Denunciadas en Nigeria 152 violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos LGTBI durante el último año
La organización The Initiative for Equal Rights, en colaboración con otras entidades, ha elaborado el informe anual sobre las violaciones de los derechos humanos de la población LGTBI nigeriana. En el periodo comprendido entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016, se han denunciado 152 vulneraciones de los derechos humanos, que han afectado a 232 personas. Evidentemente, se trata únicamente de hechos que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, por lo que, en un país donde la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real debe ser abrumadoramente mayor.
El informe detalla todas las vulneraciones de los derechos humanos que han sido denunciadas, bien mediante las líneas gratuitas habilitadas por las diversas asociaciones como The Initiative for Equal Rights, como por informes que han recibido directamente. En el 65 % de los casos las denuncias han sido efectuadas por las propias víctimas, en el resto por testigos presenciales. De entre las que ha podido conocerse fehacientemente la identidad de las víctimas, las violaciones de los derechos humanos han afectado a 129 hombres (el 82 %) y 28 mujeres (el 18 %).
Las distintas agresiones han sido agrupadas por el tipo de violación cometida y detallando el artículo del Código Penal nigeriano se habría infringido. Las violaciones de derechos humanos han sido cometidas en 107 ocasiones por ciudadanos civiles, en 37 ocasiones por miembros de las fuerzas del orden, y en 16 ocasiones por una mezcla de ambos. Entre los delitos cometidos contra la población LGTBI figuran el asalto con lesiones, el linchamiento, el chantaje, la extorsión, las amenazas de muerte, el robo con intimidación, el arresto irregular, la detención ilegal, el secuestro, el linchamiento, el intento de violación o el intento de asesinato.
El informe denuncia que estas violaciones de los derechos humanos se han incrementado exponencialmente desde que, a principios de 2014, se promulgara una ley que agravaba el tratamiento penal para todo aquello relacionado con la homosexualidad, lo que puso en el punto de mira social a los ciudadanos LGTBI nigerianos. También hace recomendaciones al Gobierno de Nigeria para que se implique en la defensa de sus derechos civiles, entre las que se cuenta la vigilancia estricta de las fuerzas del orden, muchas veces implicadas en las agresiones, que suelen efectuar detenciones ilegales, manteniendo detenidos sin cargos a ciudadanos LGTBI en ocasiones hasta durante un mes.
Cabe señalar que la mayor parte de las denuncias efectuadas ante las distintas asociaciones provienen de los estados del sur, de mayoría cristiana, mientras que hay un silencio casi absoluto en los estados norteños de mayoría musulmana, donde se aplica la sharia (o ley islámica) y existe una mayor dificultad para que las asociaciones de defensa de los derechos humanos realicen su labor o establezcan líneas seguras de comunicación. El número de vulneraciones cometidas contra los derechos de los ciudadanos LGTBI de Nigeria deber ser, por tanto, abrumadoramente mayor.
Nigeria: violencia social y de Estado
En Nigeria las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel (en el sur cristiano) o incluso hasta la muerte por lapidación (en los estados del norte en los que se aplica la ley islámica). A principios de 2014, además, el presidente Goodluck Jonathan promulgó una ley que agravaba el tratamiento penal para todo aquello relacionado con la homosexualidad, prohibiendo toda muestra de afectividad entre personas del mismo sexo y cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. No en vano, algunos la describieron como la ley para “encarcelar a todos los gays”. Desde su entrada en vigor, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. En dosmanzanas hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
En enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión.
En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual.
En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisión por haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.