminar a nadie por razones de orientación sexual.