La comunidad LGTB de Turquía denuncia la detención ilegal del activista y abogado Levent Pişkin
La pérdida de la calidad democrática del Gobierno de Turquía y de sus instituciones es cada vez más flagrante. La última y preocupante noticia que nos llega desde este país es la detención del abogado y activista igualitario Levent Pişkin, a las 5 de la madrugada de este lunes, durante una redada en su domicilio. Tras la frustrada intentona de golpe de estado del pasado mes de julio, se constata la persecución ideológica contra los adversarios políticos de Recep Tayyip Erdoğan. Así se han expresado desde Istanbul LGBT Pride Week, una organización de la que el propio Pişkin es voluntario. Desde esta entidad califican su arresto de “ilegal” y denuncian que se está realizando “una caza de brujas contra todos los grupos de oposición”, con el pretexto de tomar medidas contra el “terrorismo” y contra los golpistas.
Nueva vuelta de tuerca antidemocrática del Gobierno de Recep Tayyip Erdoğan. La injustificada redada en la vivienda de Levent Pişkin ha concluido con la incautación de “propaganda” y el arresto del propio abogado. Le acusan de hablar en nombre de líderes del partido pro-kurdo, detenidos por motivos ideológicos hace unos días. El colectivo LGTB de Turquía ha manifestado que ante la “deliberada violación del derecho a la defensa y a un juicio justo” de Pişkin es necesaria la unidad de los demócratas y han dejado claro que el activista “no está solo”.
Además de voluntario del Orgullo LGTB de Estambul, Levent Pişkin es letrado y miembro de la Asociación de Abogados por la Libertad de Turquía (Özgürlükçü Hukukçular Dernegi). Desde Istanbul LGBT Pride Week se insta al pueblo turco a unir su voz para luchar contra las injusticias que están cometiendo los partidarios de Erdoğan. Concretamente, ponen de relieve el cierre de 370 asociaciones con presuntos vínculos con “grupos terroristas”, entre ellas entidades que luchan por los derechos de las mujeres, los niños y el colectivo LGTB. La asociación de “terrorismo” con organizaciones que trabajan por los derechos humanos es (a parte de vergonzante) una solución recurrente para acallar a los sectores críticos con el Gobierno, con independencia de cuáles sean su actividad o sus fines.
Por lo que respecta al Halkların Demokratik Partisi (Partido Democrático del Pueblo o HDP), de orientación pro-kurda, cabe destacar que es el único de todo el país con políticas abiertamente favorables para la comunidad LGTB. En abril de 2015, el HDP se comprometió a «poner fin a la discriminación contra las personas LGBT». Asimismo, la formación también dijo que abordaría la transfobia y la homofobia en Turquía, donde las personas LGBT a menudo se enfrentan a la discriminación y a la violencia verbal y física.
No hay que olvidar, por otra parte, que el HDP presentó el primer aspirante públicamente gay a diputado, Baris Sulu, en las elecciones celebradas a principios de noviembre de 2015. Y aunque, lamentablemente, Sulu no obtuvo el acta, su candidatura sirvió para visibilizar una minoría estigmatizada por las propias instituciones del estado.
Erdoğan conduce a Turquía al abismo autoritario
Como recogía dosmanzanas en un amplio reportaje, tras la intentona golpista del pasado 15 de julio, son decenas de miles de personas las que se ven amenazadas por el auge del autoritarismo presidencial de Erdoğan. Una actitud que, a pesar de todo, no es nueva o excepcional: el pasado 19 de junio la Policía turca cargaba con violencia contra los activistas LGTB que decidieron manifestarse en la plaza Taksim de Estambul este para reivindicar el Orgullo Trans. El gobernador había prohibido las distintas celebraciones del Orgullo, aduciendo problemas de “seguridad”.
A pesar de la prohibición del gobernador, la plaza fue ocupada pacíficamente por valientes activistas LGTB, encabezados por mujeres y hombres transexuales que no querían renunciar a expresar sus reivindicaciones. Precisamente, la Marcha del Orgullo Trans debía ser la que diese inicio a los actos que tendrían lugar del 19 al 26.
Una semana más tarde, la Policía ejercía una nueva demostración de fuerza contra los activistas que intentaban celebrar el Orgullo LGTB en Estambul, pese a la mencionada prohibición. Al menos 19 personas fueron detenidas (entre ellas varios políticos alemanes, miembros de Los Verdes). Y si esto ocurría antes del fracasado golpe de estado, ahora el Gobierno erdoganista tiene la excusa para justificar sus posturas LGTBfóbicas y para silenciar a colectivos incómodos o críticos (por más que no tengan ninguna vinculación con el golpe). Pero no todo vale, ni todo es justificable.